La guía MUNCHIES para comer y beber marihuana

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La guía MUNCHIES para comer y beber marihuana

Supera los brownies, por favor. Te decimos cómo cocinar con marihuana. Ponte el delantal y prepara tu amparo.

Bienvenidos a La guía MUNCHIES para comer y beber marihuana, nuestra nueva columna, donde repasaremos las técnicas básicas de la cocina cannábica y exploraremos recetas de todo tipo, desde platillos mexicanos hasta cócteles. En esta primera entrega, te contamos lo que necesitas saber para hacer la leche infusionada. Y con ella, ¡lo que quieras!

En el municipio de Metepec, en el Estado de México, existe una bebida mítica que compite con la absenta en propiedades psicotrópicas –si es que la llamada "hada verde" alguna vez las tuvo–, se llama garañona y se dice que en su elaboración se utilizaba marihuana. Las versiones comerciales ya no la usan pero igual lo ponen a uno risueño, ya que la marihuana se puede beber y comer para obtener sus "efectos lúdicos" (como se le llama ahora), o para decirlo en términos técnicos: para ponerse pacheco. Por ello decidimos hacer un breve recetario para que puedan disfrutar al máximo esta planta aromática.

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LEE: Sé un buen marihuanóvoro.

En principio hay que recordar que el THC, la sustancia activa de la marihuana, esa que nos hace relajarnos y alucinar, es soluble solamente en grasas y en alcohol. Si lo preparamos en agua no hace efecto, en todo caso se liberan otras sustancias que son buenas, por ejemplo, para calmar los cólicos. Dicho lo anterior vayamos con una de las recetas más antiguas y sencillas que es la leche de marihuana, conocida en la India como bahng. Para preparar esta infusión se utiliza la planta como tal, no las flores, sino el tallo y las hojas (así se aprovecha toda la planta).

Mejor vayan preparando su amparo y despidan al dealer.

El primer paso es hacer una infusión con las hojas frescas. El agua debe estar caliente pero no hirviendo, con eso saldrá toda la clorofila y buena parte del sabor fuerte de la hierba. La tisana resultante lo puedes tirar, bebértelo por mero gusto o guardarlo para los cólicos premenstruales. Aparte pon a calentar la leche (entera eh, jamás descremada) y antes de que empiece a hervir echa las hojas ya pasadas por agua. Calcula un puño de hojas por litro de leche, aunque puedes usar más —solo no te pases—. Es importante bajar la flama y mover constantemente este cocimiento para evitar que se derrame la leche. Se deben cocinar las hojas hasta que el líquido se reduzca a la mitad, o sea hasta que quede medio litro.

Una de las ventajas de ésta receta es que se pueden usar las plantas macho, esto es las que no dan flores y por tanto son inútiles para fumárselas. Una variante gourmet es usar la manicura, esto es las pequeñas hojas que le salen a la flor y que siempre se le cortan, esta versión es más potente que las anteriores. La segunda variante es usar directamente las flores.

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Es preciso advertir que el bhang es bastante fuerte. Digamos que si lo hemos hecho bien, un caballito de tequila nos puede proporcionar seis horas de viaje. Otra advertencia prudente es que al entrar por vía gástrica tarda entre media hora y una hora en hacer efecto, así que eviten desesperarse y redoblar la dosis o podría pasarles lo que a un gran amigo que cayó fulminado y durmió durante toda la fiesta. Si les llega a suceder no se espanten, tapen al sujeto en cuestión y déjenlo dormir tranquilo, que de THC no hay registros de muerte por sobredosis. Eviten en la medida de lo posible no mezclar con otras drogas, sobre todo con alcohol, ya que puede producir vómito.

Usa leche entera

Una vez que tenemos el bhang podemos beberlo directamente o preparar diferentes guisos con ella, les sugiero que eviten preparar café con leche pues sabe horrible. Si hacen licuados usen frutas dulces que le van bastante bien, digamos que les quedaría una especie de curado con bhang. Ahora si quieren ponerse exquisitos ahí les va una receta de crema de chile poblano:

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Primero hay que asar dos chiles poblanos al fuego hasta que se queme la piel, acto seguido arrójalos en una olla con agua fría, esto hará que la piel se despegue del resto del chile y que sea muy fácil quitársela con la mano. Abre los chiles por la mitad y quítale las venas, las semillas y el rabo, el resto va a la licuadora con el bhang.

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chiles poblanos

En una cazuela pon una cucharada de mantequilla, caliéntala y fríe en ella un cuarto de cebolla finamente picada hasta que se ponga transparente. Agrega entonces la mezcla de la licuadora. A parte, diluye una cucharada de maicena en una taza de agua fría y agrégala a la cazuela junto con una taza más de leche.

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Sazona con sal y agrega unos granos de elote previamente cocidos (pueden ser de lata) y deja que espese. Esta misma crema, si la dejas espesar un poco más, puede servir como salsa para pollo o para bañar unas crepas.

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Recuerda: el sabor de la marihuana es muy fuerte, así que modificará el sabor del guiso. Dicho lo anterior ve preparando tu amparo y el delantal. ¡Ah!, una última advertencia: no te calmes el monchis comiendo cereal con esta "leche especial", si no entrarías en una especie de inception de marihuana y será un cuento de nunca acabar.

¡Provecho!