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Cultură

Cómo enviar a la cárcel a tu acosador de internet

Internet está lleno de acosadores. ¿Por qué es tan raro que los metan a la cárcel?

Resultó bastante sorprendente que Zane Alchin, de 25 años de edad, se declarara no culpable recientemente ante un juez de Sidney. Todo el mundo pensaba que se declararía culpable. Se le acusaba de amenazar con violar a Paloma Brierley Newton a través de Facebook y, como prueba, se presentaron capturas de pantalla de sus comentarios. Sin embargo, resulta que por lo visto es muy difícil enviar a los trolls a la cárcel.

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Esta historia comienza en realidad con Drake. En 2015, un amigo de Alchin llamado Chris Hall publicó una instantánea del perfil de Tinder de una joven. En la fotografía, la mujer —Olivia Melville— sonríe abiertamente, tiene el cabello oscuro y largo y lleva un piercing en la nariz. Dos amigas posan detrás de ella. Bajo la foto, su biografía incluye una frase de la canción "Only" de Drake: "Del tipo que te la quiere chupar hasta dejarte seco y después salir a comer contigo". Hall comentó el post respondiendo: "Me sorprende que aún le quede hambre para salir a comer".

Bastante antes de eso, un amigo etiquetó a Melville en el post de Hall. Era de hecho la segunda vez que alguien compartía su perfil de Tinder en internet. "Olivia, ¿por qué no le enseñas a tus padres tu perfil de tinder?", le preguntaba Chris Hall. "Estoy seguro de que quedarían muy impresionados". "¿Y a ellos qué más les da?", respondió ella. "Solo es la letra de una canción". El post no tardó en volverse una locura y, con el tráfico, llegó un torrente de abusos verbales dirigidos hacia Melville.

Melville compartió el post original de Hall para llamar la atención sobre el abuso que había sufrido y algunos amigos comunes etiquetaron a Hall, Alchin y otros para que pudieran comentarlo. "Ya está aquí el Calvario [sic], el hermano de Chris Hall", decía Alchin supuestamente en su primer post. Fue en la página de Facebook de Melville donde Alchin se cruzó por primera vez con una amiga de Olivia, Paloma Brierley Newton, de 23 años de edad. La chica entró en la conversación de Facebook sin ser consciente de que acabaría llevando a Zane Alchin ante los tribunales. No está segura de cuál de los comentarios de Alchin fue el primero en incomodarla, pero dice que "era algo así como 'ah, ¿entonces las zorras se quejan de ser zorras y después se enfadan cuando las llaman zorras?'". Ella decidió pararle los pies.

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A partir de ese momento, Brierley Newton afirma que la conversación se centró en lo que ella considera como amenazas explícitas de violación: "Lo mejor de violar a una feminista es que, como nunca las folla nadie, tienen el coño 100 veces más estrecho…Me follaría a tu madre si la viera".

"Yo pensé 'mira, ¿sabes qué? A la mierda'", afirma. "Estaba tan cabreada que incluso temblaba. Cada vez que leo comentarios en YouTube de lo que sea las conversaciones acaban derivando en amenazas de violación…Vamos a amenazar con violarla porque inherentemente le aterra". Aquel día escribió un post en Facebook sobre el incidente y se fue directa a la policía. Dice que ni siquiera sabía si se podía acusar de algo a Alchin, pero estaba convencida de que sus amenazas no podían ser legales.

Brierley Newton afirma que, cuando llevó por primera vez los pantallazos con las amenazas de Alchin a la policía, no la tomaron en serio. Los oficiales trataron de convencerla de que el caso sería demasiado difícil de llevar a juicio, sobre todo porque tendrían que encontrar la forma de demostrar que Alchin era en realidad la persona que había escrito las amenazas. Se fue de allí muy enfadada y, cuando llegó a casa, vio que su post tenía más de 500 likes. Las mujeres que comentaron su post se unieron para formar un grupo llamado Sexual Violence Won't Be Silenced (La Violencia Sexual No Será Silenciada), y lanzaron una petición contra Alchin.

