Britannia, dioses y monstruos de la pérfida Albión

Tribus y druidas contra el ejército romano. Britannia relata los enfrentamientos entre las tropas invasoras del Imperio Romano y los pueblos que habitaban las islas, mucho antes de que aquel territorio llegara a conocerse como el Reino Unido.

La serie toma como punto de partida el año 43 después de Cristo, época en la que se acometió la principal invasión romana de las islas británicas. En los años anteriores, Britania había mantenido relaciones comerciales y acuerdos con los romanos, con tal de contener las expediciones de Julio César durante los años 55 y 54 a. C. La influencia económica y cultural de Roma dejó una marca significativa en la Edad del Hierro británica. La isla ya había sido objetivo frecuente de incursiones por parte de las fuerzas de la República, que llegaron a su clímax en la década de los 40 de nuestra era, cuando Calígula emprendió su campaña contra los britanos.

Aquellas viejas guerras son el marco de la nueva serie de HBO España, pero que nadie busque aquí realismo o una afilada precisión histórica. El creador de la serie, Jez Butterworth, conocido por guiones como el del último Bond, Spectre, está más interesado en ofrecer una representación mítica de la antigua Gran Bretaña. En la serie, las islas habitadas por los celtas se nos muestran como una tierra maldita dominada por el culto a los dioses, donde entran en liza demonios, brujas y caníbales. Tal vez por eso, desde mucho antes de su estreno, hay quien ha insistido en comparar Britannia con Juego de Tronos, la serie estrella de HBO España.

Pero Butterworth confiesa que a día de hoy ni siquiera ha visto un solo episodio de la serie protagonizada por Jon Snow, aunque admite que pronto se pondrá a ello. Mientras creaba Britannia, este autor teatral y guionista de Hollywood tenía en mente más bien obras como Yo, Claudio, para tejer una trama donde la traición política y la lujuria de alcoba se cruza con la devoción religiosa y las creencias sobrenaturales.

En definitiva, Britannia está mucho más interesada en sus personajes que en hilar con detalle una madeja de acontecimientos históricos. Entre todo su histriónico dramatis personae irrumpe con fuerza el general romano Aulo Plautio, interpretado por David Morrissey, quien diera vida al Duque de Norfolk en Las hermanas Bolena. Este brutal comandante de las fuerzas invasoras romanas es capaz de rebasar los límites de la crueldad frente a sus oponentes, y no dudará en torturar y crucificar a los presos britanos. Aulo Plautio se expresa con un aplomo definitivo: “Yo soy Roma, y por donde yo piso, está Roma”. Y aún así, el general romano tiene claro que el éxito de una invasión no se basa únicamente en la conquista por la fuerza, sino que también requiere de alianzas y sutileza, así que habrá que seguir la pista de sus artimañas para lograr la cooperación de algunos habitantes de la isla.

Frente a las tropas de Aulo Plautio, encontramos una masa de lugareños realmente cabreados. Pero los celtas eran un pueblo guerrero, y siempre existían rivalidades entre ellos. Por eso, en la serie asistimos a las luchas internas entre los diversos clanes y tribus. Una de sus grandes líderes es la Reina Antedia, a la que da vida Zoë Wanamaker. El hijo de Antedia fue castrado por la princesa Kerra en su noche de bodas, y la sed de venganza ciega a la reina. En su desesperación, la reina cooperará con cualquiera, incluso los romanos, con tal de que le entreguen a Kerra viva.

La gran luchadora de Britannia es la Princesa guerrera Kerra, interpretada por Kelly Reilly, a la que pudimos ver en la segunda temporada de True Detective. Kerra no responde a los deseos de ningún hombre, ni siquiera a los de su padre, el Rey Pellenor. Kerra es diestra como poco con el cuchillo y el arco, y buscará su camino a través del conflicto aprovechando las divisiones entre las tribus rivales.

Pero sin duda la estrella de la función el druida psicótico Veran. Bajo su cadavérico rostro se esconde el actor Mackenzie Crook, quien firmó algunas intervenciones memorables en la saga Piratas del Caribe. El mago Veran tiene una devoción enfermiza por las cabezas cortadas, engulle sustancias alucinógenas como si no hubiera un mañana y su deforme expresión deja siempre un velo de duda sobre si realmente posee poderes mágicos y habla con los muertos, o simplemente es un artista del engaño. Su inquietante presencia serpentea a lo largo de toda la trama, para elevarla a niveles psicodélicos.

Sexo incestuoso, traiciones desaforadas, épica celta y romana, y viajes surrealistas al otro lado de la existencia. En Britannia, las legiones romanas surcan las aguas para plantar sus armas en el suelo de los grandes acantilados blancos, pero la pérfida Albión les depara problemas inesperados. Contempla los giros místicos de un tiempo olvidado, míralos arder a todos, guerreros, dioses, reinas y magos. Abre bien los ojos mientras los que van a morir te saludan.