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Cultură

¿Por que los españoles están obsesionados con el porno de maduritas?

El porno de maduritas, especialmente de maduritas españolas, es la principal preferencia de los españoles a la hora de masturbarse.

Según las estadísticas de PornHub, España está cambiando sus hábitos masturbatorios delante del ordenador. En los últimos años, contra pronóstico, el consumidor nacional ha aupado al mature porn hasta lo más alto de sus filias pajilleras. Hemos evolucionado a lo bruto: de teens a maduras, así, sin medias tintas, y hemos descubierto que el sexo con institutrices depara muchos más placeres que el bombeo de carne adolescente. La pornografía con maduritas por fin ha alcanzado un estatus de categoría caliente, se ha despojado de su costra de decadencia y se ha erigido en uno de los combustibles para manolas más apreciados en este país.

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Hablo con Max Cortés, uno de los mejores actores porno de España (y del mundo), para preguntarle por qué hemos cambiado a la colegiala por la directora del instituto. " Puede ser por la ley del péndulo. Cada cierto tiempo una moda pasa de un extremo a otro. Hay otro factor importante: ahora producimos porno para el usuario final. En los 80 y 90 se rodaba pensando en el producto que podía gustar a un tipo que lo compraba desde un despacho para distribuirlo. Dichos distribuidores compraban la producción siguiendo unos criterios muy personales y el rollo 'teen' era lo que creían que el público quería". El psicólogo y sexólogo Ignasi Puig Rodas prefiere señalar que "en una sociedad tan inundada de porno, la gente se cansa de lo habitual, se decanta por otras variantes, y el porno maduro es una opción aceptada. Antes, los españoles eran mucho menos tolerantes con la homosexualidad, y ahora es una de los países más tolerantes con esta opción. También puede haber pasado lo mismo. Asimismo hay un factor de edad, el consumidor envejece y busca actrices que sean de su generación".

A los consumidores de porno, mayoritariamente hombres, les gustan cada vez más las mujeres inteligentes, con un perfil más masculino en según qué aspectos, pero también con ese patrón femenino y dominador. Ya no quieren a su lado a una perfil de mujer dependiente

Lo subraya también Jorge Sánchez, socio fundador de CodigoNetwork S.L. Jorge lleva desde 2008 en el negocio de las webs para adultos y se ha especializado en vídeos porno con mamacitas hambrientas. Sus dominios más conocidos son www.xmaduras.com y www.muchasmaduras.com, puntales de un mercado que en España se ha disparado. "Siempre ha sido una categoría fuerte. No obstante, ha crecido con los años, y tiene que ver con la edad de los usuarios habituales. En 2000, muchos hogares no tenían internet y en los que había, solo lo usaban los jóvenes. Actualmente no es así, hay millones de internautas y con un rango de edad que ha ido creciendo con el tiempo. Por tanto, también han cambiado los gustos". Que el porno sea una opción de ocio más para las nuevas generaciones -mucho más desprejuiciadas y sin miedo a tabúes-, juega también a favor de esta tendencia, como apunta de nuevo Max Cortés. "Los nuevos internautas han incorporado el consumo de porno como una opción totalmente normalizada. Pueden ver una serie online, actualizar su perfil de Facebook, ver unos vídeos porno y reservar un vuelo de una tirada, y es absolutamente normal".

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Sin embargo, a pesar de la pujanza de las nuevas generaciones, en España, el mito de la institutriz sexual madura no debería resultarnos nuevo: la castiza calenturienta, siempre dispuesta a compartir sus jugos con los mocosos, ha estado presente en el imaginario colectivo patrio desde hace mucho tiempo. Un género tan picantón como la Revista post Transición, sin ir más lejos, es uno de los guiños más claros de la cultura popular española al porno con señoras. El pícaro que esta nación lleva dentro aprecia mucho más una transgresión sexual con la mamá de la vecinita que con la vecinita; es lo más cercano a la última frontera, el trofeo definitivo.

Acudo a un doctor en sociología para encontrar las raíces más profundas de este fenómeno en las entendederas del consumidor español. Solo nos cede sus iniciales, G.O., pero aporta un argumento interesante. " Es un fenómeno unido a factores sociales que han contribuido a la emancipación de la mujer, pues han tenido su réplica en la aparición del concepto Milf, que si bien es Mother I'd Like to Fuck también es una representación de la mujer que dista mucho de ser una esclava o un objeto. No soy un experto en porno de maduras, pero son ellas las que llevan las riendas del asunto en la escena". No parece ninguna casualidad, pues, que el Interviú de Terelu Campos fuera uno de los más vendidos (y acartonados) de la historia de la publicación. De hecho, uno de nuestros sex symbols televisivos actuales se llama Mariló Montero, tiene 50 años y no hay un solo treintañero patrio que no haya sentido la tirantez de Príapo en el bajo vientre de buena mañana al verla en la televisión.

