Cuando Donald Igwebuike, futbolista nigeriano, le dio el campeonato nacional a Clemson con un gol de campo

Donald Igwebuike sabía muy poco de futbol americano en 1981 cuando se unió al equipo de Clemson. El nativo de Nigeria nunca había juagado este deporte y no entendía las reglas. Sin embargo, para el final de la temporada se había convertido en uno de los miembros más importantes de la primera y única escuadra que logró el campeonato nacional, cambiando el trayecto de su carrera en el proceso.

Los tres goles de campo de Igwebuike en el Orange Bowl en la victoria de 22-15 sobre Nebraska un primero de enero de 1982, aseguró su temporada invicta y lo convirtió en una figura legendaria para su escuela. Ahora, 34 años después, mientras Clemson se prepara para enfrentar a Alabama por el campeonato nacional el 11 de enero, Igwebuike es aún recordado por todo lo que aportó inesperadamente a uno de los equipos más queridos en la historia.

En el verano de 1980, Igwebuike llegó a Clemson por una beca para jugar futbol. Era la primera vez que pisaba territorio estadounidense. En ese entonces, los Tigers eran una potencia futbolística. El entrenador I.M. Ibrahim, oriundo de Israel, recorrió el mundo en busca de talento. La primera vez que Ibrahim vio a Igwebuike fue en un partido de la sub-18 de Nigeria, la cual se encontraba viajando por toda África para competir contra los mejores equipos del continente.

En su primer año, Igwebuike arrancó como mediocampista y anotó dos goles y tuvo ocho asistencias. Dice sólo haber asistido a un partido de futbol americano en aquel otoño. Después de la temporada, su amigo de toda la vida, Obed Ariri, le pidió ayuda en sus entrenamientos previo al draft de la NFL de 1981. Ariri, quien había crecido junto a Igwebuike, jugaba futbol y futbol americano para Clemson. Cuando Ariri vio a Igwebuike anotar unos cuantos goles de campo, lo convenció para que probara jugar americano. El entrenador Danny Ford llamó a Igwebuike y lo convenció para hacerle pruebas y reemplazar a Ariri como el pateador del equipo.

"Incluso cuando empecé a jugar futbol americano, no me sabía las reglas", dice Igwebuike. "Fue divertido, pero era algo que quería explorar. Era algo nuevo."

Para el verano, Igwebuike se había ganado la titularidad. También siguió jugando futbol. Todas las tardes, practicaba con el equipo de futbol para después dirigirse a un campo cercano para trabajar con el equipo de americano. Tuvo amistades cercanas con sus compañeros, entre ellos el defensivo de primer año William Perry, quien estaba en proceso de ganarse el apodo de "Refrigerador" esa temporada.

"William era un buen tipo", dice Igwebuike. "Era un tipo divertido, siempre no la pasábamos bien junto a él. Recuerdo cuando nos reuníamos y contábamos chistes. Fue un equipo que se llevaba bien y que se apoyaba mutuamente."

El 5 de septiembre de 1981, Igwebuike conectó un gol de campo de 52 yardas en el primer intento de su carrera, el comienzo de un destacada recorrido para él y los Tigers, quienes no tenía clasificación en la pretemporada. Dos semanas después, Igwebuike pateó dos goles de campo en la sorpresiva victoria de Clemson ante Georgia, los campeones nacionales defensores, sufriendo su primera derrota en tres temporadas en las que el corredor Herschel Walker jugó para el equipo. Igwebuike seguía jugando futbol, y ayudó a que los Tigers ganaran el campeonato ACC y terminaran la temporada regular 16-1 y en el segundo lugar en todo el país.

Para cuando la temporada del equipo de futbol había terminado con una derrota de 2-1 antes Alabama A&M en el torneo de la NCAA, el equipo de futbol americano de Clemson había completado una temporada regular invicta y escalado a la segunda posición en las encuestas. Un fin de semana después, cuando Penn State derrotó a Pittsburgh, los Tigers escalaron a la primera posición previo a su encuentro contra Nebraska en el Orange Bowl. Aún así, los Cornhuskers eran los favoritos.

"Por alguna razón, no siento que el equipo de americano de Clemson obtuvo el respeto que se merecía", dice Igwebuike. "Nadie creía que éramos buenos, pero seguimos ganando partidos. Confiábamos en nosotros."

También había algunos que dudaban de Igwebuike. Como mediocampista, Igwebuike estaba acostumbrado por la importancia de ser un pateador con puntería, pero era diferente practicar un nuevo deporte ante miles de fans en grandes estadios. Falló la mitad de sus 14 goles de campo camino al partido del tazón. Pero nunca perdió la fe en sí mismo.

