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Cultură

Seis cosas que aprendimos de los papeles de Panamá

Aún hay cosas que aprender de uno de los mayores fraudes fiscales a nivel global que se conocen.

Illustraciones por Dan Freeman

Tras la publicación de los papeles de Panamá hace unos meses, miles de personas han tomado las calles de Londres exigiendo la dimisión del primer ministro del Reino Unido. Por una vez, los genes de David Cameron han entorpecido su carrera, y ahora se ve implicado en una red de fraude fiscal por su vinculación con una offshore abierta en su día por su padre, Ian Cameron.

Y la gente se echó a la calle.

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Salieron con camisas hawaianas, a modo de guiño a los exóticos escenarios donde los ricos esconden su dinero. Se han puesto sombreros de paja y bermudas. Han irrumpido en Downing Street y han exigido la dimisión de Cameron. Algunos incluso se han puesto caretas de cerdos, en alusión a los supuestos escarceos del primer ministro con un cochinillo asado en la universidad.

Sin embargo, aunque la idea de pillar a Cameron in fraganti con un animal de granja parece una coña fantástica, se ha visto eclipsada por el motivo principal de la protesta: el primer ministro ha incumplido su compromiso social.

Ha demostrado que efectivamente hay una norma para la élite y otra para la escoria de a pie como tú y como yo, y mientras nosotros financiamos como podemos nuestros servicios públicos con los impuestos que se nos deducen de nuestros miserables sueldos, nuestro amigo Dave desvía su dinero por medio de una conexión en cadena de complicadas lagunas legales y dudosas jurisdicciones – exactamente igual que Putin, que el primer ministro de Islandia y que los miles de banqueros caraduras que acabaron con la economía mundial en 2008.

O eso nos gustaría pensar. En realidad, Dave no ha hecho nada ilegal hasta la fecha. Si acaso, ha sido el papá de Dave. El clásico padre que nos saca los colores. Esconder los pecados de tu progenitor puede ser un poco putada, pero no hará que el primer ministro siga los pasos de Bernie Madoff. Como dijo una vez el ladrón de guante blanco más famoso del mundo, "Cualquiera que quiera ser alguien en la vida tiene un buen contable que le monte una empresa fantasma y acumule su dinero en una offshore. ¿Y por qué no iban a hacerlo? Es completamente legal".

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Aunque esté cumpliendo una condena de más de cien años, Bernie en cierto modo tenía razón. Pero si no tienes ni idea de por qué, aquí presentamos una guía para principiantes sobre cuentas offshore, lagunas fiscales y cómo todos los tíos ricos se salen con la suya.

IMPUESTOS: ELUSIÓN VS. EVASIÓN

Desde la publicación de los papeles de Panamá, ha habido muchas discusiones sobre la diferencia entre la elusión y la evasión de impuestos. Resumiendo un poco, la elusión es legal y la evasión, no.

Según Alex Cobham, director de investigación de la Tax Justice Network (Red de justicia fiscal) — una organización mundial de lucha por la transparencia fiscal— , la diferencia consiste en lo siguiente: "En la práctica, la elusión no debería implicar omitir información a las autoridades tributarias; lo que estás haciendo es presentar una interpretación de la estructura concreta que has creado y argumentar que, sin salirte de las normas, tu responsabilidad impositiva es menor de lo que las autoridades podrían pensar ".

Por ejemplo, más de 50.000 hogares de Nueva York pagaron cero impuestos sobre la renta en 2013, a pesar de obtener 1.800 millones de dólares en plusvalías, dividendos, intereses y salarios.

Un momento, ¿cómo puede ser esto? Según Doug Turetsky, jefe de personal de la oficina de presupuestos de la ciudad, esa gente "sabe encontrar y utilizar paraísos fiscales para generar pérdidas sobre el papel". Si no tienes ni idea de lo que eso significa, no estás solo. Pero en resumen, un paraíso fiscal suele ser una propiedad o negocio que no aumenta su valor ni genera beneficios, lo que significa que el propietario no tiene que pagar impuestos por el mismo. Si eres tremendamente rico, probablemente tendrás unas cuantas propiedades o negocios, así que puedes coger la más cutre y declarar sus ingresos. Zas. Cero impuestos sobre la renta. Y es completamente legal.

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La evasión, por otra parte, "implica fingir que estás haciendo algo que no estás haciendo", como "afirmar que no posees una compañía o una cuenta bancaria que sí posees". Mi ídolo de la evasión flagrante de impuestos es todo un héroe americano y el mismísimo Blade: Wesley Snipes. Allá por los noventa, Wesley pasó varios años seguidos sin declarar impuestos, a pesar de ganar millones de dólares con películas como Los blancos no la saben meter, Demolition Man o A Wong Foo, gracias por todo, Julie Newmar . Algunos bromean con que escribió "0 $" en el impreso donde tenía que poner "50.000.000 $". Otros afirman que se declaró extranjero o no residente, a pesar de haber nacido en Estados Unidos. Sea como fuere, Snipes fue juzgado por fraude fiscal y condenado a tres años de prisión.

