Lo que podían haber escondido los discos duros destruidos del PP

Ahora que la Audiencia de Madrid ha considerado que el Partido Popular deberá sentarse en el banquillo por una acusación de delito penal (siendo el primer partido en hacerlo en esta nuestra querida y excepcional democracia española), concretamente por los delitos de encubrimiento y daños informáticos derivados de ese surreal episodio en el que se decidió borrar, sobreescribir y rallar hasta 35 veces los ordenadores del señor Bárcenas, imputado por todo el asunto de la caja B del PP, para que no se pudiera recuperar ni un solo dato.

Este acto demente y fanático de destrucción total solo puede remitir a un miedo absoluto, a la posibilidad de liberar una información que, por lo menos, podría destruir el mundo entero. Es la obsesión febril del berserker, aquél que no puede ser detenido en su acto de aniquilación; ese que no encuentra fin a la destrucción; aquel que, mientras siga existiendo un solo átomo de su objetivo, seguirá golpeándolo con fiereza y aplomo hasta que, simplemente, deje de existir.

Hemos llamado a nuestros expertos de la hipótesis (los EH) y les hemos pedido que nos listen los datos más probables que podrían estar almacenados en esos discos duros del PP que debían ser destruidos hasta 35 veces.

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¿Os lo imagináis? Toda esa soberbia del PP se trataría realmente de una armadura que esconde a un grupo de gente inquieta que se reúne por las noches y escribe los poemas más bonitos del mundo, de una profundidad y sinceridad sin igual; se hacen llamar el PP, “Pescadores de Poemas”. Hay un documento de Word que se encuentra oculto dentro de uno de los discos duros de Bárcenas que se titula El sueño de la pequeña golondrina, un compendio de amor, respeto y espiritualidad.

Evidentemente, los del PP no podían permitirse que tal documento saliera a la luz y se descubriera la bondad que se oculta tras la gruesa cortina de una política agresiva e impasible. Como decía aquel tipo, “tengo un pequeño pájaro azul dentro de mi corazón, pero soy demasiado duro como para dejarlo salir”.

Ahí, escondido entre los laberínticos confines de esos discos duros, se encuentra la verdad sobre el crimen de Alcàsser, lo que tanto ansiaban encontrar Fernando García y Juan Ignacio Blanco. Creerse la resolución oficial del juez es como pensar que realmente existe Dios y que Jesús Cristo estuvo colgado en una cruz, una cuestión de fe. Incluso diría más, en uno de esos discos duros se encuentra digitalizada esa grabación en VHS. Ya sabéis, el ritual raro ese.

Ya ni recuerdo cuántas temporadas tenía esta serie pero sí que recuerdo que el final fue una gran basura. En ciertos foros de internet se comenta que había otro desenlace grabado y preparado para lanzarse, un episodio conclusivo que, finalmente, se decidió sustituir por el que todos nosotros vimos. Es uno de los grandes misterios del siglo XXI y solamente algunas personas muy influyentes tienen una copia del mismo. Dicen que es “lo más bello que nunca ha atravesado mi cerebro” y se ve que aparecen unos delfines peludos preciosos y una escena erótica grabado de “una forma totalmente nueva”.

Si se liberara este episodio todo el mundo podría disfrutar de esas preciosas secuencias y de ese final tan bien hilado que cierra todas las temporadas y que dota de un sentido máximo y coherente a toda la serie, cosa que afectaría gravemente a la exclusividad que tanto buscan las élites. Mancillar este gran final desconocido con los hediondos ojos del pueblo supondría avanzar demasiado hacia esa idea tan inocente de la igualdad de clases.

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Es un tema delicado, lo sabemos, pero está claro que tanta prudencia también puede corresponder a uno de los crímenes más despreciados por la sociedad civil. ¿Y si esos ordenadores estaban petados de fotos de niños?, ¿qué hay peor que eso?

Los tíos tenían ahí unos discos de Kurt Vile, Merchandise y Sleaford Mods descargados. Joder, eso son solo tres ejemplos pero había varios miles de terabytes de música descargada ilegalmente, ordenada por países, años y géneros. De este palo: “C:\Users\Barcenas\Documents\Proveedores\2015\Material_de_oficina\Remesas_de_papel\250_gramos\Sonido_guays\Japón\1982\Ambient\Hiroshi_Yoshimura _-_Music_For_Nine_Postcards”.

Estaba casi toda la producción musical planetaria en esos jodidos discos duros. Una maravilla, digo, ¡una jodida insensatez!

Sería totalmente decepcionante que solo escondieran pruebas que confirmaran la caja B del PP. ¿Qué gracia tendría esto? La vida, la experiencia de vivir, exige algo más recóndito y extraño.

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Lo que está claro es que la destrucción de pruebas incita a una autoinculpación del delito en concreto o de otros delitos aún peores. En todo caso, no olvidemos que el partido que ha decidido borrar estas pruebas de no-se-sabe-exactamente-qué es el encargado de llevar el timón de este gran navío llamado España. ¿Qué habrá hecho en secreto esta peña que ahora tiene tantas responsabilidades? Dudo que lo de la caja B sea lo más jodido que haya dentro de esos discos duros, y esto SÍ que es jodido.