Después de que Clemson recuperara una pérdida de balón de Nebraska, Igwebuike anotó un gol de campo de 41 yardas. Añadió un gol más de 37 yardas en el primer cuarto y después uno de 36 para darle una de ventaja de 22-7 a los Tigers. Nebraska anotaría un touchdown y una conversión de dos puntos para acortar distancia, pero los Cornhuskers no pudieron acercarse más. Los Tigers habían ganado el campeonato nacional; Igwebuike se convirtió en una de las personas más populares de la región.

"Clemson siempre ha sido un lugar que ama el futbol americano", comenta. "Los fans siempre apoyan a los jugadores. De verdad, es un papel vital para la confianza y todo eso. No creo haber visto mejores fans que los de Clemson."

Incluso con toda la gloria y fama de sus logros en el americano, Igwebuike soñaba con una carrera como futbolista profesional. Quería seguir las huellas del ex delantero de Clemson, Christian Nwokocha, el primer nigeriano en jugar en una liga elite europea. Igwebuike nunca consideró jugar en la NFL, y para 1982 y 1983, Bob Paulling le quitó la titularidad como pateador. Recobró su lugar en su temporada de último en 1984 y anotó 16 de 17 goles de campo y todos los 41 intentos de puntos extra.

Decidió dedicarse al futbol americano, cuando en 1985 los Tampa Bay Buccaneers los seleccionaron en la décima ronda del draf de la NFL. Durante campamento de entrenamiento, compitió con Ariri. Tampa Bay eligió quedarse con Igwebuike y sacó a Ariri del equipo. "Fue una de las situaciones más incómodas de mi vida," dice Igwebuike. "Fue duro para mi verlo marcharse, pero yo no tenía control sobre la situación."

Igwebuike duró cinco temporadas con los Buccaneers, convirtiéndose en uno de los favoritos de la afición incluso cuando su equipo nunca ganó más de cinco partidos en ninguna de las cinco temporadas. Anotó el 74% de sus goles de campo, el 95% de puntos extra, y fue el máximo anotador de la franquicia cuando el equipo lo liberó en septiembre de 1990.

Poco después, Igwebuike fichó con los Minnesota Vikins. En ocho juegos, convirtió 14 de 16 goles de campo y 19 puntos extra. Pero el 9 de noviembre de 1990, los Vikings lo puso en excedencia laboral después de que fuera arrestado y acusado por supuestamente conspirar con dos hombres para contrabandear heroína de Nigeria. Casi 26 años después, aún no puede creer que haya sido implicado en este caso.

En abril, un jurado federal absolvió a Igwebuike de todos sus cargos. Nuevos informes en aquel entonces decían que Igwebuike lloró y celebró cuando el veredicto fue anunciado. "Meterse en problemas sin razón alguna, no lo creía", dice Igwebuike. "Me alegro que mi nombre haya sido limpiado, pero una vez que ha sido manchado…de verdad, es muy difícil. Estas limpio, pero el hecho de que tu nombre haya sido afectado es algo que vivirá contigo para siempre."

"Tu carácter es todo lo que tienes", continúa. "Cuando la gente lo cuestiona, es como si lo hubieras perdido todo en la vida. Tu nombre es todo lo que tienes. Sin importar cuánto dinero tengas."

A pesar de no ser acusado como culpable, Igwebuike jugó de nuevo en la NFL. Después de que los Vikings lo despidieran en agosto, estuvo en la Arena Football League y en la Canadian Football League antes de retirarse en 1995.

"No controlo las decisiones de los entrenadores", dice Igwebuike. "Fue una etapa muy difícil para mi, pero logré salir adelante con mi vida."

Hoy en día, Igwebuike vive en Maryland, justo en la periferia de Washington, D.C. Compite en ligas de futbol para hombres y disfruta pasar tiempo con su familia. También ayuda a entrenador a pateadores y equipos especiales de la preparatoria local. Su hijo recién terminó la temporada de primer año como running back en el primer equipo, pero no tiene planes de jugar en la misma posición que su padre.

"No quiero contarles todo lo que ha dicho de los pateadores", dice Igwebuike riéndose.

Igwebuike no ha tenido la oportunidad de asistir a un juego de Clemson esta temporada. Aún así, ve a los Tigers por la televisión y lee acerca de ellos cada que puede. No puede esperar para el partido Clemson-Alabama y habla como todo un alumno devoto y orgulloso.

"Ese es mi equipo", dice Igwebuike. "Es todo lo que amo. Siempre seguiré a Clemson. Sé que el 11 de enero, nos llevaremos el segundo campeonato nacional."