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Cultură

El 'selfie' con el secuestrador del avión de Chipre es insuperable

"No sé muy bien por qué lo hice. Cometí una locura intentando mantener el sentido del humor ante la adversidad. Pensé que, si la bomba era de verdad, no tenía nada que perder de todas maneras y así podía verla más de cerca".

Foto vía @Journo_Paul

El ser humano es de natural bromista. La chanza fluye por sus venas e infunde vida a su corazón. El espíritu socarrón reviste cada una de sus terminaciones nerviosas, cada folículo. El exceso de guasa sale expelido a presión por sus fosas nasales y oídos. Si me cortas, de mis heridas emanará la broma. Arrástrame por el áspero suelo y dejaré un rastro de cachondeo. Rebáname una arteria y brotará un chorro de pitorreo salpicándolo todo. Si posas la oreja sobre mi pecho y escuchas con atención, oirás el murmullo de mi corazón, su cadencia rítmica. "Cachon-deo, Cachon-deo". Estamos hechos de broma, tejidos con ella, forjados en su fragua. Dale a un hombre algo de qué reírse y se alimentará durante undía.

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Lamentablemente, la broma tal y como la conocemos se ha acabado gracias a esto. Se han echado todas las risas que se podían echar. Ese hombre… Ese hombre se ha llevado todo el cachondeo que quedaba. Las reservas de pitorreo se han agotado. La ciudad se marchitará sin él. Alguien se lo ha llevado. Alguien se lo ha llevado todo. No te molestes en mirar en el fondo de ese pozo, Timmy, no queda nada de cachondeo. Sabes que esta sequía abocará a tu familia a la muerte, porque Ben Innes, oriundo de Leeds, se ha llevado hasta la última gota de cachondeo, en un gesto de inconmensurable egoísmo:

Este es el sello de excelencia del pitorreo, a partir del cual solo hay una única dirección: hacia abajo. Jamás en la historia volverá a producirse una escena de este calibre. La imagen de Ben Innes, ufano rehén de Seif Eldin Mustafa, quien mantuvo un avión secuestrado durante seis horas en el aeropuerto de Chipre, bajo la amenaza de detonar lo que resultó ser un cinturón bomba falso si la policía no le permitía hablar con su esposa chipriota. Ahí están Ben y su despreocupación, aniquilando sin esfuerzo el concepto mismo de la burla con su pose hierática y una sonrisa encastrada en la cara, mientras Seif, que nunca en su vida ha posado para una foto, se encuentra solo de cuerpo presente, distraído pensando en su esposa y en lo mucho que lo odia, en cuánto tiempo pasará hasta que alguien descubra que su bomba no es más que un burdo montaje, en cuántos tiros le van a descerrajar si intenta escapar del avión, en lo poco que ha planificado esta loca estratagema para impresionar a su esposa.

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Pese a todo ello:

Por favor, miradlo bien. Observad la imagen: perfecta en todos los aspectos. El retrato mismo del cachondeo. La comunidad científica, con cientos de millones de euros y recursos ilimitados a su disposición, no habría sido capaz de sintetizar siquiera una décima parte de la burla que emana de esa fotografía. Recordad dónde estabais en el momento en que tomasteis conciencia del hecho de que algo así no se podrá superar jamás. La broma se ha defenestrado y tras de sí solo queda el vacío.

Estas son las declaraciones que el bueno de Ben hizo a The Sun el martes pasado: "No sé muy bien por qué lo hice. Cometí una locura intentando mantener el sentido del humor ante la adversidad. Pensé que, si la bomba era de verdad, no tenía nada que perder de todas maneras y así podía verla más de cerca.

"Le pedí a una de las tripulantes que me ayudara con la traducción y le pregunté si podía hacerme una foto con él. Él se encogió de hombros, así que me puse a su lado y sonreí a la cámara mientras la azafata hacía la foto. Tiene que ser la mejor selfie del mundo".

Teoría: el hecho de que Ben describa una foto que él mismo reconoció que había tomado otra persona como selfie constituye una especie de metaburla dirigida a aquellas personas que desprecian a quienes denominan selfie a las fotos hechas por los demás. Ben Innes está en la categoría de los altos hechiceros del pitorreo, se mueve con soltura en las altas esferas de este arte, en ondas de radio que ni siquiera somos capaces de detectar. Se burla delante y detrás de ti, se burla a nivel microscópico y astronómico.

La naturaleza fortuita del universo ha puesto a Saif Eldin Mustafa en una situación que no esperaba ni por asomo, le ha plantado delante un alto sacerdote del cachondeo cuando lo único que él quería era un puñado de rehenes obedientes; lo ha enfrentado a un monje del pitorreo hiperevolucionado que pasa sus días en sacro silencio estudiando y meditando sus próximos movimientos. Nunca estaremos a la altura de este genio. Ahora todo es cuesta abajo.

@joelgolby

Traducción por Mario Abad.