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Cultură

Señores que quedan para contagiarse el sida

Los bugchasers quieren contraer el VIH. Hablamos con uno de ellos.
Imagen vía Wikipedia

[…] You and me have a disease. You affect me, you infect me […]. El estribillo de Infected (Bad Religion), que en realidad trata sobre la peligrosa adicción al amor, bien podría servir como banda sonora para este artículo. ¿Sabes qué significan las expresiones "paso bixo" o "​busco chico co​n bixo"? ¿No? Pista: Son frases literales extraídas de ​páginas de contacto para gays. ¿Ahora te haces una idea? Si crees que lo que estás pensando es demasiado demencial como para ser cierto, es muy probable que hayas acertado.

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Efectivamente, las personas que escriben estos mensajes están buscando contagiarse de manera voluntaria del virus VIH, es decir, quieren follar con infectados de sida para infectarse ellos también. ¿Que por qué alguien querría infectarse de sida a propósito? Esa es la primera pregunta que cualquiera se hace en cuanto descubre que existe un comportamiento de este tipo, y es una de las preguntas que trataremos de responder. Pero primero vamos ponernos un poco en situación.

El bugchasing (cuya traducción literal sería la caza del bicho) no es nuevo fuera de nuestras fronteras y se ha abordado desde más agentes sociales, médicos, psicológicos o culturales, como atestiguan, por ejemplo, un par de producciones audiovisuales a principios de la pasada década: el documental The gift (el regalo) y el corto de ficción Bugchaser, que recogen el testimonio de lo que ellos, los bugchasers, califican como una opción de vida sexual.

Aquí en España ha permanecido alejado de los focos sociales, si bien dentro del circuito gay es un hecho conocido. Un usuario de estas páginas de contacto ha accedido a participar en el reportaje para dar su visión sobre un tema que acepta con naturalidad aunque matiza algunos puntos importantes. Otros pedían una recarga de móvil a cambio de hablar con nosotros. Verídico. Pedro (nombre ficticio) supera ya los cuarenta años. Es seropositivo desde hace una década, aunque se medica sólo desde hace tres años. Y para él existe una gran hipocresía en torno a todo el asunto.

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"Decir que eres bugchaser es una manera hipócrita de decir que eres apelero (persona que busca relaciones sexuales sin protección). Dudo mucho que alguien adulto que quiera follar a pelo no lo haya hecho antes y por consiguiente sea susceptible de tener el bicho. Nunca he creído que haya sido el primero en follar con alguien sin goma", razona, aunque no oculta que le han pedido expresamente el contagio. "Me parece una memez. Cuando me lo han pedido, me he reído en su cara", explica, y opina que quienes buscan el contagio son "jóvenes que no saben lo que quieren".

Pedro aporta una interesante reflexión que quizá en un primer momento pasa inadvertida al pensar en los bugchasers. "Hay un número importante de personas que se saben contagiados pero no quieren hacerse las pruebas, y esos tipos sí que son peligrosos, porque su carga viral es altísima. Son bombas humanas. Los que estamos medicados tenemos unos niveles de bicho inapreciables. Aún hay ese error de creer que los seropos tenemos todos la misma cara. Y no es así". Por lo tanto, ¿quién simboliza un mayor factor de riesgo: la persona que busca voluntariamente ser contagiada o aquella que seguramente lo esté pero se niega a comprobarlo y actúa como si tuviera la certeza de estar limpio?​

Pedimos el punto de vista de Cogam, una asociación de LGTB entre cuyos presidentes históricos se encuentra Pedro Zerolo. Para ellos, "el bugchasing es una actividad que evidentemente despierta preocupación, ya que la infección por VIH es un tema de salud pública. Ahora bien, como entidad que defiende la autonomía de las personas, cualquier decisión personal es aceptada y aceptable", explica Mario Blázquez, miembro de la asociación, que opina que tratar de concienciar a esta parte de la comunidad no tendría sentido. "Si entendemos el bugchasing como un deseo consciente y racional de adquirir la infección por VIH, insistir en campañas de utilización del uso del condón no tendría efecto en este segmento de la población".

¿Es esta práctica kamikaze una preocupación capital en las asociaciones de este tipo? En principio, no. "Aunque nos consta que hay personas que realizan bugchasing, en nuestra entidad hay pocas personas que acudan a trabajar este tema como problema o a informar de que son bugchasers activos. Por lo tanto es bastante difícil aseverar que sea un fenómeno extendido o acciones que de manera individual realizan un amplio colectivo de personas. En más de 4.000 pruebas de VIH realizadas por mí nadie se ha definido como bugchaser, aunque la mayoría han tenido prácticas de riesgo".

Llegados a este punto sólo cabe volver a hacerse la pregunta inicial: ¿Por qué alguien querría contraer el sida voluntariamente? Las explicaciones van de lo raro a lo rarísimo, y en muchos casos son constitutivas de un cuadro clínico. a) Una persona con alto nivel de actividad sexual podría buscar el contagio para eliminar la preocupación de contraerlo en las siguientes relaciones sexuales, b) también está el morbo, donde las altas posibilidades de contraer una enfermedad de este tipo añade una excitación extra a la relación sexual, c) puede ser una forma de suicidio o de causarse daño a uno mismo, patologías presentes en muchos diagnósticos psiquiátricos, d) hay quien lo hace por sentimiento de pertenencia a una comunidad o simplemente para reforzar los vínculos afectivos con una pareja infectada,… y así todo el abecedario. La única conclusión clara es que todos los bugchasers son apeleros, pero no todos los apeleros son bugchasers.