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¿Cuándo harán responsable a Justin Timberlake por su misoginia?

El documental ‘Framing Britney Spears’ arroja luz sobre el acoso que enfrentó la estrella del pop y el papel que jugó Timberlake.
Alex Zaragoza
Brooklyn, US
ÁG
traducido por Álvaro García
Britney Spears y Justin Timberlake
Crédito: Jeff Kravitz / Getty Images

Artículo publicado originalmente por VICE en inglés.

Britney Spears está sentada en una silla frente a la famosa reportera Diane Sawyer. Durante esa entrevista “sin restricciones” en 2003, la estrella del pop de entonces 21 años estaba tratando de cambiar la narrativa que la describía como una zorra infiel. Sawyer señala que Spears ha tenido un año difícil después de su ruptura con Justin Timberlake, lo que hace que ella se sienta visiblemente incómoda y comience a llorar. Mientras continúa la conversación sobre la ruptura, Sawyer dice: “Hiciste algo que le causó mucho dolor y sufrimiento. ¿Qué hiciste?”.

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Esa escena se ha convertido en uno de los momentos más comentados de Framing Britney Spears, el más reciente documental del New York Times (disponible en Hulu). El documental sigue la batalla que la megaestrella libra contra la tutela en la que se encuentra, que durante 12 años ha puesto todas las decisiones personales, comerciales y patrimoniales en manos de su padre, Jamie Spears y —luego de una decisión judicial en 2020— de la compañía financiera Bessemer Trust. Spears, quien fue puesta bajo tutela en 2008 debido a problemas públicos de salud mental, se niega a trabajar hasta que termine.

Si bien el documental ha echado leña al fuego del movimiento #FreeBritney —liderado por fans que piden la remoción de la tutela de Spears—, también arroja luz sobre el acoso y el trato que Spears sufrió por parte del público, los paparazzi y los medios de comunicación. La entrevista de Sawyer es un ejemplo perfecto: llevó a los seguidores de Britney a bombardear a Sawyer en las redes sociales exigiéndole que se disculpara con la cantante. Es imposible ignorar cómo todos fueron cómplices de su persecución cruel e implacable y cómo empeoró la situación con la misoginia desenfrenada dentro de la cultura de los medios y la sociedad en su conjunto. Aquí se incluyen aquellos que hicieron bromas y se burlaron de lo que claramente fue un colapso. Pero el documental nos recuerda a una persona en particular a la que debemos hacer responsable por su participación en el acoso de Spears y otros incidentes: Justin Timberlake.

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Framing Britney Spears expone las formas en que Timberlake tomó la narrativa de su ruptura y la usó para quemar a Spears en la hoguera, aprovechándose del video de su sencillo como solista de 2002 “Cry Me a River” para presentarse a sí mismo como el amante herido que busca venganza contra una pareja infiel que resultó tener un parecido sorprendente con su ex. Si bien es ciertamente un golpe bajo, también llevó de gira su historia de despecho, ventilando los detalles privados de su vida sexual en innumerables entrevistas para ensuciar la imagen de virgen inocente que había sido creada para ella. Como señala en el documental el crítico del New York Times Wesley Morris: “La forma en que la gente la trataba, como si estuvieran en la secundaria, es como si ella fuera la zorra de la escuela y él el atleta destacado”. Timberlake sin duda se encuentra entre aquellos que alimentaron el odio contra Spears al destrozarla en cada oportunidad, utilizando su ruptura para construir una carrera como solista y la cultura de misoginia para declararse el “ganador” en esa relación. Framing Britney Spears reproduce un video de Timberlake hablando despreocupadamente en un programa de radio sobre las relaciones sexuales con su entonces pareja y muestra una portada de la revista Details que lo aplaude por meterse “en los pantalones de Britney”.

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“Técnicamente no estoy diciendo que él esté equivocado, pero técnicamente tampoco estoy diciendo que tenga razón”, le dice Spears a Sawyer en esa infame entrevista, reconociendo sus propias fallas en la relación pero dejando en claro que la ruptura no fue solo su culpa. La maniobra fue elegante, especialmente considerando lo mucho que podría haber dicho sobre la situación y los numerosos intentos de Timberlake para poner al público en su contra.

El hecho es que no era necesario pintar a Spears como una villana, un hecho que sin duda contribuyó a su colapso. Fueron pareja de 1998 a 2002, sin embargo, durante años, Timberlake continuó mencionándola en entrevistas y criticándola en foros públicos, además de que lanzó otra posible canción sobre ella (“What Goes Around Comes Around”) en 2006, cuatro años después de su ruptura, cuando ya estaba casada y estaba esperando a su segundo hijo, y cuando sus problemas de salud mental se habían convertido en carnada para los tabloides. Y todas las veces que se aprovechó brutalmente de Spears para construir su propia fama y despojarse de la imagen de boy bander, la gente se rio y los medios lo cubrieron como si fueran chismes lascivos detrás del gimnasio de la escuela. Timberlake aparentemente disfrutó de avergonzar a Spears y experimentó un auge en su carrera y atractivo sexual al usar la narrativa de la infidelidad a su favor, todo mientras los medios de comunicación y los paparazzi se volvían cada vez más crueles e intrusivos con Spears.