PARECE BASTANTE SENCILLO, ¿CUÁL ES EL PROBLEMA DE LA ELUSIÓN ENTONCES?

Bueno, fuera del diccionario, la palabra "legal" está abierta a muchas interpretaciones, lo que significa que la práctica de la "elusión" puede estar a un pelo de barba de la "evasión", cagándose en todo el sentido de la moralidad y la justicia del ciudadano de a pie.

Como dice Cobham, "Todos los días, en los tribunales de todo el mundo, hay un equipo de abogados argumentando que tal cosa fue declarada y es una técnica de evasión legítima, y la parte contraria argumentando que implica cierto grado de falseamiento y evasión. Y todos los días un juez decide que uno de esos equipos de abogados lleva razón y el otro está equivocado".

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Al igual que OJ Simpson o Jimmy Carr, puedes salirte con la tuya con lo que te dé la gana si tienes un buen abogado. Por eso, cuando se trata de impuestos, Cobham asegura que "existe una enorme zona gris".

Y esa zona gris se vuelve aún más oscura si se encuentra lejos de Wall Street o de Nueva York.

¿POR QUÉ UN PARAÍSO FISCAL?

Tener una cuenta en un paraíso fiscal es, de hecho, problemático. Como indica Cobham, "todo está en el extranjero en relación con algún otro lugar". Sin embargo, cuando tienes una cuenta bancaria suiza propiedad de una compañía panameña dirigida por un tipo que tiene el mismo nombre que tu pomeranian, la defensa de Harry Redknapp de " escribo como un niño de dos años y no sé deletrear" se hace algo menos plausible.

El hecho es que, si llegas a esos extremos para almacenar tu capital, probablemente tienes demasiado que esconder. Un marido no compra leche a las cuatro de la mañana a menos que vaya camino del burdel de la ciudad, igual que un millonario no invierte en una república bananera a menos que esté eludiendo una enorme factura tributaria en su propio país. "Es malo para la sociedad", me cuenta Cobham. "Es el proceso, no de estar en el extranjero, sino de usar y abusar del secretismo en detrimento de otras alternativas más transparentes. En resumen, es porque esta gente "tiene algo que ocultar".

Y no te atrevas a empezar a pensar que esos paraísos tributarios solo existen en islas tropicales. Algunas de las más grandes corporaciones del mundo tienen un domicilio legal en un modesto edificio de oficinas de Wilmington, Delaware. Así es, Delaware, el primer estado norteamericano en ratificar la Constitución de Estados Unidos, hogar del vicepresidente Joe Biden, y de algunas de las leyes del impuesto sobre sociedades más inocuas del mundo. Al nivel de las Islas Caimán, según algunos.

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Así que, ¿qué se puede hacer para evitar que estos paraísos surjan en estas jurisdicciones extraterritoriales? Cobham dice que tenemos que establecer registros públicos que obliguen a estas jurisdicciones a acceder al "intercambio automático de información fiscal". Aunque, teniendo en cuenta la compleja naturaleza del federalismo americano, esto probablemente no sucederá en Delaware.

MORAL APARTE, ¿LOS PARAÍSOS FISCALES REALMENTE TRAEN PROBLEMAS A LA GENTE?

Sí. Una vez llevadas a cabo las investigaciones, probablemente veremos a un montón de gente rica y poderosa esposada a causa de los papeles de Panamá. Por ejemplo, ya sabemos que los documentos detallan el blanqueo de activos vinculado al poderoso narcotráfico mexicano, de modo que cualquiera implicado en ello probablemente no estará de muy "buen rollo" cuando el juez que lleve el caso golpee con su mazo por última vez.

Papeles de Panamá aparte, las conexiones con los paraísos fiscales han desembocado históricamente en un montón de gente rica pasándolo realmente mal. Como ya hemos mencionado antes, Bernie Madoff, autor intelectual de un extraordinario esquema Ponzi, tenía dinero en un montón de jurisdicciones en la sombra, y le cayó una sentencia de 150 años.

Asimismo, Paul Bilzerian, saqueador corporativo de los ochenta que cumplió condena por fraude relativo a valores bursátiles, escondió la mayor parte de su dinero en paraísos fiscales. Sin embargo, la cárcel no parece haberle parado los pies, sobre todo si eres de los que piensa que está financiando el notorio estilo de vida de su hijo, famoso en internet.

