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Así es ser un jugador de la NBA... sin haber pisado jamás un pabellón americano

¿Qué sentirías si te dijeran que te han traspasado dos clubes para los cuales jamás jugarás? Esta es la situación de muchos jugadores de baloncesto cuyos derechos son utilizados como moneda de cambio en la NBA.
Photo by EPA

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A finales del mes de enero, el pívot estadounidense Maarty Leunen —que a día de hoy juega en el Felice Scandone Avellino de la Lega Basket Serie A italiana— se encontró con que había sido intercambiado por Josh Smith.

Desde su casa en Italia, Leunen leyó en la web de la ESPN que Smith había sido traspasado de los Houston Rockets a Los Angeles Clippers. En el intercambio, el equipo angelino había recibido algo de dinero y los derechos de otro jugador: él mismo.

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"Me quedé bastante sorprendido, porque nunca he jugado en la NBA", explica Leunen, que pasó cuatro años en la Universidad de Oregón antes de que los Rockets le eligieran en segunda ronda en el draft de 2008. "Houston solo tenía mis derechos, pero nunca jugué para ellos, así que fue divertido ver mi nombre en la ESPN".

Leunen había sido traspasado, sí, pero solo sobre el papel: su vida siguió sin cambio alguno. "Ese día solo hubo unas cuantas bromas de mis compañeros de equipo", ríe el estadounidense. "Yo mismo hice algunas coñas rollo, 'mirad chicos, este es mi último día en Italia porque me voy a Los Angeles'. Se burlaron un poco de mí y me pidieron entradas", continúa Leunen, que a día de hoy continúa en Avellino como si nada.

Ni los Rockets ni los Clippers contactaron con Leunen después de la operación. A diferencia de los jugadores de la NBA, el agente de Maarty no le mandó informaciones constantes sobre el traspaso, ni su familia le llamó, ni hubo conversaciones extrañas con entrenadores y directivos.

Maarty Leunen pasó de los Rockets a los Clippers… pero difícilmente pisará nunca el Staples Center en un partido oficial. Imagen vía WikiMedia Commons

"Me enteré del traspaso, pero no era suficientemente importante como para que mi agente se preocupara por ello", explica Leunen. "De hecho, ni siquiera me llamó. Le mandé un mensaje de texto: '¿Te puedes creer que me han traspasado?'. Fue más en broma que otra cosa, en realidad".

Esta es la realidad que encaran muchísimos jugadores de baloncesto que entraron en el draft de la NBA pero que ahora juegan en ligas de todo el mundo. Las franquicias de la competición norteamericana pueden retener los derechos de un jugador el tiempo que quieran y los pueden usar en operaciones de traspaso en cualquier momento.

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En un torneo que constantemente intenta huir de los impuestos como la NBA, los derechos de jugadores que nunca juegan son una herramienta perfecta porque justifican la condición básica de que en cualquier traspaso ambos equipos deben recibir algo, incluso aunque la ganancia solo sea 'virtual'. De esta forma, ninguna franquicia tiene que soportar cargas extra: no hay salarios que pagar, no hay cambios que hacer en la plantilla. Es por eso que muchos traspasos incluyen los derechos de tipos que no han jugado nunca un partido en la NBA… y que probablemente no lo harán nunca.

Cuando te han traspasado siete veces en la NBA pero tú no has siquiera pisado el parqué de un pabellón norteamericano. Imagen vía EPA

No hay límite a la cantidad de veces que los derechos de un jugador pueden ser traspasados. La operación de Josh Smith también incluía al ucraniano Serhiy Lishchuk, actualmente miembro del UCAM de Murcia, cuyos derechos han sido intercambiados hasta seis veces desde que los Memphis Grizzlies le seleccionaron en segunda ronda en el draft de 2004.

Lishchuk es un buen ejemplo de la pequeña comunidad de jugadores cuyos derechos 'viajan' a través de la NBA mientras ellos mismos desarrollan toda su carrera en Europa. El griego Georgios Printezis, por ejemplo, ha visto cómo sus derechos eran traspasados siete veces desde que los San Antonio Spurs le eligieron en 2007… a pesar de que en su carrera solo ha jugado en su Grecia natal y en el Unicaja de Málaga.

"Normalmente, a los jugadores no les gusta que les traspasen tantas veces", explica el agente de Printezis, Georgios Dimitropoulos. "Una o dos veces está bien, pero a partir de ahí el asunto se convierte en una broma. Probablemente debería haber un límite al número de traspasos que se pueden ejecutar con los derechos de un jugador".

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Después de un gran número de estas operaciones, jugadores como Leunen y Printezis terminan convertidos en abstracciones, más que en jugadores, para las franquicias de la NBA: sus nombres solo han aparecido en operaciones de traspaso, ningún técnico les ha tenido a sus órdenes, y ningún espectador les ha visto jugar en la liga norteamericana.

Para Leunen, sin embargo, la historia tiene aún más miga. Maarty fue elegido en la posición número 54 en el draft de 2008 e incluso jugó para los Rockets en la liga de verano de la NBA de ese año, pero la franquicia le sugirió que viajara al extranjero para pulir su juego. Ello llevó a Leunen a Turquía, Alemania e Italia. Maarty volvió a disputar la liga de verano hasta tres veces —la última, en 2014—, pero en todos los casos el estadounidense acabó sin un puesto asegurado en ninguna plantilla.

A pesar de que Leunen tenía interés en ser invitado a los campamentos de entrenamiento de las franquicias de la NBA, el estadounidense no quería entrar en el 'juego de las sillas' que representa no disponer de un lugar asegurado en una plantilla. El problema es que las plantillas europeas suelen cerrarse en agosto, lo cual representa un conflicto: la pretemporada de la NBA suele comenzar hacia finales de septiembre.

"Sinceramente, no quería arriesgarme de esta forma", explica Leunen a VICE Sports. "Siempre he tenido buenas oportunidades en Europa, así que no quería dejar mi vida aquí para irme a una pretemporada de la NBA en la cual no solo tendría que jugar muy bien, sino que además necesitaría tener suerte para conseguir un puesto en el equipo".

A pesar de estar fuera del radar de la NBA, los derechos de Leunen al menos le dieron un pequeño momento de fama en su país natal.

"Fue bastante divertido", explica Maarty, "porque a través de Facebook y de las redes sociales me sentí muy popular. Mucha gente a quien no conocía me etiquetó en posts o hizo comentarios sobre mí. Muchos eran del palo '¿Quién es Maarty Leunen?'".

"Me hizo gracia, la verdad. Durante unos cuantos días, me sentí bastante popular: aparecí en ESPN como jugador de la NBA a pesar de no haber jugado nunca allí", concluye.

El autor tampoco juega en la NBA ni tiene pinta de hacerlo en un futuro próximo, pero puedes seguirle en Twitter: @RafelitoC7