Este artículo se publicó originalmente en THUMP Colombia.
Sigue a THUMP México en su nuevo perfil de Facebook
Videos by VICE
Ilustración: Daniel Senior
Ya sea como válvula de escape, como inspiración, como un intento de elevar la visión hacia otros universos o como elevación espiritual, los seres humanos hemos buscado drogarnos desde siempre, con lo que tengamos a nuestro alcance. En algún momento fueron los cultivos de cáñamo y opio en la India y China, luego fue la belladona y la mandrágora en Europa y Medio Oriente, los hongos y la hoja de coca en este continente, la cafeína y el alcohol en todo Occidente, hasta las drogas que conocemos y consumimos hoy en día.
Y esta búsqueda a veces puede llegar al extremo, con personas que tratan de encontrar literalmente lo que sea para sedarse un poquito, iniciando un nuevo mito entre los consumidores. Un mito que van a anotar y a tener en cuenta cuando llegue el conocido amure, cuando no haya plata, o cuando simplemente se tiene ganas de experimentar.
No sabemos las motivaciones de las personas que generaron estos mitos para haber llegado al punto de fumar telarañas o de esnifar polvo de pila. No sabemos si estuvieron movidos por la desesperación o por amor al arte, en cuyo caso sería muy admirable, pero también un poco miedoso. Lo que sí sabemos es que muchos de estos métodos no son ciertos y no llegan ni de cerca a drogar a una persona. Para que no caigan en la estupidez, y porque nos causó mucha gracia, recopilamos cinco de estos mitos sobre «drogas» que en realidad no drogan ni un poquito.
Fumarse la cáscara del plátano
Este es uno de los mitos más típicos, que aparece en películas y libros como ‘El libro de Cocina del Anarquista». Dicen que al reunir las hebras que se desprenden del banano, reunirlas y fumarlas, la locura sube a la cabeza casi inmediatamente. Sin embargo, mucha gente lo ha probado sin mucho éxito, aparte de perfumar un poco su cigarro o su porro y darle un sabor más frutal.
Fumar telarañas
Suena raro, pero la intención de fumar telarañas es muy popular en varios foros de internet y muchas personas lo han intentado. Y aunque varios hayan tenido la valentía de reunir en sus casas pedazos de telaraña, juntarlos, prenderles fuego e inhalar el humo por la boca, en realidad no hay ningún testimonio creíble que afirme que esto realmente tiene algún efecto psicoactivo.
Al mirar de qué se compone una telaraña la duda crece aún más, pues sus ingredientes son básicamente proteínas, que a su vez están hechas de aminoácidos como la glicina y la alanina, sustancias que no nos drogarían ni por equivocación.
Esnifar pilas
Cuenta la leyenda que en lo barrios más marginales de nuestro continente, los pelados más dañados meten polvo de adentro de las pilas para drogarse desde hace años. Sin embargo el periodista de Cannabis Magazine, Eduardo Hidalgo, decidió intentar probar dicha droga en una columna donde desmiente todos estos mitos. Hidalgo ni siquiera llegó a olerse lo que extrajo de la pila, pues desde el inicio sintió corrosión en contacto con su piel y cuando hizo averiguaciones se dio cuenta de que podía sufrir de síntomas como disminución de la capacidad mental, quemaduras en la boca y debilidad. Ojalá su continencia química nunca los lleve a tratar de drogarse con esto.
Jenkem
Esta es quizá la ‘droga’ más asquerosa jamás descubierta o inventada por el hombre. Consiste en reunir tus heces fecales con lo que orinas, guardar todo en una botella y sellarla con un globo. Con el correr de los días se irá inflando con los gases producidos por la fermentación, principalmente el gas metano. Se supone que ese gas es lo que te droga si lo inhalas, pero Hidalgo también desmintió esto por la vía empírica: «opino que lo más probable es que las cantidades de metano que pueden inhalarse con este método no son suficientes para producir un efecto asfixiante», afirmó en el artículo de su propio y asqueroso experimento». «Según mi opinión, tanto en el plano teórico como práctico, esto no es más que un puro mito».
Lechuga
Algunos fanáticos de la marihuana afirman que secando la lechuga, enrollándola y fumándola se consigue un efecto parecido al de su preciada hoja. Sin embargo no hay ninguna fuente confiable que haya comprobado esto. Lo máximo que encontramos fue el té de lechuga, que al parecer ayuda a mantenerse despierto. Vamos a intentarlo.
¿Conocen otras drogas que no drogan? Coméntenlas abajo de este artículo.