
Pero es que incluso los directores a los que los fans de Kiyoshi Kurosawa respetan, han colado zombis (comillas con dedos en el aire) en el festival. En Map to the Stars, Cronenberg convierte Hollywood en el cementerio de La noche de los muertos vivientes y de una tumba sale un actor-niño-prodigio que interpreta a un drogadicto camuflado entre otros no-muertos en fiestas y rodajes. Una obra maestra y muy Cronenberg, aunque a simple vista no lo parezca.Otro zombi se pasea (en un jeep vestido de mujer) en Réalité, de Quentin Dupieux, que predijimos que sería una de las más tronadas y acertamos. Un juego de muñecas rusas donde sólo distinguimos ficción y realidad durante cinco segundos. O Don Johnson en Cold in July, resucitado en plena forma, con camisa de cowboy y descargando su escopeta sobre pervertidos paletos. Dirige Jim Mickle, el de la familia caníbal de We Are What We Are.Obviamente, ninguno de los personajes citados es un zombi ortodoxo, así que diremos que los humanos podridos que más nos han gustado son estos tres:Martin (Dead Snow 2)


