Lesbianas cubiertas de chocolate y fetiches inconfesables: cuando ves porno con tu pareja

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Lesbianas cubiertas de chocolate y fetiches inconfesables: cuando ves porno con tu pareja

Entrevistamos a dos parejas y a una mujer que acaba de quedarse soltera para saber cómo influye el porno en su relación.

Ilustración por Dan Evans

Cada una o dos semanas sale un artículo que cuestiona si el porno nos está volviendo pésimos amantes, si está convirtiendo a los chicos en atontados obsesionados con las corridas y a las chicas en marionetas que creen que tener sexo anal es normal en la segunda cita. Según PornHub, el año pasado la población mundial vio cerca de 4.300 millones de horas de vídeo de personas gimiendo y chocando sus genitales en su página web, lo cual, sin duda alguna, ha contribuido al pánico moral.

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Esta preocupación por las expectativas distorsionadas en el ámbito privado como resultado de la pornografía contrasta con los aparentes beneficios de ver porno en pareja. Por eso decidimos entrevistar a dos parejas y a una mujer que acaba de quedarse soltera para saber cómo influye el porno en su relación.

Hannah y Jake
Edades: 26 y 24 años

VICE:¿Cuántas noches pasáis juntos a la semana? Jack: En teoría, todas las noches. Alquilamos un piso entre los dos, aunque tres noches a la semana hacemos nuestras propias cosas.

¿Cómo veis porno ahora que vivís juntos? Hannah: Llevamos casi cuatro años y medio de novios, pero vemos porno por nuestra cuenta. Al menos yo, y supongo que Jack también.

Jack: Lo veo solo pero no tanto como antes. No sé si es por la edad o por la falta de tiempo pero ya ni siquiera intentamos ver vídeos porno juntos juntos.

¿Por qué? Jack: Lo intentamos pero no funcionó. Al principio era incómodo y después nos gustó. Veíamos vídeos de temática bondage para sacar ideas pero es tan peliculero y falso que le restó valor a la experiencia. Cuando estamos juntos, nos centramos en nosotros y los dos nos sentimos muy bien así.

Hannah: Siempre hemos sido muy abiertos con lo que nos excita y nunca nos hemos sentido avergonzados ni hemos guardado secretos. Pero creo que los dos queremos que nuestras fantasías sigan siendo fantasías. Hay cosas que nos gustaría ver o hacer, pero con otra persona. Creo que ver porno y masturbarse es muy diferente a estar con la persona que amas. La lujuria es natural y el porno es una forma de desahogarse sin engañar a tu pareja.

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¿Cómo sois de abiertos con lo que le gusta ver en privado a cada uno? Jack: No hablamos sobre eso y creo que no lo necesitamos. No le pregunto qué ha comido todos los días y tampoco con qué se ha masturbado.

Hannah: Mientras sea solo una fantasía, creo que es sano que la guardemos en secreto.

¿Cómo afecta esto a vuestra vida sexual? Jack: Cuando empezamos, teníamos ganas de mezclarlo todo y nos fue muy bien en esa época. Pero no duró mucho y se volvió negativo. A los dos nos gustan cosas muy diferentes y a veces eso causaba más problemas de los que solucionaba, por eso decidimos que lo mejor era ver porno solos. Tampoco lo anunciamos, fue más bien algo tácito. Aunque no nos molesta que el otro vea porno, puede tomarse como una pequeña traición. Por eso no lo decimos. Al menos esa es mi conclusión.

"Rebusqué su historial de búsqueda y había vídeos demasiado extraños".

Megan
Edad: 25 años

Mi novio y yo terminamos hace poco, después de tres años de estar juntos. Al principio veía porno a sus espaldas en nuestro piso, cuando trabajaba como autónoma. Solamente me pilló in fraganti una vez. Logré cerrar el buscador en el último minuto y traté de actuar con normalidad, pero era muy obvio.

Después de un tiempo, creí que quizá ver porno juntos nos ayudaría y le propuse la idea durante la cena, mientras veíamos la tele. Había pensado en eso toda la semana y decidí que nada podía ser peor que seguir con la vida sexual aburrida en la que nos habíamos estancado.

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Así que lo dije. Cuando salió una presentadora en la tele, dije: "Es guapa; ¿tú crees que habrá hecho porno?". Y él dijo: "Eh, no sé, no creo porque sale en la tele". No funcionó. Me quedé callada unos minutos y después simplemente le dije que deberíamos tratar de ver porno juntos. Él no mostró reacción alguna, siguió viendo la televisión y dijo: "Sí, ¿por qué no?".