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Fue fácil poner al público en contra de Spears cuando las preguntas sobre su vida personal, su cuerpo, sus atuendos y su virginidad eran lanzadas sin tener en cuenta cuán groseras, sexistas e inapropiadas resultaran. El documental muestra a un reportero preguntando a Spears sobre sus senos, a lo que ella contesta riéndose de manera incómoda, insegura de cómo responder. Una mujer sexualizada es vista como una amenaza y Spears se convirtió justo en eso. Cuando el sexo fue la razón potencial de su ruptura, el público no tuvo ningún reparo en pintarla como una adúltera. Teniendo en cuenta las recientes acusaciones de infidelidad contra Timberlake, es difícil no ver el doble estándar entre cómo lo ha tratado la prensa en comparación con Spears.

Dejar que las mujeres enfrenten toda la responsabilidad ha sido claramente el modus operandi de Timberlake para construir su carrera. Cuando a Janet Jackson le llovieron críticas después de su “desliz de vestuario” en el Super Bowl XXXVIII en febrero de 2004 —durante el cual Timberlake le arrancó parte de su disfraz y reveló accidentalmente su seno desnudo— el cantante se lavó las manos de la situación y permitió que Jackson pagara los platos rotos. No es sorprendente porque Jackson es una mujer negra, inherentemente vista como una amenaza para los “valores estadounidenses” debido a su raza y sensualidad. Su carrera se vio gravemente afectada, mientras que la de él siguió creciendo: a ella le prohibieron participar en los Grammy de ese año mientras que a él le pidieron que los presentara. Jackson fue incluida en la lista negra por la cadena de radio y televisión Clear Channel Communications, lo que perjudicó las ventas de su álbum de 2004 Damita Jo. Tampoco se ha presentado en el Super Bowl desde entonces, mientras que él volvió a presentarse en 2018. Finalmente se disculpó, dos años después del fiasco del Super Bowl, con una declaración a MTV: “Probablemente solo me culparon en un 10 por ciento y eso dice algo sobre la sociedad. Creo que Estados Unidos es más duro con las mujeres y creo que es injustamente duro con las personas étnicas”. Pero el daño a la carrera de Jackson estaba hecho. Terron Moore, director editorial de MTV y Logo, tuiteó: “el ascenso de justin timberlake de entre los restos de britney spears y janet jackson es algo por lo que tenemos que responder”.

A pesar de que Spears reconstruyó su carrera —lentamente y con algunos momentos de inestabilidad— con el lanzamiento de varios álbumes exitosos, incluidos Blackout y Circus, su vida personal ha seguido siendo una obra en progreso. Aunque nunca habla de la tutela o su salud mental en público, podemos saberlo por su Instagram, donde a menudo baila (incluso canciones de Timberlake) y comparte memes y videos donde aparece hablando sobre sus cosas favoritas, lo que revela que está haciendo todo lo posible por ser feliz. Después de 12 años de luchar para recuperar el control total de su vida y los rumores (compartidos en línea y en el documental) de que su padre la ha amenazado con quitarle a sus hijos, está trabajando para crear una vida totalmente propia. Pero nunca se librará de Timberlake ni de lo que le ha hecho. Siempre será parte de su historia, mientras él continúa con una exitosa carrera construida parcialmente sobre la humillación de Spears.

El final de los años 90 y principios de la década de 2000 no fue una época en la que términos como slut shaming, autonomía corporal o incluso salud mental formaran parte del discurso de manera tan amplia o se entendieran de manera universal. Las mujeres en Hollywood y en la industria de la música en general han dejado en claro a través del movimiento #MeToo y otras declaraciones públicas que no tolerarán los comportamientos depredadores y misóginos. Si bien Timberlake se disculpó con Jackson, nunca se preocupó por mostrarle la misma cortesía a Spears, aunque solo fuera como una maniobra de relaciones públicas. Esto dice mucho sobre su carácter y al menos ahora tenemos una nueva perspectiva para exigirle un comportamiento mejor. Aunque Sawyer encontró apropiado preguntarle a Spears cómo causó su ruptura, ahora sabemos qué hizo Timberlake para construir su carrera a partir de ese trauma.

Alex Zaragoza es redactora senior en VICE.