Me llamo Lucía
Llegué aquí, a Mallorca, porque cuando acabé de estudiar me contrataron para restaurar el retablo de una iglesia, estuve dos años y luego curré en otras iglesias. Pero eso se acabó. Me tuve que volver a casa con mi madre: viuda de autónomo con paga de 300 euros. Ahí en el pueblo, en el sur, toda sola, sin amigos. No hacía nada, día tras día, la nada más absoluta. Pero el cuerpo me pedía vivir. Hablé con un amigo que me animó a volver a Mallorca. Me dije, si no encuentro trabajo en un mes, me vuelvo. Y encontrar, encontré. La entrevista fue así:– ¿Has trabajado antes de camarera de piso?– Sí.– ¿Sabes inglés?– Sí.– Tienes que llevar un hotel sola los miércoles 12 horas.– Vale.Trabajo seis días por semana, en dos hoteles distintos. En el grande, nueve o diez horas. Y en el pequeño, los miércoles, 12 horas seguidas
No paro ni un minuto
Las cosas que tienes que hacer
Además los clientes te tratan como si fueses su criada, o te dicen cosas como que por ser española eres una muerta de hambre, que gracias a Alemania podemos comer, o los tíos, que menos mal que están ellos para venir a follarnos.Los clientes te tratan como si fueses su criada, o te dicen cosas como que por ser española eres una muerta de hambre, que gracias a Alemania podemos comer, o los tíos, que menos mal que están ellos para venir a follarnos
La vida va a elegir por ti
Mis compañeras en el hotel, siempre se han dedicado a esto. La mayor lleva treinta años, para entender lo que eso significa hay que verla, está machacada. Va cojeando, doblada, tiene 50 y pico
Soy hija de Felipe González
No cobro horas extras, cobro mil y poco. Los contratos me los hacen temporales, primero de un mes, luego de tres meses. Me tienen declarada solo media jornada, tampoco me tienen dada de alta en los dos sitios. De hecho si me pillan trabajando en uno de los hoteles tengo que decir que estoy de paso