El Hermoso Ruido no es solo un festival y hay que entender eso. Es también el pulso de una ciudad caótica y saturada. Es, de alguna manera, el radar del sonido de la región, la prueba de aquella caldera en la cual se cocina la escena emergente capitalina. Un evento local con espíritu global, la invitación a curiosos a descubrir y la oportunidad de bandas de ser descubiertos.
Más que un festival es una oportunidad, un riesgo. Y es la prueba más grande de que en latinoamérica están pasando cosas importantes.
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Después de tres días de fiesta en los cuáles se presentaron 45 bandas en 10 venues, podemos decir desde el cansancio satisfactorio de haberlo visto casi todo, que esta ha sido una de las ediciones más especiales del Hermoso Ruido y aquí tratamos de resumir, en 5 momentos, lo que vivimos durante el festival:
1. La consolidación de la escena alternativa
Este año el Hermoso Ruido aprovechó muy bien el poderoso momento que está viviendo el parche independiente nacional para juntar a varias de sus bandas en el festival. Una propuesta fina y de escenarios llenos que inició el jueves con la voz visceral y la banda impecable de Mabiland en el lanzamiento del evento en Boogaloop. El viernes seguiría en The Music Hall con dos de las bandas más queridas de la independiente capitalina: Las Yumbeñas que, como nos tienen acostumbrados, rompieron todo con su rock garajero y Nicolás y Los Fumadores, que demostraron porqué siguen escalando hasta lo más alto con un sonido en vivo cada vez más afilado. El último día desde el Escenario Noisey representó Ha$lopablito que en medio de las fallas técnicas, puso a la gente a corear su “Merchopercho” sin pista de fondo y sin luz, en el que sin dudas fue uno de los momentos más épicos de todo el Hermoso Ruido. También se fundió todo con Quemarlo Todo por Error armados con su shoegaze, un cover sentido de “Amor de siempre” de Cuco y una fanaticada firme que armó el pogo al final de la noche sin dejar de lado propuestas como Arrabalero, Pablo Trujillo y TSH Sudaca cuyo momento en la escena capitalina está en un punto de ebullición importante, conquistando cada vez a más audiencia y eso quedó claro en el festival.
2. La refrescante nueva ola de artistas nacionales
Además de los grupos que han estados haciendo mucho ruido en los últimos tiempos, el Hermoso Ruido también fue una plataforma para acercarnos a nuevas agrupaciones locales que debemos estar escuchando. Entre nuestras favoritas estuvieron los enmascarados de Boreahl que en la noche del viernes llevaron toda su experiencia sensorial a Marino con unas visuales technicolor y su sonido electropop bailable. Esa misma noche y un piso más abajo, en Submarino, estuvo Latencia, una de las últimas apuestas experimentales de la capital que entre beats electrónicos profundos y una instrumentación rock por momentos compleja y atmosférica, presentó _Puente_, su última placa. También dentro de esta oleada no podemos dejar de lado a Diego Gómez —que aunque ha estado más de una década en la escena colombiana desde Llorona Records y con proyectos como el Dub de Gaita— con su proyecto Cerrero que en su búsqueda del dub criollo, nos llevó por un viaje encantador de la mano del León Pardo en Boogaloop. Por último, el sábado y con El Pepino a reventar, dimos con Los Yoryis, la banda que se la está jugando toda por la chicha peruana y que al ritmo de una guacharaca a todo tote y punteos psicodélicos de guitarra eléctrica encendió una pista de baile a la que no le cabía un alma. Refrescante.
3. Lo rico de descubrir bandas de la región
Además de la curaduría de bandas nacionales, el Hermoso Ruido 2018 trajo una vez más una selección precisa de artistas independientes de la región. Easy Easy, a quienes les llevamos siguiendo la pista desde la llegada de Sofía Insua al grupo, era una de las que más estábamos esperando y con la responsabilidad de abrir el festival, nos regalaron un concierto a la altura de una de las bandas que llevan la bandera del indie en Centroamérica y con Sofía como esa catalizadora visceral entre la banda y el público. El viernes en Marino nos vimos de frente con Paola Navarrete, la reina del pop alternativo ecuatoriano que debutó en solitario —ya se había presentado en una edición pasada con La Máquina Camaleón— y soltó todo su Verde Fugaz, mientras sus compatriotas de Sexores, en Submarino y en un formato disminuído, luchaban con el sonido para darlo todo y demostrar porqué son parte de esa nueva sangre que está logrando cosas impresionantes con su pop oscuro y vanguardista. También el viernes, pero en Boogaloop fuimos testigos de un ritual chamánico, místico y absolutamente mágico con Huaira y su trance electrónico andino. El día del cierre y desde Ruda, tal vez nuestro escenario favorito de todo el evento, tuvimos el placer de escuchar el finísimo sonido pop sintetizado de los puertorriqueños de Los Walters y a Indio, que desde Argentina se trajo una muestra de la última y poderosa escena rockera de ese país y a su frontman, tal vez uno de los hombres más sexis e imponentes de la nueva ola latinoamericana.
4. El apoyo del público
Para ser un fin de semana de Halloween, con eventos paralelos como el Knotfest y el concierto de Bad Bunny el viernes, Radykal Styles y la fiesta de Resident Advisor el sábado, sin contar la acostumbrada y sobresaturada oferta de eventos en la ciudad, los escenarios estuvieron decentemente llenos y por momentos al borde del hacinamiento. El apoyo de la gente se sintió, salvo algunas contadísimas excepciones, y eso no solo es importante para la imagen del festival, sino un llamado a activar los escenarios alternativos de la ciudad y darle un espaldarazo a los proyectos que están emergiendo con una fuerza arrolladora y que se merece a un público comprometido.
5. Tenemos que hablar del sonido, amigos
Si bien esta ha sido una de las ediciones que más nos ha gustado del Hermoso Ruido, tenemos que hablar del sonido a.k.a la oveja negra de la familia. Posiblemente el de RUDA, un escenario nuevo y montado casi que exclusivamente para el festival, fue el mejor de todos y eso nos hace pensar en venues consolidados como Boogaloop, Lumiere y Marino/ Submarino, que en varias ocasiones empañaron las presentaciones de artistas como Huaira a quién las primeras 4 canciones no se le escuchaba la voz, Ha$lopablito a quién se le fue completamente la luz en su canción más importante, Sexores que prácticamente remaron todo su show con una ecualización pésima, y eso solo por nombrar algunos casos, porque desde el público se sintió el machetazo. Ya estamos logrando el apoyo del público en la consolidación de la escena, ahora solo nos queda meterle cariño a esos detalles que no pasan inadvertidos.
Y ahora, algunas de las postales que nos dejó el Hermoso Ruido 2018. ¡Larga vida!