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Este tipo quiere su cabeza en otro cuerpo

Valery Spiridonov será la primera persona a someterse a un trasplante de cabeza.

¿Qué somos? ¿Dónde estamos nosotros, nuestra conciencia? Si te cortasen una pierna está claro que tú seguirías estando en el lado donde está el corazón, el cerebro y tu cara. Tú no eres la pierna, eso está claro. Si siguieran cortándonos poco a poco llegaríamos a la conclusión de que nosotros somos la cabeza. Ahí es donde nos encontramos, comprimidos en posición fetal, nosotros, nuestra conciencia. Es más, esa nariz, esos ojos y ese cráneo no sirven de una mierda; nosotros SOMOS el cerebro, o lo que sea que haya ahí dentro. Así que piénsatelo un par de veces antes de besar de nuevo a esa persona que hace meses que te estás trayendo a casa.

Esto lo tiene bastante claro el programador ruso de 30 años con síndrome de Werdnig-Hoffman —o atrofia muscular espinal— llamado Valery Spiridonov, más conocido como el primer ser humano que se someterá a un *ehem* trasplante de cabeza. Para los que aún no hayan entendido el concepto del todo, esto trata de cortarle la cabeza al tipo, colocarla en otro cuerpo sano y lograr que se despierte de nuevo sin morir o volverse completamente loco.

La idea (que por otra parte todos los que habitamos en cuerpos lamentables hemos llegado a pensar alguna vez) sale de la mente de un doctor italiano llamado Sergio Canavero, quien lleva 30 años trabajando en este proyecto quimérico. No sé si es por la combinación de los conceptos "doctor", "italiano"y "trasplante de cabeza" pero toda esta historia me suena haberla visto en formato de película de género y con resultados absolutamente desastrosos. Además, el nombre del doctor me recuerda al nombre de este otro tipo, cosa que hace que se me abra un nuevo mundo de ideas demenciales a la vez que preciosas.

Muchos expertos aseguran que este tipo de intervenciones no podrán llevarse a cabo hasta un futuro bastante lejano pero el doctor Canavero pretende realizar la operación (que se estima que será de 36 horas de duración y que requerirá unos 150 médicos) dentro de un par de años. La afirmación más escabrosa que ha aparecido estos últimos días en la prensa ha sido la del cirujano Hunt Bajter, presidente de la Asociación Americana de Cirujanos Neurológicos, quien ha espetado que "no le deseo nada malo a nadie, pero yo no permitiría que nadie me hiciese eso, ya que, si algo sale mal, hay un montón de cosas peores que la muerte". Son estas últimas palabras las que hacen que un ser humano se tambalee por los límites de la cordura. ¿Quién en su sano juicio se sometería a algo que promete cosas peores que la muerte? Lo más probable sería que el cuerpo rechazara la nueva cabeza pero, según Carlos Ruíz Ocaña (presidente de la Sociedad Española de Neurocirugía), en el caso de lograr unir los huesos y producirse un relativo éxito en la operación, el cuerpo quedaría inerte, convirtiéndose la cabeza en el capitán de un yate precioso anclado eternamente en el puerto. ¿Qué os parece la metáfora?

Todo en este caso es complicado y extraño. Me aterra la idea de tener que morir durante un rato (al fin y al cabo este tipo será, durante un corto período de tiempo, una cabeza muerta) para luego resucitar en un cuerpo nuevo, en la nueva carne. También pienso en la futura nueva industria de los cuerpos sin cabeza clonados, ¿es una idea muy descabellada? Pero lo más inquietante de todo esto es, ¿qué pasará con la mente de este tipo? ¿Dónde irá? ¿Seguirá siendo el señor Spiridonov el señor Spiridonov o se tratará de una persona nueva? Si todo sigue su curso, tendremos noticias dentro de un par de años y puede que cuando seamos todos nosotros unos ancianos tristes podamos trasladar nuestras cabezas a otros cuerpos más sanos y jóvenes o, si alguien lo encontrase necesario, a cuerpos más ancianos aún.