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Cultură

Agoniza el Aristi: el hotel que fue testigo de la hegemonía salsera en Cali

Por el hotel pasaron grandes figuras como Celia Cruz, Héctor Lavoe, La Fania All Stars, la Sonora Matancera y Dizzy Gillespie.

En septiembre de 1951 se inauguraron oficialmente el Hotel y el Teatro Aristi. Sesenta y cinco años después, en 2016, las edificaciones, por supuesto, no son lo mismo. El tiempo, el abandono y una retroexcavadora fueron cómplices del cambio.

El pasado viernes 20 de mayo, el Ministerio de Cultura ordenó detener las obras de remodelación que se estaban llevando a cabo en el Hotel Aristi, el Teatro Aristi, el Hotel Columbus y el Teatro Colón. Las obras de restauración habían empezado a finales de 2015 por parte del grupo inversionista G50, un grupo de 62 empresarios que habían comprado los cuatro edificios, ubicados en el barrio Santa Rosa del centro de Cali.

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"Ese hotel tenía todo de lindo. Y el teatro Aristi era una de los valores arquitectónicos que se preservaban. Aunque ya había cambiado de uso y ya no era más teatro. Lo utilizaban como depósito y como sitio de reuniones espirituales. Y se había deteriorado pero estaba conservado", dice Jean Paul Archer, miembro de la Sociedad Vallecaucana de Arquitectos y miembro del Concejo de Patrimonio de Cali.

Los edificios estaban (están) catalogados como "Bienes Inmuebles nivel 1": de conservación integral. Por dentro y por fuera.

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La inauguración del Teatro y del Hotel fue un hito para la ciudad. En términos arquitectónicos ambas estructuras bebían de la corriente Art Déco. El uno inspirado en el hotel Albion de Miami Beach y el otro en el Radio City Music Hall de Manhattan, en Nueva York. El diseño del Hotel corrió por cuenta de los arquitectos Álvaro Calero Tejada y Félix Mier y Terán.

Inmediatamente después de su inauguración, tanto el teatro como el hotel, construidos por el empresario paisa Adolfo Aristizábal, fueron testigos inmediatos de la movida cultural caleña de los cincuenta, sesenta, setenta y ochenta. Por allí pasaron, se hospedaron, bailaron, cantaron y se embriagaron las más grandes celebridades, directores de orquesta, cantantes de salsa de la época y los políticos de turno.

"La última buena época del hotel Aristi corresponde a la hegemonía de la salsa", dice Umberto Valverde, periodista, escritor y salsero de pura cepa. "La hegemonía de dos personas fundamentales que fueron Larry Landa y Humberto Corredor: ambos empresarios musicales, ambos de origen popular que triunfaron en Nueva York y sin los cuales la historia de la salsa en Cali no sería igual".

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En los años sesenta, la salsa en Colombia tenía como protagonista a dos ciudades: Cali y Barranquilla. Dos ciudades que se peleaban con los dientes el título de capital salsera. "Los que rompen ese paralelismo son ellos dos: Landa y Corredor", dice Valverde. Y voltean la balanza hacia el lado de la Sucursal del Cielo.

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¿Qué significa un edificio para una ciudad? ¿Qué representa? ¿Qué tan simbólico es el hotel y el teatro Aristi? ¿Qué significan para Cali? ¿Para la arquitectura? ¿Para la salsa?

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A comienzos de mayo de este año explotó la polémica: en el centro de Cali se estaban interviniendo, sin licencia, algunos edificios Se trataba de los teatros Aristi y Colón y de los hoteles Columbus y Aristi. No solo se estaba interviniendo un edificio sin permisos sino que además se estaba haciendo en patrimonios arquitectónicos de la ciudad.


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Aunque luego de dos días VICE no logró comunicarse con el grupo G50, en declaraciones para la prensa caleña, la gerente del grupo empresarial G50, Nathalie Rueda, aseguró que las licencias no se habían tramitado antes, al empezar los procesos de intervención en los edificios, porque estos "presentaban un avanzado estado de deterioro y amenazaban ruina". Solo hasta que se destapó el escándalo, el Ministerio de Cultura intervino y suspendió temporalmente las obras.

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"El primer gran negocio de Larry es cuando hace la gira con La Fania All Star en 1980. Pasan por Panamá, Barranquilla, van a Bogotá ––que es el despelote de ese concierto–– y Cali", dice Umberto Valverde. A partir de ahí, comienza una exitosa carrera como productor musical.

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Larry Landa alcanzó a traer a Cali a unas 200 orquestas que distribuía entre el hotel Aristi y otro hotel ––no tan histórico––, el Petecuy. "Entre esos dos hoteles se repartían a todos esos artistas".

