La franquicia Fifty Shades se ha convertido en una forma realmente extraña de hacer dinero

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La franquicia Fifty Shades se ha convertido en una forma realmente extraña de hacer dinero

¿Cómo diablos se convirtió esta trilogía antiliteraria y pseudo erótica en la más nueva técnica de marketing musical?

Fifty Shades Freed —la tercera y última entrega cinematográfica de la despreciablemente popular trilogía antiliteraria y pseudo erótica de E.L. James— se estrenó en los cines el mes pasado provocando una consternación generalizada. Esto ya lo sabes porque tu prima segunda hizo un check-in #Girlsnight #fiftyshades #needmeachristiangrey en Facebook desde Pizza Express el Día de San Valentín para que Craig supiera cuánto se divierte sin él, y porque la última vez que fuiste a hacer tus compras semanales tuviste que abrirte paso entre todas las botellas tiradas de chardonnay antes de poder entrar al estacionamiento compartido por la cadena local de cines y tu supermercado favorito.

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A pesar de haber generado miles de artículos de opinión preguntando '¿Es esta la peor franquicia cinematográfica de la historia?’, Fifty Shades Freed sigue desafiado a sus muy vehementes críticos, recabando $137 millones de dólares en su primer fin de semana, lo suficiente como para hacer que la franquicia de tres películas valga más de mil millones de dólares en ventas de taquilla en todo el mundo. Con el primer libro habiendo vendido más de 100 millones de copias en 52 idiomas cuando fue lanzada la película, la decisión de adaptar las novelas no fue un gran riesgo, y el éxito posterior de la película tampoco fue una gran sorpresa.

Sin embargo, lo que era ciertamente menos predecible era la enorme popularidad que alcanzaría la banda sonora que acompaña a la película. Una mezcla ecléctica de covers, remixes y canciones originales, con un grupo muy diverso de artistas que abarcan desde Beyoncé y Sia hasta Annie Lennox, Frank Sinatra y The Rolling Stones. De alguna manera, terminó siendo el único elemento de toda la ecuación que no fue criticado universalmente por críticos, feministas y cualquier lector mayor de 12 años. Lanzada unos días antes de la película, la banda sonora de Fifty Shades of Grey debutó rápidamente en el número 2 de la lista Billboard Hot 100, vendió 2.2 millones de copias y fue tanto el soundtrack de película con mayores ventas en una década como (y no te miento) ¡el séptimo álbum más vendido del año! Pero… ¡qué! ¿Cómo?

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Bueno, según el presidente de Universal Film Music, Mike Knobloch, el proyecto estuvo increíblemente bien planificado, con “mucho diálogo desde un principio” sobre qué tipo de dirección debía tener la banda sonora. Además de incluir versiones exclusivas de canciones ya muy famosas como "Crazy in Love" y canciones a las que se hace referencia en la novela original , la gama de artistas y géneros atrae a diferentes grupos demográficos, desde a tu colega de mediana edad Michelle, quien ha visto a Annie Lennox en vivo 27 veces, hasta tu padre, que puede tolerar escucharlo en el auto cuando tu madre le dice que también incluye a los Stones, más todas las chicas de chamarra acolchada que piensan que les gustan artistas 'alternativos' como 'Jessie Ware' porque fueron al festival Lovebox el año pasado y compraron una copia de la revista NME en 2006 (calma, incluso Ellie Goulding salió con Skrillex alguna vez).

Con una colección decente de canciones, el equipo de Universal Pictures comenzó a usar la banda sonora como ancla para la publicidad de la propia película, con canciones en los avances de la película y sus dos primeros sencillos lanzados meses antes del estreno. Junto a la especulación sobre qué clasificación obtendría la película, y quién interpretaría a Christian Gray luego de que aparentemente todos los hombres en Hollywood decidieron no manchar su reputación aceptando el papel, la banda sonora se convirtió en el objeto de una intensa especulación en los meses previos al lanzamiento de la película. La colaboración fue un proyecto mutuamente benéfico tanto para Universal, cuya adaptación cinematográfica recibió cierta credibilidad a través de la asociación con músicos respetados como The Rolling Stones y Beyoncé, como para los diversos artistas involucrados, que se beneficiaron de toda la intriga en torno a la franquicia, así como su enorme presupuesto publicitario.

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Entonces, tal vez no sea tan sorprendente que la banda sonora haya lanzado a algunas de sus estrellas hasta la estratosfera. Con sus cuerdas agudas y su sofisticado falsete, el sencillo principal de The Weeknd, "Earned It", podría haber sido un exitoso título para una película de James Bond, y en consecuencia le valió su primer éxito verdaderamente mundial, alcanzando el número 3 en el Billboard Hot 100 y llegando al top 10 en varios otros países del mundo. Lanzado unos meses más tarde, su segundo LP Beauty Behind the Madness se convirtió en su primer álbum número uno y en el décimo álbum mejor vendido en 2015, con 1,5 millones de copias vendidas. Después del lanzamiento, también se convirtió en el primer artista en tener simultáneamente los tres primeros lugares en la lista Billboard R&B. Cuando tienes cifras como esas, no es difícil afirmar que Fifty Shades es extrañamente responsable del éxito descomunal del chico. Tenía éxito antes de la película, claro, pero fue sólo hasta después de que tu mamá lo escuchó en Capital FM que se convirtió en una ‘maldita estrella’.

