Duncan Keith adelantó a los Chicago Blackhawks cuando quedaban tres minutos para terminar el segundo periodo y esto fue todo lo que el equipo de Illinois necesitó para ganar la Stanley Cup en el sexto partido de la serie contra los Tampa Bay Lightning. Hubo un montón de balones al palo y asistencias no concretadas para ambos equipos: fue necesario un pase perfecto de Patrick Kane y un jugoso rebote en el portero Ben Bishop para romper el empate. Los Blackhawks doblaron la ventaja al final del tercer periodo y se aseguraron la victoria con el 2-0 final.
Cuando solo quedaban cinco minutos, Kane finiquitó el encuentro con un excelente remate de primeras tras un pase sin mirar de Brad Richards. Tampa estaba presionando bien a los Hawks, pero el equipo de Chicago consiguió romper el orden del rival y provocar un 3 contra 2 que Kane convirtió en el gol definitivo.
Los Lightning tuvieron sus oportunidades, pero la mala suerte y la falta de definición de cara a puerta les condenaron. Steven Stamkos tuvo una ocasión contra Corey Crawford, pero el pase venía botando y el atacante canadiense no fue capaz de mandarla al fondo de la red.
Un poco antes, Anton Stralman ya había tenido una ocasión magnífica para convertir tras un pase de Jonathan Drouin, pero no fue capaz de conectar el stick con la pelota.
Los Blackhawks confirman su hegemonía en la NHL con este nuevo título, el tercero en seis años.[NBC]
Publicidad