Ibtihaj Muhammad, la primera estadounidense que usará hiyab en unos Juegos Olímpicos

Detrás de los discursos racistas de Donald Trump, en los que continuamente podemos encontrar ataques en contra de latinos, asiáticos y musulmanes, una figura deportiva se ha convertido en el ejemplo de unión, respeto y solidaridad que necesita Estados Unidos.

Ibtihaj Muhammad es una de las mejores esgrimistas del mundo. Su talento le ha dado la posibilidad de ganar distintas competiciones y varias medallas con su país.

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La atleta musulmana, que representa al país norteamericano, ha remarcado siempre el amor que siente por su tierra, algo que importa mucho más que la religión que profesa. Más allá de los estigmas, esta deportista nacida en Nueva Jersey canta como la que más el himno nacional del país.

Muhammad es la primera atleta estadounidense que compite con hiyab al máximo nivel, y se convertirá en la primera que lo vestirá en unos Juegos Olímpicos bajo la bandera de EEUU.

En medio de la campaña de tono racista de Trump, la deportista busca mandar un mensaje a la gente que reniega y segrega a los musulmanes en Estados Unidos. Llevar el hiyab sirve para lanzar un mensaje de tolerancia contra el odio propugnado por algunas esferas de la sociedad estadounidense.

Cuando pienso en mis antecesores, la gente que se ha manifestado contra la intolerancia y el odio, pienso que no debo luchar por mí misma, sino también por mi comunidad

Elegida en tres ocasiones como All American, la esgrimista busca aportar su granito de arena en la integración de la comunidad musulmana en EEUU. Ibtihaj es la séptima mejor espada en el ranking mundial.

“Cuando oigo a alguien decir cosas como que ‘vamos a enviar a los musulmanes de vuelta a su país’, yo pienso ¿y dónde voy a ir? si soy americana”, comenta la atleta sobre el tono que ha tomado la campaña electoral del principal candidato republicano a la Casa Blanca.

Muhammad es un gran ejemplo y toda una lección para aquellos que generalizan y señalan con el dedo de la ignorancia y la estupidez.

¡Saludos, Mr. Trump!