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Los adolescentes y los jóvenes creen cada vez más que fumar marihuana de vez en cuando no es perjudicial para la salud, de acuerdo con los datos del informe Abuso de Sustancias y Servicios de Salud Mental (SAMHSA, por sus siglas en inglés).
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Cerca del 77 por ciento de los adolescentes — los jóvenes que se sitúan entre los 12 y 17 años — perciben que fumar una vez al mes marihuana “no supone ningún riesgo”, según el Barómetro del Comportamiento de la Salud, que examina las tendencias en el consumo de sustancias y salud mental.
Esta cifra ha ido aumentando de manera constante desde 2010, cuando el 70,4 por ciento de los adolescentes dijo que no encontraban riesgo en el consumo de marihuana una vez al mes. En 2002, sólo el 32,4 por ciento de los jóvenes dijo que había un “gran riesgo” por fumar marihuana una vez al mes
“El hecho que más estados hayan legalizado la marihuana medicinal, así como el consumo, ha creado una percepción pública de que es seguro”, afirma el Doctor Richard Rosenthal, del Hospital Mount Sinai, a VICE News.
“Farmacológicamente, los mayores de 25 años sí son conscientes de los riesgos que comporta su uso, pero los más jóvenes no se dan cuenta del impacto que puede tener principalmente en el desarrollo del cerebro”, destaca Rosenthal.
Dado que el cerebro no termina de desarrollarse hasta mediados de la veintena, Rosenthal sostiene que el uso de cannabis antes de esa edad se asocia con un mayor riesgo de abuso de sustancias y otros trastornos mentales, como la depresión.
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“Me aventuro a vaticinar que la mayoría de los jóvenes no saben eso”, subraya.
En base a los datos de la Encuesta Nacional sobre Uso de Drogas y Salud (NSDUH, por sus siglas en inglés), los investigadores de la SAMHSA encontraron que el 7,4 por ciento de los niños de 12 a 17 años, dijo haber fumado marihuana en el mes anterior a la encuesta en el 2014 — un aumento del 6,7 por ciento en comparación con datos del año 2008. La cifra alcanzó su punto máximo en 2011 situándose en un 7,9 por ciento, pero disminuyó al 7,2 por ciento en 2012 y al 7.1 por ciento en 2013.
En general, el 9,4 por ciento de los jóvenes — alrededor de 2,3 millones en EEUU — consumió algún tipo de droga ilícita en el mes anterior a la encuesta en 2014.
“Como se puede ver, los números son muy altos”, destaca el doctor Peter Martin, director del Centro de Adicción Vanderbilt, quien tampoco participó en el estudio. “
La marihuana sigue siendo la droga ilegal más consumida entre los adolescentes, pero un 2,6 por ciento de los encuestados afirmaron haber usado psicoterapéuticos, y un 0,6 por ciento haber consumido por inhalación, y un 0,2 por ciento consume cocaína, y el 0,1 por ciento dijo que habían usado heroína.
Alrededor del 6 por ciento de los jóvenes abusó del alcohol en el mes anterior a la encuesta, un porcentaje que sigue descendiendo desde que en 2008 alcanzara el 8,9 por ciento. El consumo de tabaco también ha disminuido, ya que solo un 4,9 por ciento de los adolescentes encuestados fumaron durante el mes anterior a la realización de la encuesta.
El uso de calmantes para el dolor se redujo al 4 por ciento entre los hombres y el 5,4 por ciento entre las mujeres, por debajo del 5,5 por ciento y 7 por ciento anterior, respectivamente.
“Hay un descenso lento pero muy positivo”, indica el doctor Rosenthal, atribuyendo la tendencia a que los adolescentes comienzan a entender los peligros del abuso de analgésicos recetados, un mensaje en el que el gobierno ha hecho hincapié desde hace años. “Eso está empezando a calar”, recalca el doctor.
También subraya que el descenso puede ser el resultado de los esfuerzos combinados de los programas estatales, así como de los médicos y los pacientes, que han tomado medidas para evitar que los analgésicos recetados caigan en manos equivocadas.
Otros puntos destacados del informe son:
- 2,8 millones de adolescentes, el 11,4 por ciento del total de jóvenes en EEUU, informó de un episodio depresivo en el año anterior a la encuesta de 2014.
- Los pensamientos serios de suicidio fueron más altos entre los jóvenes de 18 a 25 años.
- Los que estaban sin seguro, por debajo del nivel federal de pobreza, y los que viven en áreas no metropolitanas eran más propensos a tener un trastorno de salud mental grave que aquellos con seguro, por encima del nivel de pobreza, y en las áreas metropolitanas.
Además, de los 9,8 millones de adultos con un trastorno mental mental grave en los EE.UU, sólo el 68.5 por ciento recibió tratamiento o asesoría en el año anterior a la encuesta. Los que eran mujeres y aquellos que disponían de seguro eran más propensos a recibir tratamiento.
Sigue a Sydney Lupkin en Twitter: @slupkin