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Cómo hacer la declaración de la renta cuando eres joven y no tienes un duro

Algunos trucos para enfrentarte mejor a la declaración de la renta de manera práctica.
Ilustración por Aina Carrillo

No es el mejor momento para convencer a nadie de pagar sus impuestos alegremente. Hablar de impuestos es aburrido. Además, se dice que los que más tienen son los que menos pagan. Que recortan el crecimiento y que por eso mismo son un freno al despegue económico. De hecho, en el imaginario de muchas personas, los impuestos son sólo un gasto a fondo perdido, un freno a la expansión del individuo y su realización a través de la propia iniciativa.

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Es tiempo de selfies. Las redes sociales no dan a vasto con tantas fotos de uno mismo, se amontonan y repiten en una espiral interminable. El escenario pasa casi a un segundo plano, dejando el protagonismo del yo gutural en el centro de la imagen. El individuo es la última plaza limpia tras el fuerte golpe que la crisis dio a todas aquellas instituciones que refuerzan la idea de comunidad. Sólo entre 2008 y 2016 la confianza en instituciones como los partidos políticos o el parlamento cayó 30 puntos. Da la impresión de que las personas nos hemos refugiado en el individuo, hastiadas de tanta decepción con todo lo que hemos apostado en común y ha salido mal.

Pero las personas vivimos en comunidad por una razón. Las sociedades más felices, no las más ricas, son aquellas que tienen los vínculos comunitarios más desarrollados. El índice de felicidad de la ONU marca en sus primeras 10 posiciones a países que tienen Estados de Bienestar maduros -y donde los impuestos son por consiguiente más elevados- y que además son menos desiguales, tales como los países nórdicos, Nueva Zelanda o Canadá entre otros.

La fiscalidad en esto juega un papel fundamental. Es por ello fundamental que la ciudadanía conozca detenidamente las políticas —el reparto de los presupuestos— así como el sistema impositivo. En resumidas cuentas: a quién se le quita y a quién se le da.

Si haces donaciones a ONG podrás desgravarte un 75% de los primeros 150 euros donados y un 30% del resto de tus aportaciones

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Lo primero, debes saber que sólo tienes que hacer la declaración de la renta si ganas más de 22.000 € brutos anuales —ojo, cuando procedan de un único pagador—. Si tienes varios pagadores, tenemos que contarte que el límite baja a 12.000 € brutos anuales, siempre y cuando la suma percibida por parte del segundo y restantes pagadores sume más de 1.500 €. También se da este límite si se han percibido pensiones compensatorias del cónyuge o anualidades por alimentos, salvo que estas últimas procedan de los padres por decisión judicial (estas últimas están exentas).

Comentarte que la Agencia Tributaria se actualiza y saca este año una app a través de la cuál puedes hacer tu declaración entre otros trámites. La app está ya disponible tanto para Android como para IOS. Además, tendrás otras posibilidades como vía web o a través de la tradicional cita previa con un técnico de Hacienda. Esta última posibilidad te la recomendamos para casos en los que tu situación sea compleja (compra y venta de acciones, viviendas, contratación de planes de pensiones y ahorro, etc.), pero para el resto de los mortales, vía web o a través de la app es suficiente.

Debes saber un par de cosas que quizás te sean útiles. La primera es que ser solidario se premia

Además, debes saber un par de cosas que quizás te sean útiles. La primera es que ser solidario se premia. Si haces donaciones a ONG podrás desgravarte un 75% de los primeros 150 euros donados y un 30% del resto de tus aportaciones, que aumenta al 35% si la cantidad donada a una misma ONG no ha disminuido en cada uno de los tres últimos años. Eso sí, necesitarás un certificado con tus datos identificativos, fecha e importe donado. Lo normal es que te lo hayan enviado al email, pero si no lo encuentras, siempre puedes llamarles para que lo hagan.

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Por otra parte, si estas afiliado a un sindicato existen deducciones de las cuotas que pagas, así como los gastos de defensa jurídica contra el empleador si has terminado en malos términos en tu trabajo (éstas con un límite de 300 euros). También aquellos profesionales que pertenecen a colegios profesionales con carácter obligatorio cuentan con deducción en el pago de sus mensualidades.

Si estas afiliado a un sindicato existen deducciones de las cuotas que pagas, así como los gastos de defensa jurídica contra el empleador si has terminado en malos términos en tu trabajo

La segunda cosa que necesitas saber es que, dependiendo del territorio en el que residas, tendrás además otras posibles deducciones, como la del alquiler de tu vivienda. Además, si lo haces en País Vasco o Navarra, tendrás que hablar con las Haciendas Forales de sus respectivas comunidades, no con la Agencia Tributaria. Por último, si eres de los que te has movido entre comunidades autónomas para trabajar, deberás hacer la declaración en aquella en la que hayas residido más tiempo.

La mayoría de las deducciones están pensadas para gente más mayor, que cobre más dinero ya que la mayoría de los jóvenes no cobran ni de lejos los 22.000 euros al año mínimos que se tienen que cobrar para hacerla. De todas formas, estos consejos pueden ayudarte la primera vez que te enfrentes a ello.

Alberto Alonso de la Fuente es voluntario de Economistas sin Fronteras.