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Sexo

Caté un montón de condones para saber cuáles eran los mejores

Unos cuantos días de sexo en exceso por el bien de la ciencia.
condones
Fotografías por el autor

Cuando empecé a plantearme hacer una cata de condones, pensé en muchas cosas. Me pregunté cuáles eran las cualidades que un condón tenía que tener para ser mejor que otro, dudé un poco sobre si en realidad habría preservativos con grandes diferencias entre sí o sería más una cuestión de puro marketing y fantasía, y sobre todo me descubrí como una persona bastante básica en lo que a condones se refiere. No recordaba siquiera la última vez que compré condones que no fueran los de la marca ON. Vamos, los del Mercadona.

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Empecé esta investigación, claro está, sin partir de cero. Según mi experiencia, he llegado a sentenciar que los Durex se rompen —ya que 3 de los 4 condones que se me han roto en mi vida eran Durex—, que los condones del Mercadona son los mejores del mundo en relación calidad-precio, y que los gratuitos son muy gruesos e incómodos, pero más seguros que los finos.

Todos  los condones que he probado son de latex, pero existen también variedades sin látex para alérgicos. También los hay para veganos, sin caseína, un derivado de la leche presente en muchos condones. Me basé para compararlos en su tipología y no su composición, ya que no soy vegano ni alérgico al látex. Y aquí os traigo las averiguaciones que hice, que ( spoiler alert) no tienen casi nada que ver con las ideas que tenía antes de empezar.

Condones de sabores, colores y con olor

Cuando uno piensa en catar, piensa en seguida en sabores y olores, así que decidí empezar por estos preservativos. Y a ver, yo os voy a confesar que, honestamente, no le encuentro gracia alguna a lo de comerte una polla con sabor a frutas. Considero que, si te gustan las pollas, te debe de gustar cómo saben y cómo huelen. Llamadme tradicional, pero yo prefiero las pollas con con sabor a polla o, si tengo que usar condón, que tenga el menor sabor posible.

Dicho esto, pensé en probar todos los sabores disponibles para descubrir cuál sería el que, asociado a una polla, me daría más asco. Comparé los de Durex (que traen fresa, plátano, manzana y naranja y la caja de 12 cuesta 9.50€ ) con de la marca ON (que sólo son de fresa o de menta y la caja de 6 cuesta 2€) y esto fue lo que descubrí:

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Durex de fresa vs. ON de fresa

Oliéndolos los dos, el de Durex tiene un tufo más a goma. El de Mercadona huele, enteramente, como un chicle de fresa ácida (y tóxica) pero aún así me pareció más sexy que el dulzor plástico del de Durex. Comprobado esto, me los metí en la boca, y Durex me sorprendió bastante. Sabe a fresa dulce y el regusto es bastante duradero. Además, al tener un color más intenso que el otro, es capaz de  teñirtu miembro de color rosa y dotarlo de mayor vistosidad. De repente pensé en la idea de exhibir una polla de color fuxia y decirle a alguien "cómete este caramelo que tengo para ti" y me hizo gracia. Es decir, que el de fresa de Durex me pareció, al final, un sí.

ON mentol

Como pasaba con el de fresa, cuando lo hueles te da la impresión de que vas a comerte un chicle… pero no. Lo que vas comerte es una polla con sabor a goma mentolada, no te engañes.

Hay otra cosa de estos condones con sabores de ON que no me motiva en absoluto, y es que el lubricante produce una sensación extraña en la boca, una especie de dentera que dura muchísimo tiempo, muy desagradable.

Durex de plátano

A ver, yo tengo una gran hostilidad a todo lo que sabe o huele a plátano, porque hace bastantes años tuve una experiencia terrorífica con uno. Y no, no es esa que estáis pensando. Os pongo en situación: excursión del colegio, tu madre te ha preparado una bolsa con comida, esta bolsa incluye un plátano. Muy maduro. Y va en tu mochila. Cuando la abres a la hora de comer compruebas que, con el ajetreo del viaje, el plátano —muy, muy maduro— se ha estrujado y ha bañado el resto de tu almuerzo. Y estás en las ruinas de Itálica en Sevilla, con un almuerzo en ruinas. Y con mucha hambre. Así que decides apechugar con ello, tirar el plátano y comerte el resto. Y después de comer pan con sabor a plátano, patatas con sabor a plátano y filetes rusos con sabor a plátano, tienes que hacer un viaje de dos horas de autobús. En la parte de atrás. Con muchas curvas. Ya os podéis imaginar el resto.

