De la Ruta del Bakalao ya no queda nada más que recuerdos y ruinas. Aunque en los últimos años se ha revalorizado su papel en la historia de la música y la cultura de nuestro país, la mayoría de las discotecas a las que, como si de lugares sagrados se tratase, miles de personas peregrinaban cada fin de semana, han cambiado totalmente o han desaparecido casi por completo.En pos de descubrir que era lo que quedaba de ellas, decidí rehacer esa ruta de peregrinaje y fotografiar sus restos. Lo primero de todo: en Valencia ciudad aún queda en pie el edificio que alojó a una discoteca mítica de la Ruta: la famosa A.C.T.V. que hoy en día se llama Akuarela y sigue abierta.
Akuarela, antigua A.C.T.V.
Desde allí inicié "La Ruta" por la carretera que bordea el puerto y la costa sureste de Valencia dirección a los poblados del sur. La primera parada es en Pinedo, donde estaban The Face y Spook, a unos 500 metros una de la otra, entre la playa y unos campos de arroz.
The Face
The Face
De The face ya no queda nada en pie, literalmente: la derruyeron hace unos años. Para poder ubicarla me guié a través de viejas fotografías que encontré en internet. Unas palmeras me sirvieron de referencia para encontrar los restos de lo que sería el suelo de la pista de baile. Después me dirigí hacia Spook, que sigue abierta y está a punto de celebrar su 35 aniversario tras cambiar de manos.
Spook
Spook
Continué mi marcha en dirección hacia El Perelló, donde se encontraban las discotecas Heaven y Puzzle, atravesando la Albufera de Valencia. Una vez llegué allí, a la entrada del pueblo fui en la búsqueda de los restos de Heaven. Me dijeron que actualmente seguía en pie y se llamaba Calavera, pero no era así y fui incapaz de encontrar lo que quedaba de ella.
A la salida de El Perelló me encuentro con Puzzle. Lleva tiempo cerrada, las entradas están todas tapiadas y la vegetación ha crecido bastante a su alrededor. Por suerte, buscando una posible entrada, vi a través de una rendija parte de la antigua pista de baile.
Puzzle
Puzzle
Puzzle
Salí de allí buscando las dos discotecas míticas de la Ruta Destroy: Barraca y Chocolate. Barraca aún sigue abierta y se llama así porque su estructura imita a las barracas valencianas, las típicas edificaciones de la huerta valenciana.
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Barraca
A menos de un minuto en coche veo Chocolate, está ubicada en Les Palmeres, una pedanía de Sueca. La fachada sigue pintada de ese color característico marrón chocolate. Es una de las discotecas más grandes que he visto, junto con Puzzle, y de nuevo, está enmarcada entre más campos de arrozales.
Chocolate
Me imagino cómo debieron ser los amaneceres por estos lugares. Aparqué el coche y me acerqué a ella, vi que estaba cerrada, con todas las puertas de entrada tapiadas. En uno de sus laterales, un grafiti recuerda la frase mítica de la discoteca: "No digas sábado, di Chocolate".
Chocolate
Emprendí la vuelta hacia casa con la idea de pasar por dos discotecas más que formaron parte de esta ruta. Una de ellas es Penélope, en Llombai, una población ubicada hacia el interior de Valencia. Me dijeron que ya no está activa pero que se puede entrar dentro y uno puede ver cual es su estado actual.
Penélope
Estaba totalmente abandonada y su parking a día de hoy parece más un vertedero de basuras que otra cosa. Pude acceder a ella sin ningún problema, no había mucha luz, pero pude intuir lo que fue una barra de bebidas y unas cristaleras, así como el lugar donde pinchaba el DJ.
Penélope
Penélope
Penélope
La última parada fue en Ribarroja, donde busqué la discoteca Don Julio, conocida por las siglas N.O.D., está ubicada en la salida norte del pueblo, junto a un acueducto romano. Estaba cerrada y no pude entrar. Antes de marchar pensé en visitar Espiral, pero buscando en Google Maps vi que el solar se vendió y ahora hay allí un concesionario de coches, así que di por acabada mi particular viaje por lo que queda de la Ruta del Bakalao.
Don Julio
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