España, se dice, es un país de grandes tradiciones y grandes contrastes. Un país en el que, en cada lugar, existe desde tiempos inmemoriales una celebración, un rito y un mito que se conmemora cada año y que constituye algo así como uno de los grandes puntales de la identidad local o regional. Cada territorio tiene las suyas, más o menos conocidas, pero igual de arraigadas entre aquellos que se resisten a olvidarlas en un mundo globalizado que cada vez se mueve más rápido: la Patum de Berga, los tambores de Calanda, el carnaval de Orense o las que en este caso nos ocupan: la procesión de El Rocío y la cocaína; probablemente, dos de las tradiciones más arraigas y reconocidas de nuestro país.Tal como informa el Digital Sevilla, un hombre de 64 años de la localidad de Utrera fue detenido con 11 gramos de cocaína encima y acusado de un delito contra la salud pública, por el que le pedían nada más y nada menos que 4 años de cárcel. Por suerte para él, el sexagenario en cuestión no tuvo reparos en explicarle a las autoridades competentes que aquello no era (solo) para él, sino que sus cuatro colegones le habían encargado a él la tarea de ir a pillar para todos la cocaína que se iban a meter en la romería de El Rocío (otra tradición muy española: echarle el marrón a otros).Después de dar los nombres y que el juez los mandase llamar, los amigos confirmaron que sí, que la farlopa era también para ellos y que el señor no tenía ninguna intención de vendérsela a nadie ni de hacer otra cosa que no fuese pegarse una buena fiesta con sus cuatro amigos. Al confirmarse la versión del sexagenario, las autoridades reconocieron que 11 gramos entre cinco tampoco dan para tanto y que en todo caso se trata de consumo propio. Así, este caso que se abrió el 20 de marzo de 2014, se cierra por fin con un final feliz para estos cinco amigos rocieros. De nuevo España, país de contrastes y tradiciones.Suscríbete a nuestra newsletter para recibir nuestro contenido más destacado.
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