
Hasta ahora, la increíble carrera del fotógrafo estadunidense Peter van Agtmael se ha enfocado en documentar los efectos de las guerras de EU tras el 11 de septiembre, tanto en casa como en el extranjero. Antes de viajar a Irak en 2006, había cubierto ciertos temas entorno a refugiados VIH-positivos en Sudáfrica y el tsunami en Asia en 2005. Después de empezar a trabajar en Irak, ganó numerosos premios, trabajó en Afganistán, tanto como periodista asignado como independiente, y documentó a soldados heridos y a sus familias. Hablamos sobre la misteriosa atracción del conflicto, y las realidades de la censura y el cuidado de los heridos de un país.VICE: Te graduaste de historia en Yale con honores. ¿Qué estudiaste específicamente?
Peter van Agtmael: Estudié un currículum bastante general. Para cuando escribí mi tesis, había decidido escribir sobre cómo la iconografía de la Yugoslavia de la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas opositoras como los chetniks y los ustaše, fue renovada en el conflicto de los Balcanes de los noventa. Cómo se usó para infundir temor y explotada por los agentes del poder para desatar una guerra civil.

Crecí en los suburbios de Washington DC. Esos suburbios son como los suburbios en cualquier otro lado. Es fácil soñar sobre lugares más emocionantes. Cuando era niño, siempre me gustaron los libros ilustrados de historia, en especial los de la Segunda Guerra Mundial. Todo me parecía muy emocionante y romántico, a su manera.
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Creo que es algo generalizado. Si has leído Dispatches de Michael Herr, él lo describe muy bien; aunque quizá sea una referencia un poco vieja. Básicamente dijo que no puedes quitarle el romance a la guerra. Es algo innato. Es una parte genéticamente incrustada en la experiencia. Todos, objetivamente, nos damos cuenta de lo terrible y abominable que es, pero también para muchos jóvenes, en especial hombres, está esta atracción, algo que no está basado en ninguna lógica o racionalidad. Hay millones de maneras de intentar intelectualizarlo, racionalizarlo y romperlo en pequeños componentes, pero al final del día hay una atracción que realmente no se puede describir ni explicar. Al menos no en mi caso. Envidio a aquellos que no se sienten atraídos a la guerra en muchos sentidos. He tenido una vida buena e interesante, pero a veces desearía haber tomado otras decisiones.
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Sentí algo de insatisfacción en comparación con la primera vez que cubrí estas guerras, que fue a principios de 2006 cuando las cosas ya habían empezado a salir mal. Pero lo que más me sorprendió fue la falta de curiosidad de muchos de los soldados sobre las ramificaciones de lo que hacían. Había algo sobre lo que estaban haciendo, gente probando sus límites, por amor y protección de sus camaradas, ¿pero el panorama general? No creo que el hombre promedio tenga mucha curiosidad por eso.Por supuesto hay algunos extremadamente involucrados, otros no. Recuerdo en Irak en 2010, un güey se me acercó y había escuchado que había estado cubriendo Irak y Afganistán durante algunos años. Quería que el aclarara si las guerras habían empezado al mismo tiempo. Esta pregunta me sorprendió, obviamente hay una trayectoria histórica muy importante sobre el inicio de estas guerras. Le pregunté cuantos años tenía y me dijo que 19. Me di cuenta entonces que tenía apenas diez años cuando empezó la guerra en Afganistán, 12 cuando empezó la de Irak, se unió al ejército en tiempos de guerra y nada de esto le impresionaba.
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Intento no sacar muchas conclusiones antes de entrar a una situación. A pesar de trabajar dentro de los medios, siempre he tenido un escepticismo muy saludable. El problema es que es muy difícil interpretar lo que sucede en el largo plazo cuando vez lo que pasa día a día en tierra. Al ir a estos lugares he aprendido una cantidad extraordinaria de cosas sobre ellos, y como he pasado mucho tiempo como periodista asignado, he aprendido mucho sobre como libra sus guerras EU. lo cual es fascinante, la manera en la que esta gigantesca máquina burocrática y militar llega, construye estas estructuras y se comporta.Eso es en lo que me enfoco. Quedé muy impresionado por lo mal informada que está la gente, o incluso por las personas informadas con sus opiniones manipuladas por su deseo de ser escuchadas. Cuando filtras todo ese ruido, queda muy poco. Creo que el significado de los eventos históricos queda determinado durante el evento o inmediatamente después, así que en este momento soy muy cuidadoso con los juicios que hago, soy de la idea de “esperar y ver”. Sin embargo es muy desesperanzador estar ahí y ver lo que pasa. Termino con más sentimientos de preocupación que de optimismo.
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He escuchado sobre algunos casos de censura. Pero como estructura general creo que los periodistas asignados con el ejército tienen una gran libertad. Hay ciertos comandantes que se preocupan por ti y por lo que haces, muchas veces más por sus hombres que por miedo a que salga la información. Pero si eso pasa simplemente te cambias de unidad. Nunca he tenido problemas de censura. He podido grabar la depravación en el corazón de estos eventos. Me refiero más a los estadunidenses. Los ingleses y los alemanes, por ejemplo, no dan casi ningún acceso; definitivamente no durante operaciones de combate.Escuché de una situación con el fotógrafo británico Jason Lowe, quien tomó una foto de una soldado británico herido. El soldado en cuestión dio su consentimiento para que se publicaran las fotos, pero el MOD hizo que esto fuera muy difícil. Eso me parece muy anti-democrático. Siento que la verdadera censura, en mi experiencia, viene de los medios. Ha habido mucha discusión sobre cuáles son las imágenes emblemáticas de estas guerras, pero las imágenes emblemáticas dependen de mucha diseminación, y creo que muchas imágenes no han tenido eso.

