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La brecha orgásmica es una realidad. Pero, ¿son conscientes los hombres de ella? Quizá sí y les da igual si nos corremos o no siempre que logren descargar su simiente y polinizarnos. Quizá sea que las mujeres no hacemos lo suficiente por acabar con esa brecha mientras repetimos las palabras "heteropatriarcado" y "empoderamiento" cada vez que tenemos oportunidad.O puede que parte del problema resida en que, prácticamente, la única educación sexual que recibimos en nuestra vida es YouPorn, Beeg y PornHub. Y en la mayoría de las piezas que albergan estas páginas, en la mayoría del porno mainstream, hecho por y para hombres, a la mujer se la reduce a la categoría de ente con orificios.
"Realmente creo que los hombres sí se preocupan por el placer femenino, pero se preocupan mal. Se centran más en alimentar su propia autoestima, en reafirmar su virilidad"- Alejandro Villena
Todos ellos se dicen autodidactas (y orgullosos) en las artes masturbatorias. La excepción es Gabriel, que me cuenta que a él sí que le ha enseñado alguien a masturbar a las tías: sus propias compañeras sexuales. "Les pregunto, cuando era más joven les preguntaba más, quizá. Les digo les gusta, si no, qué les gustaría… y también me he visto algún vídeo de Youtube, no te lo voy a negar""Aprendí a masturbar a las chicas solo. Cuando disfrutaban, sabía que lo estaba haciendo bien"- Daniel, 24 años
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"Ambas partes deben entrenar la habilidad de la comunicación en el ámbito sexual, aprendiendo a expresar sus propios gustos y preferencias: qué cosas les excitan, cuáles son sus deseos y fantasías, que es importante para ellos, que soy el uno para el otro… Siempre respetando al ser humano que se tiene delante.También creo que es importante saber expresar cuando no se está disfrutando de algo y por qué, qué cosas les molestan o qué carencias existen en el encuentro y sugerir, de manera asertiva, nuevas formas de hacerlo para que la otra persona también pueda introducir cambios y se alcance un mayor bienestar en la relación", concluye.
Tomo nota de lo que me cuenta el experto, algo que puede parecer evidente pero que en la práctica muchas veces no se da, y les pregunto a los chicos si hablan con las mujeres sobre su placer. Si les preguntan si se han corrido, vaya.La respuesta es un unánime sí que choca bastante con mi experiencia, excepto en un caso: Fer. Me dice que no suele preguntarlo. Que "eso se sabe". "Y, ¿cómo se sabe?", le respondo. "Lo notas, se siente. Y si ves que no se ha corrido, pues bajas al pilón", replica."No les pregunto a las chicas si se han corrido o no después de acostarme con ellas. Eso lo notas. Se siente"- Fer
"Para vosotras es más difícil llegar al orgasmo, pero también disfrutáis más. Nosotros tenemos un único disparo, vosotras una escopeta cargada", se excusa haciendo una metáfora bélica.Tras un rato hablando sobre sexo con desconocidos, me quito la chaqueta. Tengo mucho calor y no es porque esté excitada: estoy pasando vergüenza. Mucha vergüenza. Y me siento mal, porque yo me sonrojo al preguntar sobre sexo pero los hombres aleatorios que me responden, aparentemente, lo toman como algo natural. No se ponen nerviosos ni rojos."Los hombres tenemos un único disparo. Vosotras, una escopeta cargada"— Gabriel, 25 años
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Me doy cuenta, inspirada quizá por la metáfora bélica de Gabriel, de que mi sonrojo y la aparente desvergüenza de los tíos es un buen símil de los roles de género que a veces se dan en el sexo. A ellos les han enseñado a no tener tapujos, a ser rudos, a dominar. A nosotras a tener pudor, a ser sumisas y delicadas. E igual esos roles tienen más que ver de lo que pensamos con la brecha orgásmica. Con que las mujeres heteros seamos el grupo demográfico que menos orgasmos tiene. El experto en sexualidad Alejandro Villena suscribe en parte mis sospechas.