Y luego también está la propia Ellie Goulding, que de igual forma estaba luchando por alcanzar el éxito mundial con cualquiera de sus sencillos anteriores a pesar de haber conquistado algunos top ten británicos. El segundo sencillo del primer soundtrack, "Love Me Like You Do", se convirtió en el primer éxito mundial de Goulding, vendiendo 12.6 millones de copias y siendo la sexta canción más vendida del año, por encima de "Hello" de Adele y "Blank Space" de Taylor Swift. Su subsecuente tercer álbum, Delirium, fue lanzado en noviembre de 2015 y se convirtió en su primer álbum en estar en el top five de Estados Unidos, Canadá y Australia. Entonces, de nuevo, muchas gracias Fifty Shades.

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Habiendo alcanzado semejante éxito la primera vez, el equipo detrás de la banda sonora trató de “recuperar esa magia”, usando la misma fórmula para los siguientes dos soundtracks. Después de haber demostrado ser una forma muy efectiva de publicidad, muchos músicos de renombre estaban ansiosos por subir a bordo. Con una #collaboración entre Taylor Swift y Zayn Malik en el sencillo "I Do not Wanna Live Forever" (que obtuvo un MTV Video Music Award por "Mejor colaboración") y una canción original de Nick Jonas y Nicki Minaj llamada "Bom Bidi Bom" (no, yo tampoco), la banda sonora de Fifty Shades Darker alcanzó el número 1 en los E.U., Canadá y Australia, mientras que el sencillo de Rita Ora y el 5º mejor miembro miembro de 1D, Liam Payne, para Fifty Shades Freed ha acumulado más de 50 millones de views en YouTube en un mes, a pesar de literalmente causarme acidez estomacal.

Tal éxito incuestionable hace que los soundtracks de Fifty Shades sean una gran oportunidad para los artistas de éxito mundial y los relativamente desconocidos. Para los nuevos talentos, como Hailee Steinfeld y Julia Michaels, conseguir tener una canción en Fifty Shades Freed podría ser el impulso que necesitan para lanzar su carrera musical al estrellato, mientras que los artistas pop alternativos como Tove Lo y Halsey tienen la oportunidad de ganar nuevos adeptos que sería improbable que las conocieran por otros medios. Incluso los artistas más establecidos como Rita Ora y Jessie J, ninguno de los cuales ha lanzado un álbum en años, podrían revivir sus carreras un tanto obsoletas con la publicidad de la que se benefician los soundtracks.

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Incluso algunas de las estrellas pop más grandes del mundo estaban ansiosas por usar la franquicia a su favor. Taylor Swift comenzó su carrera como adolescente, mientras que Zayn y Liam son ex miembros de la boyband más grande del mundo, y una ligera asociación con la falsa explicitud de la franquicia fílmica BDSM les ofrece la oportunidad de incorporar a Justin Timberlake, lo cual los ayuda a despojarse de su imagen de adolescentes y a reposicionarse como estrellas del pop adultas con un toque “edgy” que atrae a audiencias mayores (como tu madre). Todo lo cual hace que la franquicia sea una técnica de marketing extrañamente práctica.

Por supuesto, dicho todo esto, el concepto de soundtracks originales no es nada nuevo para Fifty Shades; numerosos proyectos similares han surgido en los últimos años, incluyendo la franquicia de Twilight, The Great Gatsby de Baz Luhrmann, y los éxitos de taquilla Snow White and the Huntsman y Tron: Legacy . ¿Alguien recuerda esa porquería que Muse escribió para Twilight? Por supuesto que no. Pero desde la casi armónica presentación en los Brits 2018 de Rita y Liam el mes pasado, hasta los 350 millones de views en YouTube de The Weeknd y el premio a la mejor colaboración que obtuvieron Taylor y Zayn en los MTV VMA, lo peculiar de las canciones de las bandas sonoras de Fifty Shades es su capacidad de trascender su participación en esas espantosamente malas películas y llegar a un público mucho mayor de lo que incluso la franquicia cinematográfica más popular podría esperar.

Al igual que con el soundtrack de Black Panther curado por Kendrick Lamar, el cual actualmente tiene no menos de ocho canciones (y varios debuts) en el Billboard Hot 100, a pesar de incluir varios temas que están “inspirados en" la película pero que en realidad jamás aparecen en ella, una aparición en Fifty Shades parece ser una manera bastante exitosa de garantizar que tu canción se convierta en un éxito, a pesar de que la película en sí venda una versión heteronormativa, bidimensional y ridículamente desagradable de un romance con el que estoy seguro de que ningún músico con un mínimo de integridad artística querría tener algo que ver.

Lo que supongo significa que cuando los métodos tradicionales de promoción como los canales musicales y la radio tienen cada vez menos impacto, formar parte de la banda sonora de una película parece haberse convertido en una nueva y efectiva herramienta de marketing con el potencial de hacer o deshacer carreras a escala global. Extraño, ¿no?

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