Para dos artistas que viven en un remoto bosque canadiense, el lugar de escapada ideal no son unas vacaciones de lujo sinó la casa flotante que se han construido ellos mismos. Catherine King y Wayne Adams han pasado al menos 24 años construyendo una isla flotante y sin ancla que han bautizado como Freedom Cove.
Para hacer realidad sus sueños los artistas utilizaron nada más que soluciones DIY. Según asegura Adams: "Todo está hecho con una sierra y un martillo, sin herramientas eléctricas", y añade: "Siempre pensé que podría haber ganado mucho más dinero trabajando como artista, pero la verdad es que nunca nos pudimos permitir comprar un hogar así qeu tuvimos que construirlo nosotros mismos".
Cuatro de los edificios de la isla son invernaderos, en los que King cultiva una variedad de verduras, que junto con el pescado que pesca Adams tienen todo lo que necesitan para subsistir. No hay ninguna carretera que conduzca hasta Freedom Cove, solo agua, de forma que la pareja tiene toda la privacidad que puedan desear. Quizás otros artistas que viven en ciudades bulliciosas como Nueva York o Londres deberían tomar ejemplo.
Cortesía de Great Big Story
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Traducción de Rosa Gregori.
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