Para acelerar las cosas, unos días después, dejé mi portátil abierto a plena vista con una página porno. Él la vio y me preguntó: "¿Qué haces?". Le dije que había estado buscando algo para ver juntos. Creo que le dio vergüenza, pero dijo que sí y lo intentamos esa noche. Fue raro porque fue muy… normal. Él estaba muy concentrado en el sexo, pero no prestaba demasiada atención a los vídeos, ni siquiera los vio. Como veía que no le interesaba, supe que algo iba mal.

Lo ignoré y seguí como si nada. Un fin de semana salí por comida y cuando regresé, él se estaba duchando. Tenía el portátil abierto y desbloqueado, así que me metí en sus archivos, que eran muy aburridos, y después revisé su historial de búsqueda. Justo antes de ducharse había buscado unos vídeos demasiado extraños.

Nada ilegal, solo vídeos bastante fetichistas. Primero encontré cosas de bondage y un vídeo de pies. Pero el que más se me quedó grabado y que no he podido encontrar era el de tres mujeres follando cubiertas de una masa viscosa verde, como la que usaban para llenar piscinas en las que metían a las celebridades en los programas infantiles. Eso era lo que le gustaba: un trío cubierto de una sustancia viscosa de color neón. Sé que hay cosas mucho más raras, pero debo admitir que fue un shock.

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Poco después terminamos por otras razones. Resulta que a él le gustaban cosas muy absurdas y durante todo ese tiempo yo no había pasado de vídeos en los que los protagonistas lo hacían en la clásica postura del misionero.

"Lo intentamos con comida, como chocolate líquido, pero fue muy asqueroso".

Amy y Duncan
Edades: 20 y 22 años

VICE: Has dicho que tú y tu novia veis porno juntos. ¿Cómo empezasteis?
Duncan: Amy lo sugirió y yo dije: "Venga, va". Después hablamos de los beneficios de verlo juntos y decidimos hacerlo. A veces las cosas que yo veo son muy raras para ella, pero siempre lo hablamos. En general, ha sido algo muy positivo. Llevamos dos años haciéndolo, casi la mitad de nuestra relación.

Hablemos de logística. ¿Con qué frecuencia veis porno juntos? ¿También lo veis solos?
Amy: Una o dos veces a la semana. A veces lo usamos simplemente para ambientar y otras le prestamos mucha atención. Aunque en realidad todo depende de lo ocupados que estemos o de las ganas que tengamos de hacerlo ese día. Nunca hemos hablado sobre si aún vemos porno solos pero creo que es mejor mantenerlo en secreto.

¿Crees que mejora o empeora vuestra vida sexual?
Duncan: MI piso es muy grande y Amy se queda conmigo varias veces a la semana. Cocinamos juntos la mayoría de las noches y prácticamente es como si viviéramos juntos.

¿Cómo de tolerante eres respecto al porno que te gusta ver?
Duncan: Creo que después de dos años ya somos muy abiertos con respecto a las cosas que nos gustan. La mayoría de los vídeos que vemos son sobre personas que "comparten" a su pareja o de cómo el tío mira a su novia mientras folla con otro. También vemos vídeos de niñeras, amas de casa o jardineros. Es raro porque no me gusta la idea de compartir a mi pareja, pero con el porno es diferente.

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Cuéntame cómo fue la primera vez que visteis porno juntos.
Amy: Se lo pedí así, tal cual. Leí un artículo en Cosmopolitan (no me critiquéis por ello) sobre ver porno en pareja. Yo lo hacía sola de vez en cuando y quería saber si él también. Fuimos por unas cervezas y lo hablamos.

La primera vez que lo intentamos no fue incómodo porque ya estábamos algo borrachos. Recuerdo que vimos la mitad de algo muy tranquilo para poner ambiente y después nos centramos en copiar posturas, lugares —como en la cocina o el coche—, ataduras, etcétera. Siempre me ha gustado ese tipo de cosas y ahora es mucho más común desde que salió 50 sombras de Grey .

¿Cómo afecta en tu vida sexual?
Duncan: No siempre vemos porno, solamente cuando queremos variedad. Gracias a eso ahora somos más abiertos cuando hay que hablar sobre nuestras perversiones y nos ha dado muchas ideas, aunque no todas funcionan en el mundo real. Intentamos usar comida, como chocolate líquido, pero fue bastante asqueroso y hacerlo en la bañera no fue muy práctico. Ah, y no creo que volvamos a experimentar con cera de vela.

Amy: Ver porno hace que el sexo sea un momento importante y no una necesidad. Podemos ir a nuestro ritmo y tomarnos nuestro tiempo. Otra ventaja es que hay muchísimas cosas en internet. Aunque a veces hay tanto que cuesta trabajo decidir.

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