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Cultură

El reto de expulsión de este reality es hacer una mamada

xHamster ha producido un reality show porno llamado The Sex Factor, una mezcla entre Operación Triunfo, Gran Hermano y cualquier vídeo porno.

Todas las imágenes son capturas de pantalla vía Sex Factor

Rodar una escena con doble penetración no es fácil. ¿Alguna vez te has parado a pensar en las dificultades logísticas que presenta? El Protagonista Héroe D no lo ha hecho. Está de cuclillas contra el sofá, en el peor ángulo posible, mientras se esfuerza por penetrar a Minx, que baja la espalda un poco más con la dignidad de quien se está metiendo en una bañera de agua caliente.

El Coronel permanece de pie junto a ambos, apretando los dientes mientras intenta dar vida a un pene poco receptivo. Los dos pares de ojos bailan nerviosos entre el cámara y el equipo de rodaje.

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Hace rato que Minx se ha retirado a su refugio mental. xHamster ha producido un reality show porno llamado The Sex Factor por Dios nos ha abandonado.

El formato es muy sencillo y sigue los trillados cánones del clásico reality: los participantes, con sus intervenciones y personajes preparados, tienen que convivir en una gran casa y la idea es que acaben follando. Sin embargo, aquí las escenas de sexo no quedan ocultas bajo las mantas o por la oscuridad de la noche; de hecho, pueden verse escenas de sexo de altísima calidad.

Cuando empiezas a sentirte cómoda con el formato, el programa da un giro y se vuelve más porno: se organizan competiciones de "mamadas de expulsión", cuyos perdedores serán nominados para abandonar la casa; o les ponen delante varias actrices porno que les dicen, "Quiero que consigas que moje las bragas antes de que acabe el concurso"; también hay mucho sofá de piel con manchas sospechosas.

Aquí las escenas de sexo no quedan ocultas bajo las mantas o por la oscuridad de la noche

El programa no solo es una muestra de lo mal que se les da el sexo a los concursantes, sino también un estudio sobre esa tipología de hombre que está totalmente convencido de que tiene el mejor pene de la historia del porno pese a que nadie lo sepa todavía.

Esto es lo que se puede extraer de los dos primeros episodios:

David Caspian llora tras protagonizar una mala escena de masturbación

Todos los reality shows deben tener al menos un concursante extremadamente raro

… a excepción de The Sex Factor, que nos ha obsequiado con dos. Ya en el primer día, David Caspian malinterpretó por completo el rollete que imperaba en la casa.

Mientras los ocupantes de la casa no dudaron en pasarse por el confesionario para explicar la grima que les daba el tipo, él, ni corto ni perezoso, se dedicó a pasearse desnudo por la casa para acabar masturbándose y haciéndose cosquillas tirado en el suelo. Una salida de tiesto incluso para un programa como este.

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El Coronel ("¡Estoy aquí para ser un líder… del porno!) encarna el peor tipo de persona de la televisión: el concursante de realities en serie. Tras haber participado en Beauty and the Geek, ahora prueba suerte en The Sex Factor porque solo es capaz de tener una erección si con ello puede ganar un concurso de televisión.

El "superimportante" de Asa Akira es que las chicas no se caguen o se tiren pedos

Se pasó toda una escena de mamada mirando hacia abajo con cara de asombro absoluto. Ni siquiera se molestó en adoptar una actitud más profesional: no había miradas lascivas, jadeos constantes o palabras de ánimo, de hecho, no parecía estar disfrutando demasiado.

Durante la escena de la doble penetración, tardó 30 eternos segundos intentando meterla. Deberían haber puesto una línea de asistencia psicológica para ayudar a superar semejante visión.

Veronica Vain finge un orgasmo ante otros concursantes

Los reality shows hacen que la gente se olvide de hablar

¿Tú también tienes un "superimportante"? Porque el "superimportante" de Asa Akira es que las chicas no se caguen o se tiren pedos. Lo sabemos porque ella misma nos lo hace saber: "Ese es mi "superimportante: que las chicas no se caguen ni se tiren pedos".

