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Científicos investigan zonas de la Tierra en las que el tiempo ha desaparecido misteriosamente

Existen una serie de formaciones rocosas, denominadas “discordancias”, de las que parecen haber desaparecido los vestigios de millones de años de historia de la Tierra. Ahora, la comunidad científica parece haber dado con la respuesta.
​Great Uncomformity in Colorado. Image: Rebecca Flowers
Great Uncomformity in Colorado. Image: Christine Siddoway

Todos sufrimos momentos de amnesia temporal, como cuando olvidamos el nombre de algún conocido o para qué hemos entrado en una habitación determinada. Pero esos lapsos mentales son minucias comparados con los episodios de amnesia misteriosos y épicos que sufre la memoria de la Tierra, a veces de cientos de millones de años.

Esas lagunas en el registro geológico de nuestro planeta, conocidas como “discordancias”, se infieren de los estratos de roca que se forman a lo largo de periodos de tiempo muy prolongados y se van superponiendo, a veces con una separación temporal de mil millones de años o más. Esto sugiere la intervención de fuerzas naturales que han evitado que se conserven determinadas capas de sedimentos formadas en dichos periodos.

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Estas discordancias resultan tan apasionantes porque son un indicio de un pasado perdido que quizá podría arrojar luz al proceso evolutivo de la Tierra y sus formas de vida. Pero, además de contarnos lo que no sabemos, estos “vacíos” sedimentarios ayudarían a los científicos a hacer una lectura más precisa de la memoria de nuestro planeta.

“Una de las incógnitas generales es si el registro de rocas sedimentarias de la Tierra está completo o si, por el contrario, solo disponemos de información fragmentaria debido a que han desaparecido secciones considerables por el efecto de la erosión”, explicaba en un email Rebecca Flowers, geóloga de la Universidad de Colorado Boulder. “También buscamos entender mejor la relación existente entre los procesos superficiales (como la erosión), los generados en las capas profundas de la Tierra y el cambio biológico, climático y medioambiental a largo plazo”.

Flowers es la autora principal de un estudio publicado el 20 de abril en Proceedings of the National Academy of Sciences y que aporta nuevos datos sobre una de las lagunas de memoria más conocidas de la Tierra, la Gran Discordancia, que puede verse (o, mejor dicho, que no puede verse) en rocas de todo el mundo.

Este vacío abarca un periodo que comenzó hace más de mil millones de años, cuando los microorganismos simples dominaban el planeta, hasta hace unos 550 millones de años, justo antes de que se originara la vida compleja en la Tierra.

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Ya en estudios anteriores se había lanzado la hipótesis de que ese periodo que falta se debió al efecto de la erosión provocada por la Glaciación Global, que tuvo lugar en al menos dos ciclos, hace entre 715 y 640 millones de años.

Pero Flowers y sus colegas proponen en su nuevo estudio que la causa de dicho vacío se encuentra en “rasgos tectónicos regionales y, por tanto, no se trata de un fenómeno global sincrónico”. El equipo de investigación llegó a esta conclusión examinando la discordancia en un afloramiento de granito en Pikes Peak, Colorado, si bien este no es el único lugar que contiene secretos sobre ese pasado borrado.

“Estamos trabajando en otros yacimientos en Norteamérica, entre ellos el Gran Cañón, donde quizá la Gran Discordancia sea más conocida”, señala Flowers. “Nuestro plan es estudiar después yacimientos en otros continentes”.

“El objetivo de estas labores es determinar si existió un evento erosivo sincrónico, como proponen algunos expertos, que provocó una ‘Gran Discordancia’ o si se trató de múltiples ‘Grandes Discordancias’ que se desarrollaron en periodos distintos, en lugares distintos y por causas distintas”, añadió.

Para acotar el problema, el equipo estudió muestras de minerales y cristales de las rocas, como la hematita y el circón, mediante los cuales se puede reconstruir la historia térmica de las capas de sedimento. Los resultados revelaron que los basamentos geológicos de Pikes Peak se habían erosionado antes de la Glaciación Global, por lo que “no puede ser producto de una erosión glacial”, concluye el estudio.

Asimismo, la investigación pone en duda la hipótesis de que la erosión relacionada con la Gran Discordancia pudiera haber depositado en la Tierra nutrientes que desencadenaron la explosión cámbrica, un evento que marcó la aparición repentina de vida compleja hace unos 541 millones de años.

“Si se produjo una gran erosión varios cientos de millones de años antes de la explosión cámbrica, se puede deducir que ambos eventos (la explosión cámbrica y la erosión de la Gran Discordancia) no guardan relación”, explicó Flowers. Nuestros resultados indican que, en Pikes Peak, la superficie de la erosión de la Gran Discordancia se formó varios cientos de millones de años antes de la explosión cámbrica”.

El equipo sugiere que los procesos tectónicos asociados a la formación y el desmembramiento de Rodinia, un supercontinente que existió hace unos mil millones de años, podrían haber sido los causantes de la laguna de memoria de Pikes Peak. Pero es necesario seguir investigando para despejar todas las incógnitas de la Gran Discordancia, o, mejor dicho, las discordancias.