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Les gusta mi naturalidad, que no sea tan delgada como la mayoría. Me ven una chica normal, rellenita, con 39 años y todos lo flipan. A veces me pregunto cómo les puedo gustar tanto, habiendo tantas actrices con cuerpos perfectos

La socióloga Elena Márquez profundiza brillantemente en la cuestión. Para ella, " las mujeres de hoy quieren que se las trate bien en el sexo, manifiestan sus necesidades. Quieren disfrutar y han pasado de ser sumisas a activas. Son capaces de rechazar a un hombre porque no les satisface en el sexo, y son capaces de manifestar lo que les gusta. En este aspecto, el hombre no ha madurado tanto y esto le crea cierto conflicto interno: tiene muy impregnado su rol y también necesita tiempo para su transformación. Estamos en un momento de máxima tensión en las relaciones entre hombres y mujeres, y el sexo es el punto de encuentro". ¿Qué buscamos, pues, en los videos mature? Elena apuesta, entre otros factores, por un cambio de mentalidad: "A los consumidores de porno, mayoritariamente hombres, les gustan cada vez más las mujeres inteligentes, con un perfil más masculino en según qué aspectos, pero también con ese patrón femenino y dominador. Ya no quieren a su lado a una perfil de mujer dependiente" .

La naturalidad es otra de las claves para una las heroínas nacionales del género. Se hace llamar Nuria La Madurita, dice rondar los 40, y es una de las actrices porno maduras más conocidas del país. Llegó a tener 30 mil seguidores en su cuenta de Twitter, pero se la cerraron. Ahora opera desde @actriznuri y la podemos ver también en la plataforma Cumlouder. "Les gusta mi naturalidad, que no sea tan delgada como la mayoría. Me ven una chica normal, rellenita, con 39 años y todos lo flipan. A veces me pregunto cómo les puedo gustar tanto, habiendo tantas actrices con cuerpos perfectos". El sociólogo David C. coincide: " Esta dato podría dar a entender que a la gente le produce más morbo imaginarse que se lía con alguien que podría pertenecer a su vida diaria, como una compañera de oficina, una vecina. Eso explicaría lo de las maduras amateur y lo de las estrellas del porno veteranas. Además, la calidad de un vídeo de una mujer de 40 y una de 20 es la misma, por lo que los señores han decidido abandonar ciertos gustos estéticos juveniles y artificiales por una tendencia más natural, más cotidiana, y sobretodo afín a sus gustos por edad".

Y ahí está la sorprendente lección de humildad del pajillero nacional. El sueño del bisturí produce monstruos. Cansado de tanto balón de básquet en los glúteos y tanta tetorra hipertrofiada –la cirugía en cadena crea clones-, el internauta español opta por mujeres reales con el morbo añadido del efecto Mrs. Robinson: la vertiginosa transgresión de saberse dulcemente corrompido por una profesora del sexo severa, fiera y didáctica. Ignasi Rodas no descarta este ingrediente: "Ahí está el morbo que produce el elemento madrastra, una compañera sexual que te pueda instruir, que tenga más experiencia". Cuánta modestia por parte del pajillero, pues no solo quiere mujeres reales y maduras, también quiere aprender del milfismo; se sabe alumno, inexperto y sumiso.

No obstante necesito saber qué tiene la Milf que no tenga una adolescente. Y quiero saberlo de mano, nunca mejor dicho, de un pajillero profesional. Me meto en el foro Putalocura y consigo contactar con algunos de esos entrañables depravados que hablan sobre porno y señoras con la delicadeza de un wookie encelado. Consigo una vía para charlar en privado. Todos prefieren mantenerse en el anonimato, pero exhiben una soltura de muñeca asombrosa escribiendo: cuesta poco imaginar cómo la ha adquirido. "Estamos saturados de tanta tía buena inmaculada", me dice uno confirmando las teorías de algunos de los expertos. "Me pone mucho el rollo de follarme a la madre de un compañero de clase. Me gusta que la señora lleve la iniciativa y te enseñe. Y que tu colega no lo sepa. Esa sensación nuca la sentirás con un vídeo porno con chicas jóvenes, da igual lo operadas y perfectas que estén", comenta otro. "A mí lo que más me gusta del porno con mujeres mayores españolas es que las siento cercanas. Tampoco me gustan las tías muy viejas que me recuerden que soy mortal, pero sí que me hablen en mi idioma, que se corran en cristiano, vamos", dice un tercer consumidor de porno de maduritas algo siniestro.

Eso sí, para Max Cortés, que lo vive desde dentro en el sentido más literal de la expresión, actualmente la veteranía no es un grado en términos de profesionalidad, ni mucho menos la panacea para rodar una escena caliente de máxima calidad. " Es cierto que hoy las estadísticas demuestran que las actrices más experimentadas reciben más visitas, clics y suscripciones, pero las nuevas generaciones han normalizado mucho el consumo de contenidos y el acceso a todo tipo de contenidos ha democratizado el aprendizaje del 'performing' en las escenas. Puede ser tan profesional una actriz casi novel que una de amplia trayectoria". Max ha dado en el clavo. En el porno actual ya no pesan los años, pesan los gigas.