Tanto hombres como mujeres tenemos muchas cosas de las que hablar y que decir sobre nuestra sexualidad, que es única en cada uno de nosotros y debemos aprender a comunicar esa subjetividad a la otra persona, para que ambos podamos disfrutar de la mejor manera posible de la relación".Se me hace tarde para hacer la misma encuesta pero a la inversa, a mujeres aleatorias, y preguntarles "¿les dices a los tíos que no has tenido un orgasmo cuando no lo has tenido?" Sería igualmente revelador."Es primordial que exista un papel proactivo por parte de la mujer, que no se mantenga en un rol pasivo, de resignación"
Pero eso es otra historia, así que paso a otro de los temas que, presiento, guardan relación con la brecha orgásmica y el hecho de que el placer femenino sea descuidado por mujeres y hombres: el porno, que además constituye prácticamente la única "educación sexual" que recibimos. ¿En cuántos vídeos porno hacen cunnilingus y en cuántos felaciones? ¿En cuántos la mujer es el centro del placer y en cuantos una simple herramienta para llegar a él?"A veces los tíos pensamos sobre el porno: si se lo hacen a los de los vídeos, ¿por qué no me lo hacen a mí?" — Daniel, 20 años
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"El porno que veo suele estar más enfocado a lo que le gusta al chico que a la chica. Y sí que creo que nos influye, a veces pensamos, "¿si le hacen esto a los de los vídeos, por qué no me lo hacen a mí?", me dice Adrián. Gabriel coincide en que los hombres son el eje de la pornografía que consume. "Las mujeres sois el instrumento que nos lleva al placer. Pero sé que es ficción, sé que no es la vida real. Que no sois instrumentos, así que no creo que me influya a la hora de tener relaciones sexuales"."La influencia de la pornografía tiene un gran impacto a la hora de invisibilizar el placer femenino. Se basa en mostrarnos un mundo de fantasía que poco se asemeja a una relación sexual real. Las fantasías sexuales están bien, pero debemos saber distinguir entre lo que es "fantasía cinemátografica" y lo que es la realidad de un encuentro sexual, una experiencia mucho más amplia que esta visión reduccionista, basada en el "coitocentrismo" y en el falso placer masculino.
El grave problema viene cuando la pornografía se utiliza como único medio de información sobre las relaciones sexuales y la sexualidad en general. Utilizar de forma exclusiva esta fuente de información para comprender la sexualidad está dejando una huella en la forma en la que nuestra generación entiende la sexualidad, en la visión que se tiene sobre la mujer y el hombre.De esta manera, se reduce y estrecha el concepto de relación sexual al de una simple práctica repetitiva e incluso degradante en ocasiones para las mujeres, que confunde por completo e induce a pensar de una manera determinada sobre lo que debería ser la relación sexual. La pornografía limita, nos impone una realidad ínfima sobre algo que es mucho más amplio y que debería liberar a la persona y no ponerle cadenas"."La pornografía limita, nos impone una realidad ínfima sobre algo que es mucho más amplio y que debería liberar a la persona y no ponerle cadenas"
Me voy a casa reflexionando sobre esas limitaciones sexuales que nos impone la sociedad, el porno o nosotros mismos. Reflexiono sobre lo que me ha dicho uno de los chicos a los que he entrevistado, Gabriel. "Nunca hablo de sexo ni de placer femenino con mis amigos. No lo entenderían, sería como si les hablara de sentimientos." Al segundo me acuerdo de mi colega, la que decía que nunca más iba a fingir un orgasmo pero abortó la misión demasiado pronto. Y pienso en cuánto tienen que ver el miedo a expresarse de uno y otro con la brecha orgásmica y la desatención del placer femenino."No hablo con mis amigos sobre el placer de las tías porque no lo entenderían. Sería como si les hablara de sentimientos"- Gabriel, 25 años