2019

Los ideales de belleza han cambiado mucho desde 2010

Empezamos la década con Cara Delevingne y las cejas como expresión de principios, y ahora el culmen de la belleza son Kylie Jenner y la “cara Instagram”.
Nana Baah
London, GB
beauty-trends-2010s-filler
Cara Delevingne y Kylie Jenner. Fotos vía Alamy

Las personas que en 2010 pasaron por la consulta de un cirujano plástico solían pedir cosas muy similares: intervenciones sutiles para reducir las líneas de expresión o hacer que la piel tuviera un aspecto “brillante” y rejuvenecido. Perseguían una belleza que el doctor Tijion Esho, uno de los cirujanos plásticos más reputados de Gran Bretaña, denomina “parisina por excelencia”.

Un canon de belleza que se correspondía con esos tiempos. Al comienzo de la década, Cara Delevingne era una de las modelos más prominentes y ganó el premio a la Modelo del año de los British Fashion Awards en 2012 y en 2014, además de ser la imagen elegida por Burberry para una de sus campañas y desfilar para marcas como Stella McCartney y Chanel.

Publicidad


Era casi imposible encontrar una marca de moda o portada de revista en la que no apareciera la modelo, su aterciopelada piel y sus pobladas cejas. En 2016, The Guardian estableció que las cejas eran “la obsesión de belleza de la década”, inspirada en las de Delevingne, marrones y pobladas. Otras musas de la moda de la época adoptaron aquella estética ingenua, de cara lavada; Daphne Groeneveld, Karlie Kloss y Miranda Kerr, por mencionar unas pocas.

Avanzamos a finales de la década de 2010 y el concepto de belleza ha cambiado mucho. Gracias a las redes sociales y la creciente popularidad de las estrellas de los reality shows, la norma pasan a ser los tratamientos no quirúrgicos que te transforman la cara más de lo que puede hacerlo un simple perfilador de cejas.

Se rumorea que Bella Hadid, la modelo que ahora disfruta el éxito de Delevingne en sus primeros días, se ha inyectado bótox y rellenos dérmicos, pese a que siempre lo ha negado. Muchos aseguran que Kylie Jenner, la más joven del clan Kardashian, también se ha sometido a intervenciones similares. Sus característicos morritos y sus pómulos angulosos han contribuido al éxito absoluto de su marca, Kyle Cosmetics, que mueve miles de millones.

En octubre, Hadid fue nombrada “la mujer más guapa del mundo” por un cirujano plástico que aseguraba haber analizado su apariencia mediante “tecnología patentada de mapeo facial”. Por muy sospechosos que resulten estos métodos, el éxito de Hadid sin duda consolida la idea de que, actualmente, el patrón de oro de la belleza es mostrar señales de haberse sometido a cirugía. La predominancia de Jenner Hadid y otras figuras influyentes han propiciado la aparición de una nueva estética: la “cara Instagram”.

Publicidad

Los tratamientos no quirúrgicos forman hoy parte inherente de nuestro concepto de belleza, hasta el punto de que el 59 por ciento de los participantes de una encuesta hecha por VICE en Snapchat aseguraron que el relleno dérmico y las inyecciones en los labios estaban al mismo nivel que otros cuidados de belleza más normales, como un corte de pelo. La causa, según el doctor Esho, es el boom que ha experimentado el mercado estético. “Hace diez años, la cirugía plástica era cara y estaba solo al alcance de los ricos, que nunca hablaban del tema”, señala. “Ahora, las nuevas generaciones hablan de las intervenciones que se hacen porque son más accesibles”.

“Ahora existen dos ideales de belleza: uno para la realidad y otro paralas redes sociales”

También se ha producido un alejamiento del canon parisino. Ahora la moda está en adoptar lo que Esho llama “rasgos panafricanos”. “Llevar labios carnosos con un surco subnasal bien definido y una ligera hendidura en el labio inferior. Un tono de piel más oscuro y un mentón anguloso”, explica. “La gente me dice que quiere mis labios. Yo les digo si les iría bien que recortara una foto de mis labios y se la pegara en la cara”.

Unos rasgos de gran ambigüedad racial que algunos critican. El año pasado, diversas influencers blancas fueron objeto de la indignación pública por blackfishing, es decir, por querer parecer negra en Twitter e Instagram. Una de ellas fue la instagrammer sueca Emma Hallberg, criticada por apropiación de identidad de la raza negra mediante los peinados, la vestimenta y el moreno artificial que lucía.

Publicidad

Muchas otras personas, en cambio, no ven apropiación en inyectarse relleno o en hacerse transferencias de grasa para tener un trasero y unas caderas más prominentes, y solo lo ven como una forma de estar a la moda con los looks que aparecen en Instagram. “Ahora existen dos ideales de belleza”, señala Esho. “Uno para la realidad y otro paralas redes sociales”.

