En defensa de Joe Hart, la tercera opción en la portería del City

Joe Hart está en aprietos: al nuevo director técnico del Manchester City, Pep Guardiola, no le cae bien. Hart arrancó esta temporada como el segundo portero del club. Sin embargo, hasta donde sabemos, el City está a nada de fichar al guardameta chileno del Barcelona, Claudio Bravo. Si Bravo firma, Hart ni siquiera sería considerado como la segunda opción; podría ser la tercera para Pep.

Esto ha dejado a más de uno, y al pobre Hart, con la boca abierta. Hart es algo parecido a una eminencia para el City. Ha resguardado la portería del club en ocho temporadas, acumulando 266 partidos bajo las órdenes seis entrenadores diferentes.

Sin embargo, lo que parece a primera vista una transferencia común y corriente —tal entrenador quiere a X o Y jugador— es en realidad muy interesante. Es el tipo de fichajes que me tienen monitoreando las noticias, el tipo de historias que son tan reveladoras, como misteriosas.

Por una parte, tenemos la postura de Guardiola en torno a Hart: carece de habilidad con los pies necesaria para jugar el estilo de futbol de Guardiola —postura debatible en su mejor versión—. Desafortunadamente, Guardiola no tiene que contestarnos, así que nunca entenderemos su actitud.

Por más raro que siempre resulte cuando un entrenador recién llegado le deja saber al mundo que una estrella bien establecida no es lo suficientemente buena, estoy menos interesado en el porqué, que en lo que Hart hará para solucionarlo. Los rumores dictan que se quedaría en el City a calentar la banca (o "pelear por su lugar", en el idioma de los optimistas).

La posibilidad de que el portero titular de la selección inglesa ni siquiera salga vestido para los partidos de su club, es el tipo de imagen que podría acabar con las esperanzas de los fanáticos ingleses. El lunes, Sam Allardyce, el nuevo director técnico de Inglaterra, dejó claro que Hart necesita jugar con su club si desea mantener su titularidad en el conjunto nacional. Hasta el momento, los expertos han enmarcado el dilema de Hart dentro de una oración: "Tiene que irse".

Pero la idea de que Hart se tenga que ir es ridícula. Es un caso donde los expertos, fans y Allardyce opinan lo que sería mejor para Hart, y aunque la lógica sería que se marchara, no es una opción muy popular, en especial para los fans ingleses. Tal vez, lo mejor para Hart sería quedarse en el City.

El contrato de Hart con el City vence hasta el 2019. Se dice que gana 135 mil libras a la semana, una cifra que hasta me cuesta trabajo escribir sin retorcerme. Su altísimo salario es el verdadero problema en todo esto. No existen muchos clubes en el mundo que puedan solventar un salario como el que el City le paga a Hart. En Inglaterra, con excepción del Liverpool, el resto de los "grandes" de la Premier League —Chelsea, United, Arsenal, Tottenham— ya cuentan con porteros de élite. Ni siquiera el Leicester necesita a Hart. Además, cada uno de sus porteros —excepto David De Gea del United, quien gana 177 mil libras por semana— cobran menos que Hart: alrededor de 100 mil libras semanales.

En otras palabras, Petr Cech del Arsenal, un jugador con un historial mucho más impresionante que el de Hart, gana cerca del 26 por ciento menos que Hart. Si Hart decidiera marcharse a alguno de los 16 equipos de la Premier League que son considerablemente menos acaudalados que el Arsenal, tendría que reducir su salario más allá del 26 por ciento. Existe la opción de que el City pudiese complementar su salario como parte de un acuerdo de transferencia, pero hasta el momento no pinta como una posibilidad. Supuestamente, su sueldo fue el culpable de que su préstamo al Everton no se concretara a principios de esta semana.

Ya que ninguno de los equipos adinerados de la Premier League necesita un portero, Hart jamás obtendrá una mejor propuesta que la del City; también aplica para uno que otro jugador del club. El City puede que sea histórico, pero no fue de gran influencia para la Premier hasta que el grupo de Abu Dabi tomó las riendas en 2008, el cual invirtió millones de libras para traer jugadores de élite de todo el mundo. ¿Cómo atraer jugadores a un club con mucho dinero pero con un pedigrí dudoso? Pagándoles, tal vez, más de lo que se merecen.

Desde la temporada 2010-11, Martin Petrov, Craig Bellamy, Jo, Roque Santa Cruz, Kolo Touré, Wayne Bridge, Maicon, Joleon Lescott, Micah Richards, James Milner, y Martín Demichelis se han marchado del City como agentes libres, lo que significa que todos cumplieron la extensión de sus contratos. Muchos de ellos, a pesar de ser jugadores de renombre, no fueron titulares en sus últimas temporadas con el City. Pudieron haberse ido desde hace mucho, si así lo hubieran deseado. Si Hart logra cumplir su contrato, juegue o no, cumplirá 32 años. Contará con algunos años de sobra, y al igual que los demás jugadores famosos, podrá reducirse el salario.

El público suele criticar a los atletas cuando se trata de decisiones de este tipo. Los futbolistas profesionales ganan más dinero en una semana que la mayoría de nosotros genera en uno, dos o tal vez tres años. Sin embargo, lo que casi nunca hacemos es ver la situación desde la perspectiva del jugador. Al igual que muchos de nosotros, los futbolistas reciben dinero por su trabajo. A diferencia de la mayoría de nosotros, ellos se retiran a mediados de los 30 años, y eso si han corrido suerte con las lesiones. Además, sólo el uno por ciento de los jugadores profesionales obtienen ganancias para toda la vida. La mayoría sueña con tener un contrato como el de Joe Hart. Sin duda, el prestigio y honor que obtienes al jugar y representar a tu país es un detonante motivacional importante, pero es difícil culpar a un chico por intentar ganar dinero mientras puede.