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A una escala muchísimo mayor, el ex primer ministro de Grecia, George Papandreou, cree que el país podría haber evitado el rescate si no hubiera sido por los 21 billones de dólares (sus cifras, no las nuestras) almacenados en paraísos fiscales de todo el mundo. Eso podían habérselo ahorrado, teniendo en cuenta que actualmente están atravesando una de las mayores crisis financieras del siglo XXI.

ENTONCES, ¿QUÉ LE DEPARA EL FUTURO A DAVID CAMERON?

No mucho. Solo una gran sensación de vergüenza y un profundo sentimiento de desconfianza por parte del pueblo al que gobierna. Pero cuando has sobrevivido a la historia del cerdo, eso no parece gran cosa. "Es embarazoso para Cameron", dice Cobham. "Pero hasta donde sabemos, los pagos que ha recibido y sus declaraciones a las autoridades fiscales son completamente transparentes. En lo que creo que se ha equivocado es al decir que la empresa de su padre no se estableció para eludir impuestos".

Lo siento, Dave, pero cuando tu viejo abre una cuenta extraterritorial en mitad de la liberalización del control de cambios de Thatcher, probablemente fue con el propósito de eludir impuestos. Incluso siendo así, no es culpa de Cameron.

Es un poquito raro (muy raro) pero poco más que eso.

¿Y QUÉ HAY DE LOS DEMÁS LÍDERES MUNDIALES?

El primer ministro de Islandia, Sigmundur Davíð Gunnlaugsson, ya ha dimitido de su puesto después de que los papeles de Panamá revelaran que él y su familia supuestamente escondieron millones en cuentas extraterritoriales. Tomó la decisión tras una serie de protestas públicas, el tipo de acción civil que preocupa a muchos políticos pero no tiene efecto en absoluto en los que están hechos de otra pasta. Como el autoritario líder amante de los deportes recreativos favorito de todos, Vladimir Putin, que también estaba implicado en la filtración.

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Dudo mucho que ningún disturbio provoque que Val renuncie a su cargo. E incluso si la interpol apareciera para tener "una charlita", me cuesta creer que la KGB les permitiera pasarse por el Kremlin y/o vivir para contarlo.

¿Y cuál ha sido la reacción de Barack Obama respecto a las cuentas extraterritoriales sospechosas? Ninguna. Barack está genial. Barack va a cerrar el trimestre con todas sus finanzas absolutamente en regla. Y ese tipo de transparencia económica se mantendrá así si el mejor negociador del mundo le sucede en el cargo. Estupendo.

¿SEGUIRÁN EXISTIENDO LOS PARAISOS FISCALES, LAS LAGUNAS FISCALES Y EL FRAUDE FINANCIERO?

Desde la publicación de los papeles de Panamá, el mundo se está haciendo un montón de preguntas. ¿Seguirán los líderes mundiales escondiendo su riqueza en cuentas extraterritoriales? ¿Seguirán las jurisdicciones de las islas funcionando como bancos-hucha no regulados? ¿Tendrá este mundo más Jordan Belforts, más Paul Bilzerians y más fondos dudosos vinculados a la gente que gobierna nuestras vidas?

Por desgracia, sí; probablemente sí. Sin embargo, parece que la tendencia está cambiando. Aunque puede que la protesta que he mencionado antes no haya conseguido mucho, lo que sí indica es que estamos muy cabreados, y que ya no vamos a soportarlo más, o algo así. Como Cobham subraya, "es el momento de rendir cuentas, más que de declarar la criminalidad. La ira del pueblo viene de la sensación general de que la élite se salta las normas que el resto de nosotros tenemos que cumplir a diario".

¿Pero no hemos oído ya todo esto antes? ¿No ha emergido esta ira a la superficie en años pasados, solo para después diluirse cuando otra crisis de interés periodístico la engulle? Desde las protestas por la ocupación a las exigencias de dimisión de Cameron de los últimos meses, el fraude financiero de los poderes fácticos nos ha enfurecido a más no poder. El mercado inmobiliario se ha desplomado y hemos sufrido una gran recesión y sin embargo, los tipos trajeados que lo orquestaron todo se las han seguido apañando para poner a buen recaudo su dinero gracias a una compleja red de paraísos fiscales y lagunas legales. El primer ministro británico heredó medio millón de dólares de sus padres. Se rumorea que Putin es más rico que Dios y que está saliendo con Wendi Deng. Tal como está ahora, algunos dicen que el sistema está roto. ¿Podría estar roto hasta el punto de no poder arreglarse?

Cobham no cree que esto sea así. "Yo creo que de verdad vamos a ser testigos del mayor cambio que se haya dado nunca, porque no creo que la ira vaya a desaparecer, la gente está exigiendo que se adopten posturas en pro de la transparencia desde ya.

"Los políticos se resistirán, pero lo conseguiremos en dos o tres años".

Supongo que vamos a tener que esperar a ver qué pasa.