No me malinterpretes con lo que te voy a decir. No estoy a favor de publicar imágenes gráficas sólo porque si. Creo que hay muchas imágenes violentas y brutales que tienen un efecto distanciador. Pero hay muchas imágenes violentas que adentran a uno en el tema. De hecho, mi foto de un soldado estadunidense deteniendo una bota frente a una pared ensangrentada tras una explosión suicida fue publicada en una revista estadunidense, pero sólo en la edición europea. El artículo se publicó en ambas, pero en la edición estadunidense remplazaron la foto con una imagen genérica de unos helicópteros. Ocurrió algo similar con otra de mis fotos de un soldado herido mirando hacia la cámara. Para mí eso es una negativa de los medios a exponer a los estadunidenses a los hechos brutales de la guerra. Guerras en las que todos estamos incriminados por la naturaleza de nuestra democracia. Muchas personas tratan de excusarse diciendo: “Yo voté contra Bush, hice mi parte”. Pero al mismo tiempo no hemos tenido realmente un movimiento anti-bélico. Esos gestos y aseveraciones me parecen un poco vacías.
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Es una pregunta interesante. Aquí en EU tenemos mucho “apoyo para los soldados”, al menos en la superficie. Después de la Guerra de Vietnam hubo demasiado disgusto hacia los soldados, eran vistos como criminales con sed de sangre y no como víctimas de una política exterior mal planeada. En estas guerras pasa lo contrario, los soldados son casi un fetiche, pero de una manera muy superficial. La gente está organizado todos estos eventos de Apoyo a Nuestras Tropas, amarrando listones amarillos en sus autos, estos actos públicos. Existe la idea del soldado como un hombre noble que sirve a su nación. Pero lo que he encontrado en términos prácticos es que todo esto es muy vacío. Al final del día, muchos de los soldados que conozco que han sido heridos, física o emocionalmente, nadie está interesado realmente en ayudarlos más allá de una palmadita en la espalda. El interés en los soldados es esa especie de “¿Mataste a alguien mientras estuviste allá? ¿Estuviste en alguna balacera?”; ese tipo de interés. El interés empático con los soldados es, creo yo, extremadamente limitado.

Sigo trabajando con estos soldados. Pero ahora me enfoco más en el otro lado de estas guerras. Los iraquíes y afganos que han sido afectados por la guerra. Las diásporas de refugiados en todo el mundo como resultado de estas guerras. Hace poco estuve en Bavaria, donde hay leyes de inmigración muy estrictas, para visitar uno de estos campamentos para refugiados donde los afganos viven prácticamente en un limbo, encerrados durante años en barracas hitlerianas con poco apoyo del gobierno local. Ese es el resultado de estas guerras, y seguirá igual durante muchos años.
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Trato de trabajar de manera consistente a donde sea que voy. Me atraen cosas muy parecidas en casi todas las situaciones. Lo que me gusta de la fotografía es que puedo abrirme a todo lo que el lugar tenga que ofrecer; obviamente no puedes evitar tener un punto de vista, pero puedes enfrentarte a cosas hermosas, nuevas, confusas o sorprendentes sin previo aviso. Esto puede ocurrir en una zona de guerra, o en cualquier lugar. Creo que mientras tengas los ojos abiertos, en todos lados es igual.







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