Gracias a su carisma (y a su chaqueta de traje barato) este corresponsal de Vice Brasil consiguió entrar en las finales del concurso Miss Universo 2011, que se celebraron hace poco en Sao Paulo. Alli retrató a casi todas las concursantes mirándole mal por hacerles fotos con su móvil. Gracias a Dios, las misses nunca han sido y nunca serán capaces de entender la ironía absoluta de las fotos resultantes.
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