Incluso Instagram ha tomado conciencia de su capacidad para influir en cómo percibimos la belleza. En octubre, anunció la prohibición de los filtros de “cirugía cosmética”, que alteraban los rostros y mostraban cómo quedarían si se les hubieran aplicado inyecciones, rellenos o estiramientos faciales. La medida se tomó después de recibir sugerencias de que estos filtros podían causar que la gente se sintiera mal sobre su aspecto. Pese a ello, la mayoría de las cámaras de smartphone actuales incorporan opciones de filtros para suavizar y abrillantar la piel.

Helena*, de 20 años, es consciente del abismo que hay entre las caras que vemos en Instagram y en la vida real. Me enseña una foto reciente de Instagram de Anastasia Karanikolaou, amiga íntima de Kylie Jenner, tomada en una fiesta de Halloween con temática de Playboy. En ella aparecen Kelsey Calemine, Olivia O’Brien, Sydney Carlson y Karanikolaou conjuntadas con disfraces de conejitas de Playboy. Sus caras –los labios prominentes, los pómulos marcados, las pestañas falsas– resultan inquietantemente similares. “Es que no me lo creo”, señala Helena. “Tienen que haber ido al mismo cirujano, pero aun así es una locura que sus caras sean exactamente iguales”.

Publicidad

Aunque Helena me asegura que la cara Instagram le parece ridícula, considera que estas mujeres son el sumun de la belleza.

"Queda genial ver en redes sociales un rostro femenino hipermasculinizado con formas angulosas. Pero cuando ves a estas personas en realidad, parece que les hayan puesto una mandíbula adicional al final de la cara. No queda bien”

El doctor Esho afirma que la culpa de la distorsión de la realidad mediante tecnología la tienen las chapuzas estéticas que profesionales como él han tenido que arreglar. “Hay figuras influyentes en redes sociales que tienen miedo de que la gente las vea en la vida real”, señala. “Queda genial ver en redes sociales un rostro femenino hipermasculinizado con formas angulosas. Pero cuando ves a estas personas en realidad, parece que les hayan puesto una mandíbula adicional al final de la cara. No queda bien”.

Hoy día es más fácil que nunca detectar quién se ha operado. Coincidiendo con la explosión de tratamientos asequibles está la aparición de numerosas cuentas de Instagram en las que se documenta el antes y el después de celebridades e influencers. Una de ellas, @celebface, tiene 1,3 millones de seguidores y compara vídeos y fotos de celebridades que aseguran que nunca se han sometido a una intervención.

En 2011, Kim Kardashian se hizo una radiografía en un episodio de Keeping Up With the Kardashians, en un intento por demostrar que no se había puesto implantes de silicona en el trasero. Pocos años después, una Kylie Jenner de 17 años negó haberse puesto relleno en los labios. Hoy, gracias a plataformas como @celebface, existe mucha más aceptación de la cirugía: Kim podría haberse puesto inyecciones de grasa, indetectables en una radiografía, Kylie finalmente reconoció que se puso relleno en los labios en 2015.

Publicidad

@celebface ha sido toda una revelación para Helena. “Es triste porque te das cuenta de que tienes las mismas inseguridades que la gente que alimenta esas inseguridades”, dice. “La única diferencia es que ellas se pueden permitir cambiarse”.

¿Se siente mejor conociendo las intervenciones a las que se someten las celebridades? “No sé”, responde. “Creo que no. Solo que es raro ver que todo el mundo se parece”.

Una respuesta a esto la hallamos en una mayor variedad de modelos de belleza, moda e influencias en los que se todos los tipos de cuerpo tengan representación. Romany Francesca abrió su propia agencia de modelos, Rare Select Models, en 2017 como respuesta a la falta de diversidad en la industria. “Cuando estudiaba Medios y Comunicación, tuvimos que analizar anuncios y describir cómo se comunicaban con el público”, recuerda. “No había suficientes personas de color”.

“Marilyn Monroe era la mujer más hermosa. En cambio, hoy día nadie saca fotos suyas diciendo que quiere parecerse a ella"

Rare Select Models ha sido todo un éxito, y varias de sus modelos han aparecido en Vogue. “Creo que han empezado a buscar modelos en agencias como la nuestra, lo cual implica que buscan cierta diversidad”, señala. “Mi propia experiencia como mujer de color en este sector aporta un elemento personal. Se está reconociendo que la inclusividad en la moda es importante”.

Si bien el trabajo de Francesca es crucial para ampliar la perspectiva que tenemos de la belleza, el doctor Esho no cree que se produzca un cambio drástico de los estándares durante la próxima década. Según él, hombres y mujeres seguirán recurriendo a tratamientos no quirúrgicos, aunque buscando un look más andrógino. Respecto al estatus de Hadid como la “mujer más guapa del mundo”, cree que este no durará mucho.

“Si mirás aún más atrás”, dice Esho, “Marilyn Monroe era la mujer más hermosa. En cambio, hoy día nadie saca fotos suyas diciendo que quiere parecerse a ella, ¿a que no?”.

*Se han cambiado los nombres.

@nanasbaah

Suscríbete a nuestra newsletter para recibir nuestro contenido más destacado.