Justo en donde se “encuentran” Estados Unidos y Rusia, en la parte más cercana al polo norte del océano Pacífico, se localiza un océano inhóspito y rebelde que es conocido por ser uno de los mejores lugares para pescar cangrejos. El mar de Bering, nombrado así por el explorador ruso que lo descubrió, debido a su altitud y localización geográfica, es uno de los mares más difíciles de navegar; olas de hasta 18 metros y zonas congeladas en invierno, son solo un par de sus peligros. Luego, la pregunta natural es: ¿quién en su sano juicio querría estar ahí, arriesgando su vida, por pescar cangrejos?
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Localización del Mar de Bering
Solamente un loco, sin duda. No satisfecho con tener que pescar todo el día y no dormir por el inhóspito ambiente del mar, el fotógrafo y pescador Corey Arnold, se embarcó a la tarea de hacer una crónica de su experiencia en el Mar de Bering; sobra decir que los resultados son asombrosos.Cuenta Arnold que todo comenzó con un impulso por ir al norte: “Cuando la economía se cayó en el 2002 y cada vez había menos trabajo como fotógrafo, decidí ir hacia el norte y regresar a la pesca comercial en Alaska. Atrapé un trabajo como ayudante de planta en un barco pesquero de bacalao, lo cual eventualmente llevó a un trabajo de pesca de cangrejo real en el Mar de Bering”.
Lo curioso es que lejos de estar satisfecho de haber llevado a cabo uno de los trabajos más peligrosos del mundo una vez, Arnold regresó otras seis veces más. Y, con todo lo que representaba arriesgar el equipo de fotografía, Arnold, logró capturar momentos que todos mataríamos por ver; “Mantenía mis dos cámaras en mi litera todo el tiempo, envueltas en bolsas de Ziploc y cinta canela, tomaba las fotos en el tiempo entre trabajo y sueño. Muchas de las mejores fotos nunca fueron tomadas, pues necesitaban todas las manos posibles durante las más intensas tormentas” añade Arnold.
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