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Diez cosas que hemos aprendido viendo el documental del Fyre Festival

¿Que cuánto tiene que ver con la escena del enjuague bucal? Pues bastante.
MA
traducido por Mario Abad
andyking
(Photo via Netflix)

Bien, ya has tenido el fin de semana para ver el documental Fyre, en Netflix. Mola, ¿no? Ver cómo se desmorona la vida de un ricachón, observar cómo la élite de la sociedad pasa un mal fin de semana.

Viendo Fyre te invaden montón de sentimientos oscuros —Schadenfreude, celos a la inversa y hasta un sentimiento enfermizo de validación—, pero ¿qué lecciones podemos sacar del documental? Me alegra que me hagas esa pregunta. Nos hemos juntado varias personas para intentar responderla:

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Grabarte en vídeo todo el tiempo no es buena idea

Cuando Billy sale de la cárcel tras pagar la fianza, invita a varios amigos y les pide que lo graben en su apartamento de lujo, desde donde se pone a trabajar con su colega, Frank, en su próximo timo: una especie de pase VIP para toda la gente a la que ya estafó con el Fyre Festival. Cuando le preguntan qué quiere que salga en el vídeo, Billy responde que vayan grabando y dice algo así como: “Si algo he aprendido es que cuantas más cosas grabadas, mejor”.

No soy camarógrafo de profesión, así que corregidme si me equivoco, pero no veo dónde está la buena idea en hacer que te graben durante horas mientras cometes un delito. ¿Y no es aun peor que lo hagas cuando acabas de salir de la cárcel? No sé, eh. A lo mejor estoy diciendo tonterías. — JC

A lo mejor no hace falta chupársela al de Aduanas para que te deje pasar cuatro contenedores de agua Evian por valor de 154 000 euros

Los que trabajan en Aduanas son profesionales. Están acostumbrados a retener cosas como contenedores de agua embotellada (muy necesaria si no quieres que las miles de personas que van a tu festival de música en las Bahamas acaben con toda el agua potable de la isla). Apuesto a que bastaría con pedir que te la dejen pasar y prometerles que les pagarás. No hace falta mandar a un hombre al que has bautizado como el “líder gay” de la operación a que se pase por allí y “haga una por el equipo”.

Vale que al tipo de Aduanas seguramente le gustan las mamadas como al que más, pero está en el trabajo, donde este tipo de prácticas no están muy bien vistas. — LO’N

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¿La gente rica? Es muy tonta

Teniendo en cuenta que me gasto la mayor parte de mis ingresos en pedir exactamente el mismo menú en McDonald’s para que me lo traigan a casa más veces a la semana de lo que estoy dispuesto a admitir, no soy nadie para decirle a los demás cómo tienen que gastar su dinero.

Pero a los niños ricos se les va la pinza. Para empezar, imagínate que tienes 12 000 euros. Ahora, imagínate que estás dispuesta a dejarte esos 12 000 euros en un festival del que prácticamente no sabes nada. De un festival cuyos cabezas de cartel, de entre todos los artistas del mundo, son Blink-182. Hay que ser anormal… — NB


MIRA:

A lo mejor no tienes que hacer todo lo que te diga Kendall Jenner

Sí, te entiendo: Kendall Jenner es muy rica y está buenísima, es exactamente la clase de persona a la que uno querría escuchar. Mi política favorita es Cardi B, así que sé lo que sientes. Pero Kendall Jenner no es como Cardi B por la sencilla razón de que, durante casi toda su vida, KJ ha estado rodeada de cámaras, ha dicho todo lo que le pedían que dijera y le han pagado por ello. Te dijo que fueras al Fyre Festival porque los del Fyre Festival le pidieron que lo hiciera. A cambio de dinero. Así que quizá no sea la mejor persona a la que escuchar. Pero oye, cada uno hace lo que quiere. Yo solo opino. — LO’N

Como nos saltemos una tercera comida, arderá Troya

De todo este totum revolutum — cuando Ja Rule exige a las modelos que se den un chapuzón en el mar en plena noche, la escena en que el millonario más rarito del mundo convenciendo a la gente de que le tienen que dar miles de dólares, la historia de la mamada, el momento en que el tío de la mamada se intercambia la ropa con un trabajador y se esconde en la parte trasera de un coche, la triste imagen de las letras F, Y, R, E dibujadas muy pequeñas en la arena—, la parte que más me impactó fue cuando Justin Liao se meó en todas las tiendas de campaña mientras sostenía un palo de selfi, simplemente porque no entendí por qué lo hizo.

“Nuestra estrategia [para evitar que hubiera gente alrededor] era la de saquear las tiendas que había cerca de la nuestra”, dijo con la calma racional de un asesino en serie entre rejas. “Empecé a agujerear los colchones y a darles la vuelta mientras mi colega se meaba encima de unos cuantos”.