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No deberían haber hecho falta 16.000 firmas en una petición online para que la policía comenzara a investigar, pero así fue. En Australia, el acoso online está contemplado en la sección 474.17 del Código Penal, que se introdujo en 2004 y se modificó en 2012. "Todo el mundo decía que si no había una amenaza real como 'Voy a ir a tu casa a violarte', entonces no iba contra la ley. Pero eso no es cierto", explica Brierley Newton. "La ley habla de 'Usar un vehículo para acosar, amenazar u ofender'".

Según David Rolph, profesor adjunto de la Facultad de Derecho de la Universidad de Sidney, este amplio delito incluye amenazar, acosar u ofender mediante teléfono móvil, Facebook, Twitter, etc. "Para poder llevar a juicio este delito es preciso denunciarlo ante la policía. Si la gente no denuncia o, de hecho, si no son conscientes de que sea un delito, la policía y los jueces no pueden hacer nada", explica. "Probablemente es preciso que haya cierto nivel de gravedad en la conducta en cuestión; es poco probable, por ejemplo, que un comentario ocasional se lleve ante un tribunal".

Cuando se llevan a juicio casos de acoso online, con frecuencia la mayor preocupación es no coartar la libertad de expresión. ¿Puede una ley incluir una matización que señale la diferencia entre una broma y una amenaza? En 2012, un hombre británico llamado Paul Chambers fue declarado culpable de quebrantar la Ley Inglesa de Comunicaciones y se le obligó a pagar 1.300 € en multas y costas procesales. Dos años antes, sentado en el aeropuerto de su ciudad porque su vuelo se había retrasado, Chambers tuiteó: ¡Mierda!El aeropuerto Robin Hood está cerrado.¡Tenéis una semana para arreglarlo todo o haré saltar el aeropuerto por los aires!! Las autoridades se lo tomaron como una amenaza seria.

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Hay casos como este que llegan a ocupar los titulares, pero también hay muchos otros que no pueden ser perseguidos por la ley porque implican un comportamiento que jamás toleraríamos en la vida real pero que con frecuencia sí toleramos en internet. A finales de 2014, Billy Bartolomeus Tamawiwy, de 22 años de edad, creó un perfil falso en Facebook con el pseudónimo femenino de "Tayla Edwards". Con esta falsa identidad, envió una solicitud de amistad a un adolescente y después empezó a enviarle mensajes de contenido sexual.

A principios de 2015, Tamawiwy fue declarado culpable de atraer al muchacho adolescente a través de Facebook, prometiéndole sexo con Tayla Edwards si se encontraban, y después violarlo y grabar la violación con su teléfono móvil. Tamawiwy incluso trató de chantajear al joven para que volviera a tener sexo con él, amenazándole con hacer circular el vídeo, y terminó por enviárselo al hermano pequeño de la víctima.

El caso de Alchin es diferente a la mayoría de casos de acoso en internet que se llevan con éxito ante los tribunales en Australia. A diferencia de lo que sucedió en el caso de Tamawiwy, se ubica completamente dentro de la zona oscura que separa nuestra vida online de nuestra vida real. Si se le declara culpable, será uno de los primeros casos de este tipo en Australia.

Zane Alchin se enfrenta a un máximo de tres años de prisión, pero Brierley Newton cree que realizar trabajos comunitarios en un albergue para mujeres sería un castigo mucho más efectivo. Afirma que desde que el caso de Alchin llegó a las noticias no para de recibir más y más amenazas online de gente cabreada porque denunció el caso ante la policía. Sin embargo, al mismo tiempo afirma que se siente honrada por la gran cantidad de mujeres que se ponen en contacto con ella y agradece a Sexual Violence Won't Be Silenced que le informaran sobre sus derechos en internet.

Zane Alchin volverá de nuevo a los tribunales el 1 de marzo de 2016.

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