Un pueblo danés fue invadido por las ostras

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Un pueblo danés fue invadido por las ostras

Ribe, un pueblo Danés en la Península de Jutland, tiene muchas peculiaridades, por ejemplo la paga de ostras gigantes que se apoderan de todas las playas del lugar.

Ribe, el pequeño pueblo Danés en la península Jutland, es una manifestación pintoresca de todos los pueblitos europeos que has visto en películas como In Bruges, Chocolat y Hot Fuzz. Pero además de sus bonitas calles empedradas y casas de caja de chocolate, Ribe está lleno de peculiaridades. Para empezar hay un esquema para criar perros, que tiene como objetivo criar a una raza mestiza – el "Dogma" o "Ribehund" – sin ningún pedigrí reconocido por el Kennel Club danés. Una de las preferencias es que Dogma debería tener la forma para entrar dentro de una canasta de bicicleta o mochila y cada verano en el Riberhaus Castle Hill, un show de moda se lleva a cabo para mostrar las últimas crías de estos perros portables con pelos de alambre y celebrar el éxito del programa de anti-eugenesia del pueblo.

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ribetown

Ribe. Todas las fotos cortesía del autor. Waders: el accesorio más frío de la temporada más calurosa.

Luego está el sol negro, el que suena como una de las Diez Plagas de Egipto y se siente un poco así también, cuando un millón de estorninos llenan el cielo al anochecer. Ribe está en el camino migratorio de Escandinavia al Sur de Europa y las nubes de pájaros son una fuerza de la naturaleza – simplemente pregúntale a cualquier halcón que haya sido tan tonto como para atacar a una bandada. Todos los estorninos rodean al predador y le cagan y vomitan arriba hasta que sus plumas están tan llenas de feces que el halcón se cae del cielo. Las técnicas de defensa de los estorninos son un eco intangible del estado de ánimo en la tierra. Ribe fue fundado en el siglo VIII y aún tiene menos de diez mil habitantes. A pesar de esto, la península Jutlan ha sido atacada desde el momento en que fue fundada, desde la tribu eslava, los Obodritas, en el siglo VIII hasta las invasiones alemanas en la primera y segunda guerra mundial. No es extraño que se sienta tan desolada. Aunque el ataque más reciente a Ribe no fue un humano. Oh no. En los años 60, las ostras pacíficas fueron introducidas al Mar Wadden para reforzar la población local. Las marismas, ahora en la lista de Patrimonio de la Humanidad de UNESCO, eran tradicionalmente hogar de los bancos de mejillones y ostras nativas – comida que ayudaban a sostener 12 millones de pájaros en su parada de descanso migratoria.

Sin embargo un par de veranos calurosos consecutivos, vio a la población de ostras del Pacífico explotar más allá de la imaginación. De repente, se apoderaron de todo. Para principios del siglo veinte las camas de mejillones estaban densamente cubiertas en un tipo de ostranami permanente. Había hasta 300 de esas cosas por metro cuadrado. Ahora se cree que hay alrededor de 500 toneladas de ostras del pacífico criándose en el área, cada una del tamaño de la mano de una persona normal. Un verdadero botín para un pájaro o un humano pensarás. Tristemente no. Las ostras pacíficas tienen conchas tan gruesas que ningún pez puede abrirlas. Los humanos son los únicos depredadores de las ostras ahora y depende de los visitantes del área ir y llenar sus bolsos con estas cosas o incluso intentar mantener la población bajo control. Un otoño tomé un par de botas prestadas del Centro Marino de Wadden para cosechar algunos de estos monstruos del pacífico.

giantoysters

¡Oh! Hansel & Gretel.

Fuertes diques protegían las planicies de las granjas de las corrientes feroces y las expansivas olas se extendían enfrente nuestro como una pintura. "Sígueme porque sé donde no nos atascaremos," dijo el guía mientras empezamos a caminar a través del barro. Me quede atascado monumentalmente. A la altura de mis axilas, el peso del agua apretaba las capas de ropa por debajo de las botas de goma contra mi cuerpo y el frio del agua del Océano Norte penetraba los sweaters más gruesos que poseo. Siguiendo hasta que estábamos cerca de tres kilómetros de la costa, los bancos de mejillones de repente aparecieron en el océano y las ostras gigantes tomaban el sol como un pedregal. Habían capas y capas de ellas, todas del tamaño de una extremidad humana. La visión del momento parecía enviada de uno de los reporteros robots de Marte.

En este Edén remoto, todos llenamos nuestras mochilas para el inminente banquete de bivalvos. La cosa se puso seria. Perdimos la cabeza. La champaña y los limones fueron cortados en rodajas mientras alguien en el grupo prendió una cocina y empezó a rallar parmesano dentro de un recipiente de crema. Habíamos traído solamente un cuchillo de ostras con nosotros, pero eso fue suficiente. Tuvimos que dormir apoyados en los talones para que las que estaban más afiladas no perforaran las botas, antes de que empezáramos a retorcer el cuchillo entre las bisagras de las ostras. Al abrirlas forzosamente se revelaron relucientes masas de carne, algunas del tamaño de un huevo frito. Su fuera ostra-fóbico me hubiera desmayado.

Hansel &Gretel es del tamaño del pie de un hombre – casi 14 pulgadas de largo, y cuatro pulgadas de ancho. El/ella pesa cerca de 1.5 kilos. Hablamos acerca de comerlo/la pero la realidad obstructora de esófago es que esa cantidad de carne de ostra era demasiado hasta para el comedor más experimentado.