Analizamos el fan art dedicado a Mark Zuckerberg

FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

Analizamos el fan art dedicado a Mark Zuckerberg

Analicemos, por favor, estos inocentes e inquietantes retratos de Mark Zuckerberg.

¡Qué coño! Venga, ¿por qué no decirlo? Resulta que a veces me entretengo mirando el Facebook de Mark Zuckerberg. ¿Soy un tipo aburrido? Pues sí, claro, COMO TODO EL MUNDO. Me gusta mucho pasar horas y horas mirando los comentarios que hace sobre catástrofes y leer sus noticias de actualidad sobre descubrimientos científicos y avances tecnológicos. Pero, sinceramente, lo más interesante del muro de Facebook de Mark Zuckerberg no es lo que dice Mark Zuckerberg sino lo que comenta la gente, sus fans y detractores. Es ahí donde centro toda mi atención, en esas felicitaciones constantes por haber creado Facebook; en esa gente que se deja llevar por la literatura y esgrime sermones de denuncia social; en esa gente que le da ideas para nuevos "proyectos" (un tipo propone la idea de hacer videollamadas pero con hologramas de los interlocutores); en esa gente que aprovecha para promocionar sus empresas o proyectos personales; en esas parejas que adjuntan fotos con su bebé recién nacido cuando Mark anunció el nacimiento de su hija; y en esa gente que es tan fan de Zuck que incluso llega a exclamar cosas como "Mark se convertirá en presidente del mundo, nos traerá la paz y la felicidad". En fin, gente muy perdida en general. Gente, al fin y al cabo.

Publicidad

De entre toda esta fauna la que más me fascina es la que le cuelga ilustraciones realistas a modo de regalo. Lo hacen aprovechando cualquier excusa, diciendo cosas como "gracias por conectar a todas las personas de este planeta, aquí tienes un retrato que te he hecho a modo de agradecimiento". Y yo me pregunto: ¿qué coño espera esta gente de todo esto? ¿Una respuesta? ¿Un Me gusta de Mark? Supongo que estos "artistas", con este —en un primer momento— inocente, tierno y simpático gesto, buscan triunfar flagrantemente de forma rotunda y con el mínimo esfuerzo. Creen que, de alguna forma, colgando una ilustración de mierda en un perfil muy transitado, lograrán que su carrera artística despegue de una vez por todas. Están hartos de que esos cursos de dibujo del ayuntamiento no den sus frutos. Ellos son mejores que esas señoras de 60 años que pintan cuadros con gatos gondoleros. "Se ha terminado esto de los cursos para viejas, mis dibujos por fin serán respetados".

En estas imágenes el egoísmo, la tristeza y la inocencia se unen en un cóctel explosivo. Son la esperanza de la gente, los sueños de los mediocres.

No sé exactamente quién ha dibujado este asunto. En el muro de Zuck aparece publicado por varios usuarios distintos que siempre utilizan el mismo texto para promocionarlo por lo que podemos entender que es algún tipo de spam. El dibujo utiliza como plantilla una famosa foto del CEO y la maquilla con una fina capa de lo que parece ser un sucedáneo digital de aerógrafo. El realismo de la imagen juega perfectamente con la idea de una obra artística poco sensible con las corrientes pictóricas más contemporáneas y se centra en un barato y poco afortunado realismo figurativo. Nada nuevo, la verdad.

Publicidad

En la imagen, Zucker parece estar mirando hacia algo muy luminoso, pues su rostro está repleto de intensos brillos y su sonrisa parece describir la viva imagen del que ha encontrado el Grial. De algún modo es como si el propio sujeto estuviera viendo la magnificencia de esta misma obra de arte; Zuck cegado por la exquisita belleza de su propio retrato. Una especie de Dorian Grey del siglo XXI. De todos modos su mirada es triste, rota, como los ojos de un bebedor. En el fondo el artista es consciente de su propio truco y de lo lamentable que resulta haber hecho este retrato.

Este viene muy fuerte. No sé si me inquietan más los violentos trazos de la camiseta de Priscilla Chan o esa masa negra que se está generando entre los tres cuerpos. Lo que en un principio se presenta como un dibujo de puro amor familiar se revela, en un segundo análisis, como un cruel ejercicio de resentimiento. El autor o la autora se siente incómoda con la felicidad de los sujetos representados y nos propone un agujero negro en el centro de la imagen, un Gran Atractor destructivo que absorberá a los tres miembros de esta familia y los condenará a una espiral eterna de muerte y sumisión.

Si nos fijamos bien, en este cuadro NO HAY VIDA. Los tres tienen los ojos cerrados y parecen estar tirados en el suelo. De hecho podrían llevar muertos un par de días. Es como si fuera una imagen de ese fatídico día en el que encontraron a toda esa gente de El templo del Pueblo esparcida alrededor de esa maldita granja. Estamos delante de una maldición, es el horror en el mismísimo muro de Facebook de Mark. Un Caballo de Troya sin compasión. "He hecho un precioso dibujo para esta preciosa familia. Pudriros en el infierno malditos". Y encima lo firma. 10/10.

Publicidad

Esta es la misma imagen que la anterior pero utilizando una técnica distinta. De todas formas dejadme apuntar unas pocas ideas.

1) Las canas de Mark.

2) Los brazos de Mark están como flotando alrededor de su hija. No la toca. No se atreve a sujetarla. ¿Es esto a lo que se refieren con miedo a la paternidad?

3) Su esposa, pese a tocar claramente la cabeza de la criatura, le hace un hover hand a su marido. Es lo mismo que pasa con Mark y la niña, parece que la mano esté en una realidad distinta que la de Zuckerberg. Están juntos pero no lo están.

4) Con todo lo dicho anteriormente —exceptuando lo de las canas— estamos ante el retrato de una familia rota.

Este ilustrador es un asiduo a colgar trabajos en el muro de Facebook de Mark. Por suerte es de los ilustradores más decentes que corren a través de esas laderas digitales. Aquí no hay nada que objetar en cuanto al estilo, es esa insistencia del autor lo que nos descubre a un creador obsesionado con llamar la atención de Mark. Un loco ofuscado por sus propios sueños… y pesadillas.

Esto, como podéis ver, no es una ilustración pero creo que es destacable. De montajes de esta índole hay varios en el muro del creador de Facebook. Todos y cada uno de estos diseños juegan con la idea de lo hortera. En este caso la composición es lamentable. La idea del corazón es muy buena —hasta cierto punto— pero las imágenes están mal distribuidas. El blanco y negro de la esquina superior izquierda genera un contrapeso terrible. Y luego el juego del collage se limita a repetir en pequeño y dentro del corazón la imagen original. Esta repetición genera la idea de monotonía y tedio, ¿es esto lo que debemos esperar de la vida familiar?

Sin duda hay que ir con cuidado a la hora de interpretar estas aportaciones artísticas al muro de Mark Zuckerberg porque todas estas imágenes son un arma de doble filo, como cuando se utiliza el papel de una carta de amor para cortar la córnea de un ojo.