Una versión de este artículo apareció originalmente en i-D.Tras meses y meses de espera, el pasado viernes se abrieron al público las puertas de la increíble Fondazione Prada en Milán, que, entre otras maravillas, alberga un bar diseñado por Wes Anderson. Además de las galerías y del centro educacional diseñado por estudiantes de la prestigiosa escuela de arquitectura de Versalles, el Bar Luce (que así se llama el sitio en cuestión) pide a gritos que todos los fans del director que visiten la ciudad vayan a soñar despiertos rodeados del colorido mobiliario pastel característico de sus películas.
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Inspirado en uno de los malls más antiguos del mundo, la Galleria Vittorio Emanuele, Anderson ha llenado el espacio con mesas de formica de los 1950's, máquinas tocadiscos e incluso una mesa de pinball de Steve Zissou. PUNTO EXTRA: promesas de un bello y nostálgico soundtrack (¿qué más podría ser?) completan el sueño.
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