Tecnología

En EE.UU la tecnología ha hecho obsoletas las leyes laborales

Más de 70 académicos, activistas y líderes instan a los legisladores a expandir los derechos digitales de los trabajadores para reconstruir el movimiento sindical.
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Imagen: Getty Images 

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

En la década de 1930, cuando se redactó la Ley de Wagner —que otorga a los trabajadores el derecho de formar sindicatos y negociar colectivamente—, se llevaron a cabo organizaciones sindicales en las fábricas y en sindicatos. La ley protegía a los trabajadores de represalias por este tipo de organizaciones en la vida real.

Pero los tiempos han cambiado y, a menudo, los únicos puntos de contacto para los trabajadores de cualquier empresa son los grupos de correo electrónico, Slack y Facebook. Hoy en día, es difícil e incluso peligroso, organizarse cuando no sabes quién está al acecho de tus correos electrónicos o espiando secretamente a tus grupos de redes sociales.

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En un nuevo informe "Clean Slate for Worker Power", publicado el jueves pasado por el programa Labor and Worklife de la Facultad de Derecho de Harvard, los expertos argumentan que la legislación laboral de Estados Unidos es obsoleta y necesita una revisión masiva para satisfacer las necesidades de los trabajadores que se organizan en la época moderna. El informe es una lista de recomendaciones compiladas por más de 70 líderes laborales, académicos y activistas que creen que le facilitaría drásticamente a cualquier trabajador unirse a un sindicato.

"Si los trabajadores se están organizando en Facebook o por otros medios digitales, debería ser ilegal que el empleador esté al acecho en sus páginas, al igual que a los empleadores no se les permitía mirar por las ventanas de los pasillos sindicales en los viejos tiempos".

Estas recomendaciones incluyen representación laboral en juntas corporativas, derechos ampliados para los trabajadores y contratistas, y, lo que es más importante, derechos digitales para los trabajadores.

"Cuando [los legisladores] observaron la economía en 1935, vieron fábricas donde la gente trabajaba en turnos similares y tenían trabajos parecidos", le dijo a Motherboard Benjamin Sachs, autor del informe y profesor en la Facultad de Derecho de Harvard. “Pero el lugar de trabajo moderno está fisurado. Ahora tenemos trabajadores gig, temporales, franquiciados y freelance. Empoderar a los trabajadores en la economía moderna es diferente".

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"Ya no hay un espacio para estas reuniones real", le dijo a Motherboard Sharon Block, otra autora del informe y directora del programa Laboral de la Facultad de Derecho de Harvard. "Recomendamos que los empleadores creen espacios digitales para hacer reuniones, espacios virtuales, donde haya un lugar seguro para que los trabajadores puedan hablar entre ellos sobre sus intereses colectivos".

De hecho, a medida que más y más personas trabajan de forma remota, a veces a cientos o miles de kilómetros de distancia de sus compañeros de trabajo más cercanos, la concesión de derechos digitales a los trabajadores es un paso crucial para reconstruir la fuerza laboral. Los autores del informe sugieren que los organizadores sindicales deberían poder acceder a los sistemas de correo electrónico de la empresa cuando una cuarta parte de los trabajadores de una empresa expresen su apoyo a un sindicato y creen otros espacios digitales para que los trabajadores se organicen sin vigilancia. (A finales de diciembre, los trabajadores perdieron el derecho de organizarse por correo electrónico y vía Slack).

"Si los trabajadores se están organizando en Facebook o por otros medios digitales, debería ser ilegal que el empleador esté al acecho de sus páginas, al igual que a los empleadores no se les permitía mirar por las ventanas de los pasillos sindicales en los viejos tiempos", dijo Block, quien también es un ex miembro de la Junta Nacional de Revisión Laboral (NLRB, por sus siglas en inglés). “Antes, los empleadores anotaban los números de matrícula de los automóviles que conducían al lugar de una reunión sindical. El análogo moderno son los empleadores en los grupos de Facebook, tratando de averiguar quién está allí y usando esa información en detrimento de los trabajadores".

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El informe recomienda que los trabajadores también puedan firmar peticiones digitales durante el proceso de formación de un sindicato (card check process) y tener espacios digitales donde puedan hacerlo. (El card check es un proceso por el cual los trabajadores pueden formar sindicatos cuando la mayoría firma peticiones de autorización).

A menudo se dice que la influencia más importante que los trabajadores tienen sobre sus empleadores es el derecho a la huelga y a protestar fuera de las tiendas, fábricas y oficinas donde trabajan. Pero en un mundo donde las personas recurren cada vez más a Internet para comprar todo y, básicamente, para cualquier cosa, eso no siempre es posible. Para resolver este problema, los autores del informe recomiendan la formación de líneas de protesta cibernéticas.

"La idea de una línea de protestas es un viejo mecanismo de economía", dijo Sachs. “Hay una fábrica o una tienda donde puedes manifestarte para disuadir a los clientes de comprar. Pero no puedes hacer una protesta en Amazon porque no hay tienda. Nuestra idea es ordenar a las empresas que permitan a los trabajadores realizar protestas digitales. Entonces, si hay una huelga en Amazon, cada vez que vayas a Amazon.com, saldrá un mensaje 'Los trabajadores de Amazon están en huelga. Haz clic aquí para no cruzar la línea de protesta'".

Si bien muchas de sus recomendaciones parecen utópicas, los autores del informe dicen que sin una reinvención completa de la legislación laboral de los Estados Unidos, hay pocas esperanzas de redistribuir el poder político y económico en el país.

"Estamos viviendo en una época de profunda desigualdad económica y política, y estas son crisis duales que amenazan con socavar nuestra democracia", dijo Sachs. “El fracaso de [la legislación laboral] para empoderar a los trabajadores tiene mucho que ver con esas crisis. Sin la capacidad de unirse a organizaciones laborales fuertes, es difícil para los trabajadores tener igualdad económica o política”.