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Y bueno, a pesar de esto, aquí estoy yo con un condón con sabor a plátano, dispuesto a metérmelo en la boca. Y, sinceramente y contra todo pronóstico, va y me gusta. Hubo años en mi vida en los que no podía ni comer una gominola con sabor a plátano o ver una cáscara de plátano en el suelo sin sentir una arcada. Y sigo inmerso en este pensamiento mientras chupeteo un condón de color amarillo, preguntándome si quizá esta experiencia pueda servirme como una especie de terapia. A los 30 segundos el sabor se ha ido. Dejo de fantasear y paso al siguiente condón.

Durex de manzana

Huele indescriptiblemente tóxico. Si alguien se me presentara con una polla que oliera así, no podría soportarlo. Correría muy fuerte, aunque esta persona fuera literalmente la más sexy del planeta. A pesar de eso, y comprometido al cien por cien con la causa que me trae aquí, me lo meto en la boca. No puedo aguantarlo ni dos segundos, me da una arcada. Hasta luego.

Durex de naranja

Dejo este condón para el final porque le tengo mucha estima desde siempre a este sabor, e intuía que sería el que más me iba a gustar. Y así fue. Huele a mandarina, súper rico, y sabe a flash de naranja. De hecho, es una pena que el sabor no dure más, porque este, junto con el de fresa dulce son mis favoritos.

Pero insisto, ninguno de estos condones me interesa para una polla. No puedo olvidar la arcada, la toxicidad y la sensación de dentera en la boca. Y además, termino este experimento con los labios súper secos.

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Conclusión: lo más productivo que se puede hacer con estos condones es decorar tu fiesta de cumpleaños.

¿Es mejor follar gratis en Madrid, Barcelona o Berlín?

La verdad es que yo acumulo mucha experiencia con con condones gratuítos, ya que el tema  cheap queen ha sido bastante mi rollo siempre. En momentos de escasez monetaria pero gran libido, incluso he sido de los que se llenaban los bolsillos de condones cuando encontraba un bar donde los regalaban. Sin ningún tipo de pudor. Y como he vivido en Berlín, Madrid y Barcelona, decidí comparar los condones gratis de estas tres ciudades y ver con cuál se folla mejor. Y también me llevé una sorpresa.

El condón gratuito berlinés

Siempre me pareció bastante grueso e incómodo de poner. Eso sí, me gusta el packaging que no pone nada más que la marca, no publicita a ningún organismo estatal ni te adoctrina. Es, simplemente, un condón gratis. Abrirlo para sacarlo del envoltorio es relativamente fácil, algo muy importante cuando te encuentras, por ejemplo, follando en el bar donde lo has cogido. Si se puede. O en su defecto follando con la persona a la que acabas de conocer en ese bar, sin que piense "vaya, si se le da así de mal abrir un condón, ¿cómo se le va a dar usar  otras cosas?" Estos condones son más gruesos que los normales y de tamaño estándar, por lo que en una polla gruesa son difíciles de poner. Pero son gratis.

Condo gratuito barcelonés

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Para empezar me cuesta muchísimo trabajo abrirlo. Es casi imposible. Me viene a la cabeza en seguida el recuerdo de alguna vez que he tenido que usar los dientes para abrir uno de estos. Con una persona casi desconocida. Mal. Al abrirlo y ponérmelo me parece, en rasgos generales, igual que el de Berlín, pero algo más incómodo. Es poco elástico, por lo que al estirarlo para llegar a la base del pene me rebota, se vuelve a enrollar. Cuando lo desenrollas por completo, si has conseguido controlar la erección, ya sí se mantiene fijo, pero en el proceso sufres bastante.