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Me gustaría recordar a todo el mundo que todo esto ocurría el PRIMER DÍA. Es decir, ni siquiera estaba del todo claro aún si habría o no festival. En ese momento, habían dado instrucciones a los asistentes de que ocuparan una tienda y les habían dicho que todo se solucionaría al día siguiente. Ya está. Y este tipo decide mear en las tiendas, como diciendo: “Mira, yo he vivido la última noche del festival de Reading/Leeds, cuando se incendiaron las tiendas y empezaron a volar truños por el aire, como si fueran misiles”. Todos hemos meado dentro de una tienda, colega, pero al menos espérate un día para hacerlo, joder. — JG

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Ja Rule y Billy McFarland. Foto: Netflix

Timar es fácil

Porque la gente es muy tonta. Cuelga unos cuantos vídeos de modelos de Instagram en una playa y publica varios post con un fondo naranja y ¡pum!: ya tienes a miles de seres humanos soltando cantidades ingentes de panoja para comprarse las pulseritas de plástico. Fíjate lo fácil que fue contentar a los primeros en llegar con unas cuantas botellas de vodka en un bar de playa de lo más básico. Pasaron seis horas hasta que alguien preguntó: “¿Los lavabos?”.

Nuestro amigo Billy se vino arriba, simplemente. Si hubieran hecho una imitación barata de Coachella, con tipis en lugar de tiendas de emergencia y varios miembros de las Kardashian gritando “¿LO ESTÁIS PASANDO BIEN, GENTE?” mientras sonara el mismo set de Calvin Harris, seguro que todo el mundo habría reservado para volver al año siguiente. — DF

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Es hora de replantearse las prioridades cuando las ideas más sensatas provienen de un piloto que aprendió a volar con ‘Microsoft Flight Simulator’

Lo de echar la vista atrás es algo hermoso, y quizá si Billy hubiera seguido los consejos del piloto / planificador Keith van der Linde de ir a una tienda rollo Leroy Merlin y comprar varios miles de lavabos portátiles, la gente no se hubiera meado y cagado en los colchones de los demás.

Resulta fascinante que el único tipo que tuvo la sensatez de probar a dormir una noche en una de esas tiendas a prueba de catástrofes —tras lo cual concluyó que era “muy bestia” e “imposible” dormir ahí— había aprendido a pilotar una avioneta con un videojuego. —

JCu

El vendehúmos volverá a la carga

Billy es un tipo que se quedó KO en la playa, panza arriba, botella de cerveza en mano, en plena fiesta diurna. Un tipo tan enamorado de las mentiras que vende que tuvo que ocurrir una hecatombe antes de que se dignara soltar una lágrima de preocupación. Un hombre que no sabe lo que es la empatía, incapaz de hacer algo de forma justa y limpia. Un hombre que no dejará de mostrar una mueca parecida a una sonrisa mientras el mundo arde a su alrededor.

Este cabrón caótico e imparable me recuerda a muchos directivos que, después de haberla cagado bien, usarán sus privilegios, contactos, gominas de pelo y tendencias sociópatas para recuperar su posición. Al final del documental, varias personas aseguran que Billy volverá a estar en lo más alto cuando salga de la cárcel, dentro de seis años, y yo me lo creo. — HE

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Bella Hadid in the promotional video for Fyre Festival

Juergas, cervecerías y la confianza del hombre

Debo admitir que, mientras veían Fyre, un documental sobre un tío blanco prepotente que intenta organizar un megafestival con poco más que su seguridad en sí mismo y un montón de dinero ajeno, me asaltaba un pensamiento recurrente: Yo podría hacerlo. Yo podría haberlo hecho mejor. No es tan difícil, ¿no? Simplemente no dejes al mando a un tipo que ha aprendido a volar con Flight Simulator. No dejes la planificación en manos de un neurótico que no para de gritar mientras lee todos los comentarios de Instagram a la vez. Planifica más alojamientos. Paga los aranceles de aduanas en lugar de hacer mamadas. ¡No puede ser tan chungo!

Quizá el problema soy yo; quizá mi energía es la que está llevando a esta bola de tierra directamente hacia el sol. Después de una hora y media viendo cómo un grupo de tipos la cagaba monumentalmente, una parte importante de mí no dejaba de imaginar que podía haberlo hecho mejor, pese a no tener ni una prueba de ello. Ahí está la verdadera lección de Fyre: que por culpa de gente como Billy y como yo, esto volverá a ocurrir. — JG

Es potencialmente desaconsejable gastar miles de dólares para cargar una pulsera de plástico, sobre todo cuando te lo pide alguien cuyas formas al teléfono tú mismo describirías como ‘agresivas’.

Y digo potencialmente. — LO’N

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