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10 películas de terror de culto que seguro que no has visto

En Filmin puedes encontrar joyas raras y a menudo olvidadas del cine de terror.
Possession Isabelle Adjani y Sam Neill
Captura de pantalla de "Possession"

Hace algunas semanas llegaba a Filmin Verano del 84, el segundo largo de los australianos François Simard, Anouk Whissell y Yoann-Karl Whissell, que en 2015 nos deleitaron con una hemoglobínica y contagiosa celebración del cine posapocalíptico de los 70 titulada Turbo Kid. En su nueva película, con coproducción norteamericana, estos tres amigos entusiastas del cine de género cambian de década para explorar, en clave oscura, las urbanizaciones de casas unifamiliares por las que circulaban tanto psicópatas enmascarados como muchachos a bordo de veloces bicicletas. Quien esto escribe llegó a este planeta en la década de los 80, y unos veinte años después empezó a retornar a ella de forma compulsiva a través de todas esas películas de género que vieron la luz mientras Ronald Reagan asfixiaba a la clase media estadounidense y desregulaba la economía para abrir las puertas al capitalismo salvaje. En esa herida, entonces incipiente, hurga Verano del 84.

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MIRA:

Hay algo que no sabemos si se dice o se recuerda lo suficiente, y es que el catálogo de Filmin, en lo que a cine fantástico respecta, es una delicia en la que caben, parafraseando el título de un giallo que también puede verse en la plataforma, todos los colores de la oscuridad. Quiero decir que hay de todo: serie B y Z, clásicos, rarezas, fantaterror italiano, zombies, slashers… Es por ello que, partiendo de Verano del 84, queremos proponer diez películas de terror de los ochenta que podrían servir de anárquico itinerario por el cine de género de la época, dando prioridad a los márgenes, a algunas películas menos conocidas. Han caído estas diez que siguen y podrían ser otras diez completamente distintas, por supuesto, pero en esta vida hay que tomar decisiones, así que vamos allá. Quizá se me escape algún que otro arrebato: una lista como esta viene irremediable filtrada por la mirada algo alucinada del fan del cine de terror que fui (y sigo siendo).

TerrorVision

El año pasado el compañero John Tones publicaba un muy recomendable libro sobre la Empire, productora especializada en cine fantástico que tiene en su haber algunos de los títulos más bizarros que podéis enchufaros en vena. Esta adorable y delirante comedia de terror dirigida por Ted Nicolaou es uno de los filmes más icónicos de la compañía capitaneada por los hermanos Band. Trata sobre un monstruo que sale del televisor, como una premonición de la telebasura, pero en forma de criatura grotesca sedienta de sangre humana…

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El blanco del ojo

El cine Phenomena proyectó recientemente este violento psychothriller menos conocido de lo que debiera, dirigido con mucha inventiva visual por Donald Cammell, quien codirigió junto al tristemente fallecido Nicolas Roeg la mítica Performance y luego firmó una de las pelis de sci-fi más malrolleras y extrañas de los 70, Engendro mecánico. En una pequeña localidad norteamericana, fotografiada en una refulgente y artificiosa paleta de colores, hay un macho alfa cabreado con el mundo y, por supuesto, con las mujeres. El blanco del ojo, lo habéis adivinado, no es otra cosa que la crónica de su deriva asesina.

La serpiente voladora

El pasado mes de marzo nos dejaba uno de los directores y guionistas más temerarios e ingeniosos del cine popular estadounidense, el gran Larry Cohen, a quien debemos clásicos como la saga de Está vivo, protagonizada por bebés asesinos; sátiras inenarrables como The Stuff o La ambulancia; joyas setenteras como Demon o el libreto de Última llamada, esa peli en la que Colin Farrell se quedaba atrapado en el interior de una cabina telefónica. Cohen, un avezado cineasta de guerrilla, estaba obsesionado con una imagen: la de un bichejo alado —en la película se trata del dios azteca Quetzalcoatl— aterrorizando a la población neoyorquina desde lo alto del emblemático edificio Chrysler. Y no paró hasta que logró convertir esa obsesión en una película. En el catálogo de Filmin hay unas cuantas películas de Cohen, ideales para amenizar noches de verano.