Condón gratuito madrileño

Dejo para el final el de Madrid, y me sorprende al abrirlo que es más fino que los otros dos y, por lo tanto, más elástico. Me lo pongo sin mucha dificultad y, aunque ajustadito, se siente más cómodo. Es muchísimo mejor. Lo más intrigante de todo esto es que tanto el condón de Madrid como el de Barcelona los fabrica la misma empresa, Matrix Condoms, y yo esperaba que fueran idénticos. Pero no, definitivamente no. Madrid gana.

Hago la prueba de estos condones  con mi pareja y él también prefiere el de Madrid, aunque sea de Barcelona. Así de poderoso es el sexo, capaz de hacer que las dicotomías se diluyan y los antagonismos convivan fácilmente.  La conclusión que saco de esta prueba es que follar gratis tiene el inconveniente de que la presión —no sólo la presión de impresionar a este nuevo amante, sino también la presión de la goma en tu polla— puede jugarle una mala pasada a tu erección. Otra ventaja de este grosor es que así, tu encuentro fortuito puede durar más, ya que la sensibilidad en la polla es menor.

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Mysize del tamaño más grande o cómo desmitificar el grosor de tu pene

Yo había usado algunas veces condones de tamaño XL de marcas como Durex o Control. Uno puede ser  cheap queen en tiempos de sequía, pero también permitirse lujos, y sobre todo comfort, en momentos de tranquilidad económica. Y claro, los XL de estas marcas son más mi talla que los normales. Eso te da, la verdad, bastante tranquilidad en cuanto al tamaño de tu pene con respecto a la media. Pero luego llegan el empirismo y los condones Mysize y te das cuenta de que lo que estas marcas consideran XL, lo que quieren que tú creas que es XL, es un gran engaño. Una hipérbole. Marketing.

Los condones estándar miden 53 milímetros de ancho, y los XL de marcas como Durex o Control miden 57. No hay mucha diferencia, pero la suficiente para que tu ego masculino se sienta reconfortado. Mysize no sólo ofrece una gran variedad de tallas, sino que además incluye una regla en su caja, para que te midas la polla y te dejes de aproximaciones. Para que afrontes la verdad. Así que yo, que cogí el más grande (69 mm de anchura) para investigar cuánto de grande era, flipé bastante con sólo sacarlo del paquete. Y es que aquello era más que grande, era la inmensidad. Aún así me lo puse, por ver si de repente todo aquello era una ilusión óptica… pero no. Me encontré metido en una sábana profiláctica que se escapó con la primera ficción. Mysize XL, definitivamente, no es  my size.

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Siguiendo con los datos y con la desmitificación, quiero añadir que un preservativo normal tiene de largo unos 20 centímetros, frente a los 22 que mide uno XL. Esto quiere decir que si alguien que os ha dicho que su polla mide "unos 20 cm", se pone un condón y no lo desenrolla del todo, hasta el final, hasta que se vea el código que —sí— muchos condones tienen impreso en la base, está mintiendo.

Peppermint Ecstasy de Control, condones que compré por el nombre

Claro, tú vas buscando "condones especiales para escribir un artículo" a una farmacia, y de repente te encuentras allí con unos que se llaman "peppermint ecstasy" , y que prometen  "un placentero escalofrío que aporta el aroma de la menta, conocido afrodisiaco". Pues claro, los compras. Los compras con mucha alegría. Y, además, la caja de 12 cuesta poco más de 6 euros: un chollazo.

Y llegas a casa y no tienes con quién usarlos en ese momento, pero estás deseando sentir ese frescor en tus carnes, en tu pellejo. Así que te pones una porno y abres el condón, que ya sólo al abrirlo te embriaga con una brisa de mentol ilusionante. Te lo pones, y descubres que esa brisa fresca se ha quedado en el envoltorio. Gran desilusión.