En el Aristi se hospedaron orquestas de la talla de La Fania All Stars y de la Sonora Matancera. Por allí pasaron Héctor Lavoe, Celia Cruz e incluso el mítico trompetista de jazz Dizzy Gillespie. "A todos esos músicos Landia los metía al hotel Aristi y ahí permanecíamos con ellos durante mucho tiempo", dice Valverde.

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Las obras de intervención en el Hotel y el Teatro Aristi este año, implicaron el desmonte de la silletería, las escaleras, el techo y los murales del Teatro, así como el mobiliario del Hotel. "Está hueco", aseguró una vecina de la zona. "Lo más afectado es la parte del teatro porque en el teatro había un componentes de patrimonio como las sillas, las gradas, la media y luna y eso lo quitaron", dice Kathy Osorio del colectivo Ciudad Verde de Cali.

"Hay un daño significativo resultado de la falta de control y autoridad del municipio especialmente de la oficina de Planeación que no tiene dientes para hacer ningún tipo de control. Cuando un proyecto de estos se interviene tiene que hacerse poniendo en valor el asunto patrimonial que el edificio tiene. No quiere decir que no se puedan hacer cambios, los cambios se pueden hacer. El edificio puede cambiar el uso", dice Jean Paul Archer.

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Una de las mayores molestias por parte de arquitectos es el hecho de que el grupo empresarial se haya saltado los mecanismos existentes para tramitar un proceso de esta envergadura.

"Son más de 50 grandes empresarios que están invirtiendo un montón de plata en el edificio y se arriesgan a intervenirlo sin licencia", dice Archer. "En el periódico El País (de Cali) presentaron unos renders y ahí uno ve un proyecto arquitectónico de renovación, entonces uno dice 'si tienen un proyecto, ¿por qué no lo tramitan?'. Pues porque creen que se van a complicar la vida llevando eso a esas instancias. Pero un proyecto en la ciudad no puede hacerse sin licencia de construcción. Mucho menos si es de esa magnitud", dice Archer.


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La idea del grupo empresarial G50 es conservar lo patrimonial que hay en la arquitectura de los edificios. "Eso es imposible. Las cosas que se quitan, que tiene que ver con la 'línea arquitectónica base' sobre la que fue construida, son imposibles de reparar. Si tu quitas una viga, el techo, el piso, algo de la línea arquitectónica, ya no puede restaurar por mucho de que trates", dice Kathy Osorio.

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"Al Hotel Aristi llegaron más de setenta orquestas, como mínimo. Esos hoteles eran centrales y eran cómodos. Allí se quedó Celia Cruz, toda la Sonora, los grandes cantantes. No sé si deporto Pedro Vargas. Pero si Pedo Vargas vino a Cali, él estuvo allí", dice Umberto Valverde.

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También se hospedó Héctor Lavoe, aunque no exactamente en el Hotel sino en las Residencias Aristi, edificio que queda justo frente al Hotel. Durante un tiempo, del período que vivió en Cali, Lavoe se la pasó en el Aristi.

Larry Landa ––el empresario–– trajo a Lavoe a la capital vallecaucana para que se desintoxicara de la heroína en el año de 1983. En octubre. El resultado fueron cuatro meses de salsa, fiesta y drogas. Lavoe se quedó un tiempo en las Residencias Aristi donde ya vivía desde hacía un año el violinista de salsa Alfredo de la Fe.

"El tiempo de estadía con Héctor fueron cuatro meses. Ahí se ha hecho mucha especulación, no: fueron cuatro meses en Cali. Y tocaba en Juanchito cuando quería. No tenía un contrato que lo obligaba sino que Larry Landa le permitía que el cantara cuando quisiera. En el año 83. Alfredo llega en el 82. Héctor se quedó una gran parte de ese tiempo con Alfredo, hasta que Alfredo, pues, no se lo soporto. Pues porque Héctor con sus delirios era muy loco", dice Valverde.

El violinista de la salsa recuerda, en una entrevista a la revista Bocas, una anécdota en la que encontró a Lavoe un día en su apartamento, en las residencias Aristi, vestido de negro. Cuando de la Fe le preguntó qué estaba haciendo, Lavoe le respondió que cuando los hombres iban a matar a alguien se vestían de negro. De la Fe convenció a Lavoe de que se fuera. Al poco rato llegó Larry Landa al apartamento del violinista. "Yo creo que Larry ese día le hubiera hecho algo a Héctor. Pero afortunadamente me hizo caso. Todo estaba muy desbordado", recuerda de la Fe en la entrevista.

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Durante esa época Héctor Lavoe compuso el célebre tema de Juanito Allimaña.

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Jean Paul Archer dice que hay una pelea entre los arquitectos por preservar, no hasta el último detalle, pero sí el espíritu de las edificaciones. Porque eso es uno de los valores que la ciudad gana a futuro definiendo su forma, su característica, su esencia. "Por eso las ciudades europeas tienen tanto valor: porque han cuidado su patrimonio. Porque lo han recompuesto. Nosotros no podemos crear una historia y una tradición de ciudad si seguimos alterando las edificaciones patrimoniales", remata Archer.

