Los "leones de Lisboa": recordando el (añejo) triunfo europeo del Celtic FC

Los últimos años han sido bastante grises para el Celtic. Sí, han ganado cinco títulos consecutivos de la Premiership de Escocia, pero la competición no ha sido la misma desde que su rival Rangers terminara desapareciendo y rearmándose en la cuarta división.

Lo que realmente ha dolido a los fans es una serie bastante larga de apáticas actuaciones en competencias europeas. Este año fue el peor: quedaron eliminados de la ronda de eliminación directa de la Champions League; terminaron en el último lugar en su grupo en la Europa League luego de no haber podido ganar un solo juego. Por este tipo de exhibiciones fue que el club despidió a su entrenador Ronny Deila.

Sin embargo, existe una nueva esperanza luego de que el club nombrara al ex entrenador del Liverpool, Brendan Rodgers, el sucesor del noruego Deila. Es claro que el club quiere dar a entender algo. Traer al hombre que estuvo a un resbalón de Steven Gerrard de ganar la Premier League, es un singo renovado de hambre de triunfo tanto nacional, como europeo.

El Celtic está absolutamente orgulloso de su pedigrí europeo. Tienen razones para estarlo: una semana como esta pero de hace 48 años (25 de mayo de 1967) "the Bhoys" se convirtieron en el primer conjunto británico en reclamar la Copa Europea, al derrotar al gigante italiano, el Inter de Milán, 2-1 en el Estadio Nacional de Lisboa.

Lo que convirtió al triunfo del Celtic en algo mucho más increíble fue la composición de su equipo, del cual sólo un miembro del plantel de 15 jugadores había nacido a 16 kilómetros del Celtic Park. El carrilero izquierdo Bobby Lennox era relativamente un extranjero, ya que provenía de Saltcoats, North Ayrshire, ubicado a 48 kilómetros de distancia. No es una exageración decir que algo semejante es imposible de repetir en la era moderna.

Jock Stein fue quien los guió hacia el éxito. Stein, el ex minero que inició su carrera profesional en el cuadro galés Llanelli Town, tuvo más de 100 apariciones como jugador del Celtic. Después logró dirigir al cuadro de reservas, pero creyó que era imposible obtener el puesto en el equipo mayor por ser protestante. Le siguieron períodos en el Dunfermline y Hibernian, antes de que le dieran la oportunidad de tomar el cargo del Celtic Park en marzo de 1965. Por ende, Stein se convirtió en el primer entrenador protestante de un club inextricablemente vinculado con el catolicismo.

El éxito se manifestó casi de inmediato: el Celtic aseguró el título escocés en su primera temporada como entrenador, derrotando al rival de Old Firm, Rangers, por dos puntos en la campaña 1965-66. Se trataba del primer campeonato nacional del club en 12 años.

Su logró le aseguró a "the Bhoys" un lugar en la Copa Europea de 1966-67. En aquel entonces, la competición aún estaba en su infancia y sólo había sido reclamada por cuatro clubes en 11 años: Real Madrid, Benfica, Internazionale y AC Milan.

Pero a pesar de su relativa juventud, la copa era extremadamente prestigiosa y solicitada. Los clubes británicos como el Manchester United, Liverpool, Tottenham, Rangers, Dundee y Hibs, llegaron a las semifinales en varias ocasiones pero se quedaron a nada de la final.

El Celtic triunfó cuando todos los demás clubes fracasaron. Se vieron beneficiados por el encuentro de los dos favoritos, Real Madrid e Inter, en cuartos de final, donde los italianos salieron victoriosos. El Celtic derrotó al cuadro yugoslavo FK Vojvodina en cuartos, evitando al Inter. "The Bhoys" se midieron al Dukla Praga, ganando el juego de ida en casa 3-1 y después empatando 0-0 en Checoslovaquia para alcanzar su lugar en la final.

