Jardines sustentables en la batalla contra el VIH

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Jardines sustentables en la batalla contra el VIH

En una pequeña comunidad de Lesoto, en África están usando unos jardines únicos en el mundo para combatir la epidemia de VIH.

Bienvenido al Reino de Lesoto dice un anuncio luego de cruzar el Puente de Maputsoe en el centro de cultivo de cerezas sudafricano, en Ficksburg, pero el contenedor de condones gratis en la ventanilla de inmigración ofrece un recibimiento más impactante.

Una caja de condones en el Puente de Maputsoe, en Lesoto. Todas las fotos son del autor.

Estos anticonceptivos no son prueba de una actitud liberal hacia el sexo, sino la primer línea de defensa contra la epidemia de VIH y Sida que ha devastado a esta pequeña nación montañosa con 2 millones de habitantes. A día de hoy, casi un cuarto de los adultos trabajadores de Lesotho viven con VIH o SIDA, además el país tiene la tercera tasa de prevalencia de VIH más alta del mundo.

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Los resultados de agencias internacionales y ONGs están comprometidos con la batalla que libra el país contra el VIH, apoyando a un gobierno que ha sido reconocido por su enfoque determinado para acabar con la epidemia a pesar de enfrentar también una pobreza extrema, inseguridad alimentaria y otras emergencias médicas, tales como una de las tasas más altas de tuberculosis en el mundo.

El terreno montañoso de Lesoto hace la agricultura complicada.

"Lesoto ha logrado un progreso sin precedentes con esta reacción", me cuenta la Dr. Alti Zwandor, directora del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA en Lesoto, desde su oficina en la capital, Maseru. "Observamos el doble de personas registrándose para el tratamiento antirretroviral".

Zwandor también destacó que Lesoto fue el primer país de la región en implementar los lineamientos de 2015 de la Organización Mundial de la Salud sobre el suministro de la terapia antirretroviral.

Los Reportes sobre la Respuesta al SIDA publicados en 2012 y 2015 por el Ministerio de Salud de Lesoto muestran que el país ha observado una notable reducción en el número de menores de edad practicando sexo, un incremento en el uso de condones registrado y un descenso en el número de personas de 15 a 24 años viviendo con VIH.

Un campo de maíz en el distrito norteño de Berea.

Tanto la prueba de VIH como la terapia antirretroviral son gratis en Lesoto. Pero un elemento crucial para el correcto funcionamiento de estos medicamentos —que retrasan el desarrollo de VIH y evitan su evolución en SIDA— es la buena nutrición.

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"[Una dieta nutritiva y balanceada] es especialmente importante para la gente que vive con VIH, ya que su cuerpo necesita trabajar más para pelear contra las infecciones oportunistas", me dice Caitlin Mahon de Avert, una ONG en favor de la concientización del VIH y SIDA en Reino Unido, a través de correo electrónico.

Ntswaki Matabe en su jardín 'en ojo de cerradura'.

Según Mahon, algunos medicamentos antirretrovirales son mejor absorbidos cuando se toman acompañados de comidas, mientras que una mala nutrición puede afectar la absorción del medicamento para el cuerpo o impedir que éste sea capaz de tolerar las medicinas.

"Para la gente que vive en pobreza, o con problemas de inseguridad alimentaria, tener acceso a una dieta balanceada y nutritiva no siempre es fácil", escribe.

Para atacar este problema, las agencias internacionales y ONGs como Avert trabajan junto al gobierno nacional para promover la diversidad de cultivos en la agricultura de subsistencia y el reciclado de residuos domésticos. Una herramienta importante en este esfuerzo es la construcción de keyhole gardens o jardines en ojo de cerradura.

Un jardín circular en Sefikaneng.

Esparcidas entre los pueblos a lo largo de la zona rural de Lesoto, estas parcelas circulares —usualmente no más extensas que un par de metros— están construidas a la altura de la cintura para permitir que hasta los débiles y enfermos puedan atenderlas. Los dueños vierten desechos orgánicos, cenizas y aguas grises dentro de un depósito para composta, luego el contenido se filtra hacia el suelo circundante. Un camino en forma triangular dentro del pequeño jardín ofrece fácil acceso al contenedor, con el cual los jardines adquieren el aspecto distintivo por el que reciben su nombre.

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El resultado es una parcelita de suelo extremadamente fértil en donde los dueños cultivan verduras ricas en vitaminas como espinaca, betabel y zanahorias para complementar una dieta que depende mucho del maíz y el trigo. Los jardines usualmente generan dos cosechas al año, pero Me Maleteane Kome, una anciana de 60 años que vive en el pueblo noroccidental de Kome, dice que una sequía reciente y severa impidió que su jardín en ojo de cerradura produjera la segunda cosecha en 2016.

Maleteane Kome junto con su marido Kome Kome afuera de su casa tradicional en Basotho.

"Espero que este año sea mejor", dice con una amplia sonrisa, mientras su esposo Kome Kome desgrana trigo a mano detrás de nosotros.

A una hora de distancia, en el pueblo de Haramajoro, una madre de siete llamada Ntswaki Matlabe dice que un jardín en ojo de cerradura que construyeron ella y sus hijos afuera de su modesta vivienda con ayuda de Send A Cow —una ONG de Reino Unido— fue indispensable para poder dar de comer a su familia después de que su esposo los abandonase.

Ntswaki Matabe sentada al frente de su casa.

"Todo lo que me sobre, lo puedo intercambiar por carne o maíz", dice mientras se sienta en un escalón al frente de su casa. "Ahora también cultivamos otras verduras, tenemos algunos pollos y hemos construido un horno".

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Según Ian McKay, director de programas en Send a Cow, la organización ha sido testigo de mejoras importantes en la calidad de la dieta en comunidades donde esta ONG ha estado presente durante la última década, mientras que los llamados "meses del hambre", durante los cuales la gente apenas tenía suficiente comida para comer adecuadamente, se han reducido, algo vital para las personas que están bajo tratamiento antirretroviral.

Los productos de estos jardines y otras técnicas de agricultura, aunque pequeños, pueden generar resultados rentables que van más allá de la nutrición.

Me Maleteane Kome with her keyhole garden

"Si tienen un poco de dinero, mandarán a sus hijos a la escuela y eso es algo que la gente quiere hacer rápidamente", dice McKay.