Cuando el Ministerio de Cultura intervino sacó un informe que dio cuenta del estado de los edificios en el momento en el que se suspendieron las obras. En el pronunciamiento se refiere al Hotel y a Teatro Aristi. El reporte de los hallazgos fue el siguiente:

Hotel Aristi: reforzamiento de columnas y construcción de zapatas; instalación un nuevo sistema estructural de columnas y placas metálicas; demolición de muros divisorios; demolición parcial de placas de entrepiso; demolición de enchapes, y desmonte de carpinterías, baños, instalaciones hidráulicas y sanitarias y áreas de servicios.

Teatro Aristi: derribamiento de las graderías en primer piso; desmonte de total de la cubierta; demolición parcial de muros; construcción de dos placas de entrepiso en el sector de escenario y construcción de tres placas de entrepiso en el sector de graderías.

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El comunicado concluye que "se define que las intervenciones antes descritas no propenden la conservación de los valores culturales y no garantizan la preservación original de los inmuebles y de sus características particulares que dieron lugar a la declaratoria como BIC, ya que fueron obras de demolición parcial y total donde la espacialidad, elementos ornamentales y estéticos fueron eliminados".


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En su momento, el alcalde de Cali, Maurice Armitage, aseguró que en el hotel Aristi no se estaba afectando la estructura patrimonial y añadió que "La verdad es que nosotros no estamos en disposición de fregar, ni de ponerle trancas al proyecto para que salga adelante".

"La política del alcalde nuevo es que la economía se mueva. Y que eso generare empleo. Le está dando el juego a que la gente destruya y luego tramite. No, así no es", dice Jean Paul Arche, miembro del Concejo de Patrimonio de Cali.

"El alcalde creo que salió a decir que las intervenciones no eran nada que eso andaba bien, y al día siguiente fue que intervino el Ministerio de Cultura. Entonces eso es un bochorno. De manera que yo sí creo que ese entorno es importantísimo", dice por su parte Umberto Valverde.

El grupo G50 presentará una propuesta de renovación ante el Ministerio que incluye locales comerciales en el primer piso del Hotel, habrá 222 habitaciones entre los pisos tres y ocho, más de cien parqueaderos, un centro de eventos en el piso nueve para 1,500 personas, y seis salones de conferencias. En el teatro Aristi se construirá un teatrino donde habilitaran 300 sillas del antigua teatro.

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Mientras tanto, Nathalie Rueda, gerente del grupo G50 dijo que el proceso legal que abrió el Ministerio por empezar algunas obras sin autorización "no tiene nada que ver si el proyecto se aprueba o no. En su momento el Ministerio se pronunciará. Pero eso no impide que los propietarios que tienen la obra suspendida presenten la propuesta para que sea estudiada".

Sin embargo, en el Departamento Administrativo de Planeación Municipal de Cali aseguran que hasta la fecha el grupo empresarial G50 no ha presentado el proyecto.

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"No es, como dice el marxismo, de que es el pueblo el que valora las cosas, ¿cómo dice el marxismo? ¿de que la memoria del pueblo? No. Aquí la capacidad de dos hombres que invirtieron en eso, sin esa memoria Cali no había sido tan salsera y no habría superado a Barranquilla", dice Valverde, refiriéndose a Larry Landa y a Humberto corredor los dos empresarios que trajeron, en su momento, a los grandes de la salsa a Cali y los hicieron hospedar en el Aristi.

Se trata de una memoria que, al menos en Cali, perdura. Una memoria musical de salsa que pone a vibrar la ciudad. Un ritmo con el que se camina la gente, con el que se mecen las palmeras. Una tradición musical que se mantiene. "En Cali es una memoria que perdura, ¿Qué han llegado nuevos ritmos? Obvio pero esta es una memoria que perdura", concluye Valverde.

La tradición no corre la misma suerte del lado de la arquitectura. Mientras que Kathy Osorio dice que en Cali no es muy común el proceso de restauración, Jean Paul Arche asegura que "Aunque ha pasado en todas partes del país, Cali es líder en destruir su patrimonio. Pero como la gente no lo entiende pues no lo valora. A ellos no les parece que algo deba ser preservado. Esa es la historia recurrente y continua de Cali".

En diciembre de 1958 el diario El País de Cali publicaba una noticia en la que anunciaba la entrega del primer rascacielos de Cali. Se trataba de las Residencias Aristi (donde vivió Alfredo de la Fe junto a Héctor Lavoe). La noticia decía: "Es este otro de los aportes significativos de la firma A. Aristizábal al desarrollo y progreso arquitectónico de Cali".

Cincuenta y siete años después, el teatro y el hotel Aristi murieron en esa ley: la del progreso y el desarrollo.

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