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La posesión

Andrzej Zulawski urdió, con la entregada complicidad de la pareja protagonista encarnada por Isabelle Adjani y Sam Neill, una de las obras más singulares y perturbadoras del cine fantástico de la década. Como si el espíritu de Lovecraft se apoderara de la crónica de la desintegración de un matrimonio, en el Berlin de los estertores de la Guerra Fría asistiremos a un escalofriante relato dominado por las pulsiones más oscuras en el que es imposible olvidar la extenuante interpretación de Adjani.

Zona restringida

También conocida como Scarecrows, esta ignota producción del no menos ignoto William Wesley (que solo dirigió otra película, Ruta 666, en 2001) estaba rodeada de cierta aura de culto cuando yo empecé a moverme por estas latitudes, allá por el año 2000. Todavía intercambiábamos y comprábamos películas en VHS de segunda mano y esta era una pieza harto codiciada por los amantes del cine extraño. Zona restringida, que narra el asedio al que un grupo de atracadores es sometido en una granja por parte de unos espantapájaros de armas tomar, destacaba por su inquietante atmósfera nocturna, no exenta de momentos muy cafres.

Cielo líquido

La inclasificable película de Slava Tsukerman está más cerca de la ciencia-ficción que del terror, pero me resisto a no recomendarla: es de esos viajes psicotrópicos que hay que verlos para creerlos. Extraterrestres en busca de heroína descubren las bondades del orgasmo humano, podríamos resumir así esta desinhibida fantasía de aliento queer que, en cierto modo, es también la huella del paso fugaz de un cineasta de vanguardia ruso por el underground neoyorquino a principios de los ochenta del siglo pasado. Atención a la banda sonora, pura delicia de sintetizador compuesta por el mismo director junto a Clive Smith y Brenda Hutchinson.

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Lobos humanos

El realizador Michael Wadleigh es más conocido por Woodstock, su espléndido documental sobre el legendario festival de música, pero años después dirigió Lobos humanos, otra película singular y muy poco vista: adaptando una novela de Whitley Strieber, Wadleigh plantea una original vuelta de tuerca al mito del licántropo que sugiere que un foco de posible resistencia a los mafiosos y a los especuladores que creen ser dueños de la ciudad de Nueva York puede provenir del lugar más inesperado…

Fonda sangrienta

La californiana Jackie Kong es una de las pocas mujeres que por aquel entonces trabajaba en el cine fantástico de serie B, y en la desternillante Fonda sangrienta se atrevía con una especie de remake de Blood feast, uno de los títulos más icónicos de Herschell Gordon Lewis, el “padrino del gore”. Un buen amigo siempre me echaba en cara que me gustase esta hermosa fábula (deleznable, según él) sobre dos hermanos que asesinan y mutilan a gente para traer de nuevo a la vida a cierta diosa ancestral.

La secta

Esta es de 1991 pero me da igual, porque el gran Michele Soavi está por encima de los periodos de transición entre décadas. Para los que nos formamos como cinéfilos viendo cine de terror italiano, Soavi era algo así como la última esperanza, el vástago definitivo de Bava, Argento y Fulci, ya sin descendencia a la vista, y nos encomendábamos a él con amorosa desesperación. En fin, disculpadme; puede que La secta os parezca un increíble disparate, y puede que aun así os haga disfrutar, o no, pero el nada domesticado talento visual de Soavi es innegable.

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Carretera al infierno

¿No la habéis visto? ¿En serio? Otro guionista harto reivindicable, Eric Red, urdió el libreto de esta absorbente película de carretera en la que C. Thomas Howell y Jennifer Jason Leigh tenían que vérselas con un autoestopista muy cabrón encarnado por el mismísimo Rutger Hauer. Puede que le sobren los cinco minutos finales, al menos esa seguía siendo mi opinión la última vez que la vi, pero sigue siendo un vibrante ejercicio en tensión, sostenido admirablemente con los mínimos elementos. Bueno, en realidad puede que ya la hayáis visto. ¿No? ¿De veras que no?

Sigue a Toni en @noteolvidesdepelear.

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