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Comida

Navidad es golpear un tronco hasta que defeque golosinas

¿Por qué en Cataluña y Aragón, en España celebran la Navidad golpeando un tronco de árbol?

Nada más navideño que golpear un tronco de árbol en la sala de tu casa hasta que escupa sus entrañas cómo dicen los catalanes: "cagué regalos".

Conocida como Tió de Nadal o "Tronco de Navidad", la tradición festiva de golpear un tronco adornado con una cara pintada, piernas de palo y sombrero rojo —una tradicional barretina catalana— hasta que caigan regalos comestibles (o no), se origina en las regiones de Aragón y Cataluña de España. Con motivo de la Fiesta de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre, la práctica antigua dice que los niños deben "alimentar" al tronco durante todas las noches hasta la víspera de Navidad, cuando ocurren los golpes.

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"Las ciudades que dependían de ingresos agrícolas celebraban rituales de fuego y ofrecían comida a sus antepasados", explica Lara Gascón, quien creció celebrando Tió de Nadal en Andorra. "Cuando se quemaba el tronco, proporcionaba bienes tan valiosos como el calor y la luz, y simbólicamente le daba dones a todos los miembros de la familia".

Ya pocas casas tienen chimeneas, así que la tradición evolucionó a que el tronco sea golpeado con palos, en lugar de ser quemado. Hoy en día incluso hay artesanos especiales de tronco conocidos como tionaires, cuyo trabajo consiste en diseñar y crear los tiós.

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Tiós hechos a mano para la celebración tradicional del Tió de Nadal. Todas las fotos son cortesía de Pete Icart.

Pete Icart se unió al negocio familiar de tiones hace cinco años y hace de 400 a 500 tiós para la celebración de Tió de Nadal, a veces comienza a trabajar desde principios de febrero.

"No puedo decir con precisión la cantidad de tiempo que invierto en hacer un tió porque las tareas son muy diversas", explica Icart. "En febrero, comienzo la tala de árboles de abeto para que la madera esté seca y lista para trabajar en verano. Tras rayar la corteza del árbol, el resto del proceso consiste en pulir, perforar, pegar, barnizar y pintar. Finalmente, coso y le pongo al tió el sombrero".

Disponibles en la mayoría de los mercados navideños catalanes, los troncos también se pueden ordenar. Icart recibe solicitudes para tiós modelados como superhéroes, personajes de historietas japonesas, y tionas: una versión femenina del tió masculino tradicional.

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"Desde hace siglos, el tió ha sido un personaje masculino de Cataluña. Mi tío heredó el negocio de mi abuelo", dice Icart. "Cuando le dije a mi tío que quería crear la tiona, me dijo que no tendría éxito, pero lo hice de todos modos. Hoy en día casi vendemos la misma cantidad de tiós como de tionas".

A partir del 8 de diciembre, los niños tienen la tarea de "alimentar" a su tronco llenando su saco con nueces, frutos secos, e incluso trozos de comida sobrante. También deben cubrir a su tió con una manta para asegurarse de que se mantenga caliente y crezca fuerte en el período previo a la Nochebuena.

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Los tiós son decorados con caras y gorros festivos.

"Creo que la parte más emocionante era alimentar a nuestro tió en la escuela y verlo crecer", recuerda Gascón. "Solíamos creer que el tronco crecería si lo alimentábamos correctamente y entre más grande se pusiera, mejores serían los regalos de Navidad que nos darían. Obviamente no existía nada como un tronco en crecimiento".

Sin el conocimiento de Gascón en ese momento, sus padres reemplazaban los tiós de sus hijos cada pocos días con unos más grandes, dando la impresión de que el pequeño tronco estaba vivito y coleando.

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Pero la víspera de Navidad es el momento en que la mierda del tronco brilla. Las familias aragonesas y catalanas se reúnen alrededor del tió con su barretina para golpearlo con palos. Si ha sido bien alimentado y cuidado, cagará golosinas incluyendo higos secos, figuras de chocolate, juguetes y turrones. Todo lo que sale del tió es un regalo común, compartido entre todos los presentes.

¿Premiar la avaricia infantil al alentar a los niños a golpear a un tronco sonriente hasta que reparta regalos azucarados? Si eso no encapsula el verdadero espíritu de la Navidad entonces no sé qué lo pueda hacer.

Este artículo se publicó originalmente en diciembre de 2015.