El Inter era el favorito indiscutible para ganar el trofeo. Los italianos habían ganado las últimas dos Copas Europeas, al igual que dos títulos consecutivos de Seria A. Dirigidos por Helenio Herrera, exponente clave del sistema catenaccio, se habían ganado el apodo "Grande Inter". Su futbol era visto como algo negativo —a pesar de su abundancia de talento y recursos, sus partidos eran por lo general ganados por marcadores mínimos y echando mano de tácticas defensivas—. En años recientes, Herrera ha sido comparado con José Mourinho.

Uno de sus jugadores estrella, Luis Suarez, se lesionó antes de la final, pero no por ello el Inter era menos favorito. El cuadro de Stein jugaría un futbol ofensivo, lo cual los dejaría vulnerables ante Sandro Mazzola. El Inter anotaría primero, y después se echaría atrás para cerrar el partido.

Parecía que sería de esta forma cuando el partido arrancó ante 45 mil asistentes en el Estadio Nacional. Tan sólo a pocos minutos del arranque, el lateral derecho Jim Craig regaló un claro penalti. Mazzola lo concretó, engañando al portero, y con seis minutos en el reloj el Inter ya ganaba 1-0. Conforme los italianos empezaro a retroceder, las predicciones parecían convertirse en realidad. El Celtic atacó con peligro, pero no pudo encontrar la red en el primer tiempo.

La segunda mitad arrancó de la misma manera. Pero unos cuantos minutos después, Tommy Gemmel por fin pudo nivelar las cosas para el Celtic. El balón le fue servido desde la banda derecha para que Gemmel sacara un disparo poderoso y empatara el partido.

El Inter seguía estando más cómodo defendiendo que atacando, y con 10 minutos restantes pagarían un precio muy alto. Esta vez sería un disparo de larga distancia por parte del central Bobby Murdoch. Faltaban cinco minutos y el Celtic tenía que aguantar. Después se convirtieron en los campeones de Europa.

Después de haber concedido el empate, las tácticas del Inter fueron cuestionadas: no ganaron un solo tiro de esquina en todo el partido, mientras que Simpson sólo tuvo dos atajadas. El periódico portugués Mundo Deportivo, sintetizó el sentir de muchos: "Fue inevitable. Tarde o temprano el Inter de Herrera, el Inter del catenaccio, de las victorias por la mínima, tenía que pagar por negarse a jugar un futbol entretenido". Por su hazaña aquella noche, los jugadores del equipo de Glasgow se ganaron el apodo "los leones de Lisboa".

El éxito europeo marcaría una era dorada para el club. Desde luego, habían ganado el título nacional una temporada antes, y la retuvieron en 1967. A esto le siguieron siete trofeos más, logrando el récord de nueve ligas consecutivas (marca que era suya hasta que Rangers la alcanzó entre 1989 y 1997). La campaña 66-67 también fue testigo de la conquista de la Scottish Cup y la Scottish League Cup a manos del Celtic.

Aunque siempre serán los primeros, no fueron los únicos ganadores británicos por mucho. Doce meses después el Manchester United levantó el trofeo al derrotar al Benfica 4-1. Y una década después del triunfo del Celtic, los cuadros ingleses se convirtieron en la fuerza dominante de Europa: el Liverpool ganó títulos consecutivos en la 77 y 78, le siguió Nottingham Forest en la 79 y 80, y Aston Villa en el 81.

El Liverpool volvería a ganarla en 1984, y los ingleses tendrían que esperar 14 años para que el Manchester United la alzara una vez más en 1999. Desde entonces, Liverpool (2005), United (2008), y Chelsea (2012) han añadido trofeos europeos a las vitrinas inglesas.

Estamos a la espera de que un club escocés repita la proeza del Celtic. "The Bhoys" alcanzaron la final en 1970, pero fueron derrotados por el club holandés Feyenoord. Su actuación reciente más destacable en Europa fue en la temporada 2012-13, cuando el equipo dirigido por Neil Lennon venció al Barcelona en fase de grupos de la Champions League para obtener un lugar en la ronda de eliminación directa.

Los fans esperan replicar en el futuro algo de las glorias pasadas bajo la dirigencia de un entrenador joven y talentoso como Rodgers. Pero aunque el hambre de triunfo del Celtic no ha cambiado en la última mitad de siglo, el futbol, sin duda, sí lo ha hecho.