En un breve comentario a cámara, el Coronel concluye que las mujeres "se deberían limitar a seguir órdenes… ¡como si fueran marionetas de carne y hueso!". Pronuncia las palabras con la sonrisa trastornada de quien ya posee varias de esas marionetas.

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El hombre de la polla del millón de dólares. Arrogante y pretencioso, pero un buen tío, en el fondo

El programa es magia en estado puro. Yo creo que ya nadie necesita sesiones de coaching. Basta con sentarlos frente a una cámara y se pondrán a contarte lo importante que es mejorar la técnica de lamer el ojete para llegar a ser una persona más completa.

El juez Keiran Lee se define como "el hombre de la polla del millón de dólares. Arrogante y pretencioso, pero un buen tío, en el fondo".

¿Su personalidad es producto del porno? ¿O de los reality shows? En cualquiera de los dos casos, el hombre está fatal.

El jurado del programa con la presentadora Asa Akira

Simon Cowell tiene muchas preguntas que responder

"Uno de los jueces siempre tiene que ser un cabrón en toda regla", dijo, y así fue. Keiran Lee, el único hombre del jurado, claramente ha confundido la técnica de decir las cosas tal como se le pasan a uno por la cabeza con ser un completo gilipollas.

Las otras juezas Lexi Belle, Tori Black y Remy LaCroix parecen casi rehenes de Keiran, riéndole las gracias, no vaya a ser que le dé por criticarlas a ellas.

Las chicas

A los hombres se les da fatal el sexo

Durante el reto de la mamada de expulsión, las chicas tienen que intentar que los chicos lleguen al orgasmo en tres minutos.

Los dos primeros lo consiguieron sin esfuerzo alguno, tras lo cual se pasearon orgullosos, celebrándolo con sus miembros semifláccidos dando bandazos. ¡Sí señor, colega! ¡Choca esos cinco! El último de ellos solo consigue correrse después de que una de las juezas se una a la tarea.

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Los chicos participan en un miniconcurso para fabricar un dildo a partir de un molde de sus penes, y lo único que tienen que hacer es tener la erección más rápida.

Ver follar a gente normal es como presenciar la pelea furiosa de dos gorrinos por un trozo de comida que se ha caído al suelo

En general, las chicas son bastante normales y están más en forma que ellos. No son profesionales, pero al menos no dan la sensación de que todo lo que saben sobre sexo lo han aprendido de los chicos más mayores de la escuela.

La escena se vuelve dantesca cuando piden a los chicos que suban al escenario y hagan juntos una coreografía de baile con barra, que termina pareciéndose más a un festival de monos. El Coronel empieza a hacer flexiones, lo que viene a resumir a la perfección las ambiciones de los aspirantes a actor porno.

Los chicos

El porno no es glamuroso

¿Cómo de glamuroso pensabas que era el porno? Pues te equivocas: es mucho peor. Añádele una capa de grasa y extrae cualquier resquicio de diversión.

Date un buen baño caliente después de ver The Sex Factor, e incluso podrías ponerte a leer un rato la Biblia. Has de dar gracias a que los vídeos porno que ves los hacen verdaderos profesionales, de dientes blanquísimos y vergas formidables.

Visualmente, ver follar a dos personas agraciadas físicamente es como presenciar la virtuosa cópula de dos deidades antiguas. Y, tal como nos recuerda con frecuencia The Sex Factor, ver follar a gente normal es como presenciar la pelea furiosa de dos gorrinos por un trozo de comida que se ha caído al suelo.

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Un reality show sobre porno no es tan raro

Esto es lo más sorprendente de todo: The Sex Factor no resulta tan chocante, a fin de cuentas. Al fin y al cabo, son muchos los programas que anteriormente han flirteado con una forma más velada de porno. No olvidemos, por ejemplo, la escena de Matías y Judith en el jacuzzi en Gran hermano 4.

Una vez te has acostumbrado a los personajes y los desafíos, casi te olvidas del aspecto pornográfico, como pasa en cualquier otro reality show. ¿Será esta quizá la fórmula del éxito? En cualquier caso, como no gane el Coronel, monto una manifestación.

Puedes ver los nuevos episodios de The Sex Factor en www.sexfactor.com.

@janhopis

Traducción por Mario Abad.