Pero claro, te ha emocionado del todo el marketing y quieres probarlo en una relación sexual no onanista, así que en cuanto llega tu pareja del trabajo le desnudas y le dices que "tienes una sorpresa". Y efectivamente es una sorpresa, pero no para ti, sino para él.

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Según mi pareja "es divertido, es como que de verdad ese escalofrío del que habla el paquete es real". Es como "fumarte un cigarro mentolado por el ano". Ahí es nada. En definitiva, entiendo que el placer al que se refieren desde la casa Control está pensado para el receptor, y que para quien se pone el condón el disfrute está más relacionado con ver que tu pareja se lo está pasando bien y siente un frescor afrodisíaco en su ano o vagina. De hecho, con este preservativo la relación sexual en sí puede no durar mucho, de la emoción.

Considero que estos condones son un gran sí, si bien no lo recomendaría para las primeras veces. Las primeras, mejor con uno de estos bien gruesos que te regalan en algunos bares por el mero hecho  de existir.

Retardantes y texturados unos te duermen la polla y otros escuecen en el culo

Yo estaba emocionado cuando pensaba en escribir sobre dos tipos de condones que siempre me habían llamado la atención y nunca había probado: los estriados y los retardantes.

Y busqué retardantes por bastantes sitios, pero me fueron difíciles de encontrar. Recordé entonces que una vez un amigo me contó que los había comprado y los tuvo que tirar "porque perdía la erección, del todo". Temí que este tipo de condones pudieran haber caído en desuso por este indeseable efecto, pero a base de buscarlos por varias farmacias y sex shops, encontré los  Durex Mutual Climax, y me emocioné porque, además, eran estriados. Muy bien. Decidí, además, compararlos con los texturados del Mercadona, viejos conocidos, para ver cuál era mejor.

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Mutual Climax

Ya leyendo la caja, la ilusión de adolescente que usa condones por primera vez que tenía, empezó a resquebrajarse. Porque estos condones estaban pensados "para retrasar el clímax de él" y "acelerar el de ella". Pensé que si tu configuración sexual no era él + ella podrías no tener mucho que atrasar ni acelerar. Y, desafortunadamente, así pasó.

Los condones estriados los probé yo con mi pareja y un amigo con otra persona. Y concluimos lo siguiente:

  • La polla se te duerme, porque lo que tienen estos condones es una crema a base de benzocaína dispuesta en la punta del condón. Es decir, te duerme el glande, pero no consigue hacer ningún efecto en el resto del pene. Y claro, al final te corres igual, pero sientes menos. Y encima, te quedas unas horas con ligero escozor en el pene. No, señores, no merece la pena.
  • El deslizamiento es, simplemente, inexistente. Debido al estriado, si lo que tú quieres es practicar sexo anal, esto dificulta la fluidez del asunto, por mucho lubricante que uses.
  • Para la persona receptora es también incómodo, haciendo la fricción mayor pero sin estimular en absoluto en el caso del sexo anal. A no ser que tu fuente de estímulo sea el sufrimiento.

Como único punto favorable que reconocerles, es que los Durex que he probado ahora parecen más resistentes que aquellos de principios de los dosmiles con los que me llevé algún susto. Tres sustos para ser exactos. Entiendo que han mejorado la fórmula y los Durex que se rompen fácilmente son cosa del pasado.

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ON estriados

He usado mucho estos condones, porque a un chico con el que me acostaba le gustaban. Y claro, para mí como activo no eran muy diferentes a los normales, pero imaginé que para él eran muchísimo más guays. Nunca le pregunté, pero como yo siempre he sido súper fan de esta marca japonesa que venden en Mercadona porque son baratísimos, no me aprietan y nunca se me ha roto ninguno.

Es por esto que cuando los probamos, flipamos. Duelen, escuecen, son un gran no. Mi amigo me dijo, y cito textualmente, que "a no ser que quien se lo ponga tenga una polla muy pequeña" o bien quien los acoge en su ano "tenga una autopista de diez carriles", sentir placer con esto es imposible.  Nada más que añadir, señoría.

