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Comida

El café antibalas no es para débiles

Se debe tener cuidado al proceder con esta infusión. Se recomienda empezar con pequeñas dosis.
Image via Flickr user thedabblist

Es usualmente a la mitad de la mañana cuando el retorcimiento del hambre aparece y el almuerzo no es más que un punto distante en el horizonte. Pero hoy es diferente. Me siento extrañamente fortificado con un sentimiento de saciedad. Estoy rebosante de energía y propósito, y mi mente consciente tiene un afilado brillo que me mantiene enfocado. Lo interesante es que no comí nada que se pareciera a un desayuno. Sino, una verdadera marea de café fuerte lubricado con una llenísima cuchara de mantequilla – el tipo de desayuno que Withnail hubiera preparado con las sobras luego de una noche exitosa.

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Aunque lo mío fue premeditado. Me tomé una taza llena de café antibalas (también conocido como café de mantequilla), una tradición del viejo mundo que ha reaparecido como un potente potenciador de rendimiento. El término fue inventado por el gurú americano de la salud Dave Asprey, quien aprovechó su experiencia de haber tomado té de yak con mantequilla a 18.000 pies de altura en el Tibet (le dio unos niveles de energía increíbles) para probar este turbo café. Mingma Tseri Sherpa, uno de los montañistas más importantes del mundo, quien subiera a la cima del Everest 19 veces, me cuenta: "Tomamos seguido té con mantequilla de yak y sal. Es bueno para la salud y generalmente lo bebemos durante el invierno. Es un combustible muy común cuando escalas."

Pero esto no quiere decir que se mezclen cualquier café común con cualquier mantequilla. La margarina y el café instantáneo no servirían. Con el café antibalas, la calidad de los ingredientes es muy importante. El café debe tener la menor cantidad de toxinas y el rendimiento más alto posible (yo usé dos cucharas plenas de café 'Finca Santa Clara' de Guatemala con agua de filtro), la mantequilla debe ser orgánica, sin sal y de campo ( usé una cuchara plena de Yeo Valley) y la clave es agregar una cuchara de aceite de coco virgen (usé Takamaka de las Maldivas) para mantenerte con energía por seis horas mientras quemas la grasa. Como remplazo del desayuno, mezclé todo hasta que obtuve una especie de café con leche espumoso, lo puse en una taza y me lo tomé hasta el fondo. Sabe rico, pero se sintió como si hubiera llenado mi estómago con un balde de aceite de castor.

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Las credenciales de salud del café antibalas son impresionantes y han sido nombradas en muchos lugares recientemente. La cafeína es un potenciador de rendimiento conocido que acelera el metabolismo, reduce la percepción de esfuerzo y mantiene una buena vibra en general. La mantequilla de campo, además de tener muchos antioxidantes que previenen el cáncer, es en realidad un súper alimento para el corazón –lleno del buen colesterol y vitamina K2, la que descalcifica las arterias y con la ayuda del acido linólico quema las grasas.

El cambiar las políticas equivocadas de los gobiernos occidentales acerca de las grasas ha sido tan difícil como voltear un camión repartidor de combustible, a pesar de las investigaciones que se han hecho en los últimos años acerca de la falta de correlación entre las grasas saturadas y el aumento de enfermedades cardiovasculares. También han habido, por supuesto, bajos niveles de enfermedades del corazón entre los franceses que comen foie gras y los indígenas inuit quienes comen grasa pura. Por último, el aceite de coco contiene aceite lúrico que llena el sistema inmunológico y los MCTs, osea las grasas que actúan como carbohidratos, metabolizando directamente en el hígado y dando más energía por gramo. Como dijo el Dr. Druce Fife del Centro de Investigación del Aceite de Coco en los Estados Unidos: "Es el aceite más saludable que existe, un aceite que realmente acelera el metabolismo y aumenta la energía porque es más probable que se queme como combustible a que se guarde como grasa corporal."

Es exactamente este pensamiento que ha hecho que más atletas –especialmente maratonistas y corredores como yo- entrenen con dietas ketogénicas quema grasas, las que usan la grasa como una fuente de combustible más eficiente que los carbohidratos. Pero por supuesto, tu cuerpo debe adaptarse a esta forma de comer. Una dieta ketogénica puede ser muy dura, y necesitarías disminuir los carbohidratos. Por ejemplo, el café antibalas no funcionaría si te tomaste cinco mojitos y comiste un montón de donuts la noche anterior o si tu cuerpo está acostumbrado a una dieta de alto índice glicémico. Si comes carbohidratos, puede que tu cuerpo guarde la grasa en vez de usarla como combustible, ahí es donde el aceite de coco sirve como un gran catalizador para ayudar a tu cuerpo a adaptarse.

Media hora después de tomar esta poción, la cafeína aparece suavemente. Una hora más tarde, mi estómago empieza a hacer ruido como un motor que no arranca, pero estoy usando mi nueva armadura así que me siento bien. Parece como si la mantequilla y el aceite de coco hubieran entontecido el efecto nervioso del café y me hubieran dado a cambio un impulso de energía más grande y más largo (las grasas vuelven lenta la absorción de cafeína) a mi ser. Hago unas llamadas telefónicas que he estado evitando, y lo hago muy animadamente, respondo viejos emails que había abandonado, para cuando me voy a correr 10 km a la hora del almuerzo estoy como flotando de una forma un tanto despersonalizada. Paso a otros corredores en el parque sin que me corra una gota de sudor. Me siento como fuera de mi ser y de repente comienzo a malgastar frases de Psicópata Americano – "Existe una idea sobre mi, una especie de abstracción, pero no existe un yo verdadero, solamente una entidad, algo ilusorio"- y aunque pueda esconder mi fría mirada de los otros corredores, y aunque ellos crean que nuestros estilos de vida sean similares, yo soy el único que toma café antibalas.

Pero luego del ejercicio tormentoso, empiezo a caer de mi pedestal y a tambalear en un acantilado de cansancio. También me empiezo a dar cuenta que tengo como una bomba que rebota en mi colon con una marea aceitosa que se dirige al sur. Justo cuando me dirijo al sofá para mirar TV, un Titanic de mantequilla toca el Ultimo Tango en Paris desde mis entrañas en su camino al exterior, mi mente es antibalas pero mi trasero no.

Se debe tener cuidado al proceder con esta infusión. Se recomienda empezar con pequeñas dosis. El café antibalas no es para pusilánimes.