Foto de portada por Teresa Cano
Los procesos. Al final todo se trata de simples procesos. Hacer una cosa y después la otra, crear capas de acciones que resulten prácticas para un fin concreto. Ahí va un ejemplo: resulta que tenemos ganas de masturbarnos, entonces vamos a la cocina, arrancamos dos cuadraditos de papel del rollo de cocina, cogemos el móvil, nos tumbamos en la cama, nos bajamos los pantalones, escribimos “pornhub” en el navegador (“nueva pestaña de incógnito”), buscamos vídeos, los visualizamos, nos tocamos los genitales y luego eyaculamos encima del papel de cocina, superficie que también aprovecharemos para terminar de asearnos.
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El problema del papel de cocina y de las toallitas húmedas es que los desecantes que pueden contener los primeros y los agentes de limpieza y emulsionantes de los segundos pueden irritar la piel, además de no ser tampoco demasiado absorbentes y de generar residuos. El papel de váter en concreto es poso resistente y puede desintegrarse y pegarse en el glande, generando una imagen no del todo desagradable pero complicada de asear. Si bien estos papeles nos brindan la posibilidad de generar un tapiz enorme sobre la cama para captar todo el semen derramado (juntando papel de cocina podemos incluso cubrir toda la cama), existen mejores opciones de retención de esperma.En cualquier caso, hay que diferenciar dos momentos clave i) la limpieza del rabo y ii) el soporte en el que eyacular. Muchas veces se utiliza el soporte para limpiar también el pene, cosa que es un gran error. Una cosa es depositar el contenido de nuestros testículos encima de una superficie ideal y otra muy distinta asear nuestro cuerpo. En este segundo caso, un servidor cree que únicamente un buen chorro de agua podrás evitar que vayamos corridos por la vida. Un papel o unos polvos nunca podrán lavar mejor que el agua, así que, a nivel higiénico, lo mejor es sumergir el rabo en un buen manantial de Bezoya (nunca lavaría mis genitales con agua del grifo).Aclarado esto, otra cosa muy distinta, y más compleja, sería dónde corrernos. Aquí tenemos un amplio abanico de posibilidades. Sin duda, la mejor opción sería eyacular directamente sobre un contenedor orgánico pero pocas personas encuentran placer en masturbarse cerca de la basura.
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