Una combinación fina y segura que no es de Evax

Probé con mi pareja tres tipos de condones finos. Los THIN , que habíamos usado muchas veces, unos que encontré en un sex shop que se abrían como un paquete de tabaco de liar y unos nuevos que me dieron de muestra en el sex shop, diciéndome que "es el primer condón que hace LELO pero les ha salido de puta madre".

Thin de rfsu

Rfsu es una asociación sueca que aboga por la salud sexual y, además, fabrica condones y juguetes sexuales. El preservativo THIN es el más fino que tienen, y es de súper buena calidad. Lo que también me gusta mucho es que el envoltorio rectangular se abre por la mitad, lo que hace facilísimo sacarlo de ahí y ponértelo. Y se siente más, mucho más que con un preservativo normal. Ha sido durante años mi condón de confianza, y a pesar de ser fino y usarlo para sexo anal nunca se nos ha roto ninguno. Son algo más caros que los preservativos normales y se compran sólo en sex shops, pero merecen la pena.

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Slim-Line MI-CRO

Lo que más me llama la atención cuando los abro es que el paquete es exactamente como el del tabaco de liar. Y ya desde el momento en el que quiero separar uno de la ristra: horror. El aluminio que los envuelve se parte y, en lugar de separar un condón, me llevo un trozo más y dejo el segundo condón al descubierto. Es decir, este envase no me gusta.

Al ponerme el condón, de nuevo me encuentro con algo desagradable. El preservativo es muy fino, sí, pero al desenrollarlo se queda trabado, por lo que tengo que volverlo a sacar y poner un par de veces. Esto es lo que les pasaba antiguamente a los Durex y por eso dejé de comprarlos, y de hecho pienso que era la razón principal por la que se rompían.  Una vez puesto, todo correcto. La relación sexual fue bien y no se rompen, pero pienso que no valen los 10 euros que me ha costado el paquete de diez en un sex shop, ni de broma.

HEX de Lelo

Me quito el condón Slim-Line a mitad del polvo, y me planto el de Lelo. Y señorxs, eso sí que es un condón. Me da mucha rabia normalmente darle la razón a los asesores de tiendas que me quieren vender algo, y al ser esto una muestra que me han dado en el sex shop al comprar los Slim-Line, desconfiaba.  Pero es que lo del condón HEX es una revolución. Una revolución muy loca. Sólo a la vista, ya es bastante espectacular, porque está creado con una unión de hexágonos simétricos que forman un teselado. Es finísimo, se me adapta a la perfección y cuando penetro a mi pareja le entra del tirón, entera. Súper bien.

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En cuanto terminamos de follar, googleo esta magia y lo que más me sorprende de todo es que esta composición tan moderna, además, impide que se rompan. Un diez. Cuando vaya de nuevo al sex shop, este es el condón con el que me voy a volver a casa.

Conclusiones

Como todo lo bueno se acaba, me quedé sin condones que probar, y de mi periplo por el mundo profiláctico saqué varias conclusiones y una relación de ganadores y perdedores. Una de las principales conclusiones que saqué fue que tiene tiene más importancia que el condón el hecho de que te guste mucho follar con esa persona y que sepáis cómo daros placer mutuamente.

Y entonces para mí, los mejores condones son:

Premio al mejor preservativo: HEX, de Lelo. Gracias, Lelo.

Premio a la experiencia más inesperada: Peppermint Ecstasy de Control.

Premio a la mejor relación calidad-precio: Preservativos ON clásicos de Mercadona, que cuestan 3 euros y poco la caja de 12. Todo el resto que han inventado es pura fantasía y no merece la pena.

Y los peores:

El peor preservativo: Los de sabores, en general. Mucho asco.

La mayor decepción: Los Durex Mutual Climax, que te duermen la polla y escuecen en el culo.

El peor calidad precio: El condón Slim Line Mi-cro. No lo compréis.

Como conclusión final, me quedo con que lo más importante es que hay que protegerse siempre, no importa con qué marca o con qué modelo. Y que no hay excusas: siempre habrá un condón que se adapte a ti.