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Comida

Cocinar borracho

Tenemos derecho a beber. Tenemos derecho a cocinar. Tenemos derecho a cocinar borrachos. Aquí te ofrecemos unos consejos.

Imagen [vía](http:// http://www.cocinaparahombres.com/recetas/receta.php?rec=pollo-asado-lata-cerveza)

A menos que seas un capullo universitario de esos que se pasan el día hirviendo pasta sabrás que cocinar es uno de los grandes placeres de la vida. Es incluso mejor que comer. Joder, es un absoluto honor preparar el alimento que más tarde pasará a formar parte de tu persona, de tus uñas, pelos y pensamientos, es la construcción de uno mismo, arquitectura personal. Otro de los grandes placeres de esta vida es gastarse 100 € en bebida a lo largo de la noche y poder llegar a casa sano y salvo. La gran pregunta es, ¿se pueden compaginar estos dos placeres? Por supuesto, es más, cuando uno llega frito a casa normalmente le apetece echarse un último canapé antes de ser abrazado por los algodonados brazos de Morfeo.

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Y es que hacer cosas borracho es hasta cierto punto normal, al fin y al cabo el brebaje es legal y lo único que realmente tenemos en nuestra vida son buenos motivos para intentar evadirnos de la tristeza de tener que trabajar, pagar el alquiler de un piso de mierda y saber que vamos a morir absolutamente solos. Así que trabajar ebrio, escribir mails borracho o intentar hacer la compra en el súper totalmente bebido son acciones que se encuentran dentro de lo que podríamos considerar "normalidad". Es por eso que no resulta del todo extraño enfrentarse a la terrible realidad de cocinar en un estado de absoluta embriaguez, que es lo que os propongo en este artículo. Con esto de "cocinar borracho" no me refiero a lo típico de ir pillándote un buen pedo de vino a medida que vas cocinando esas sardinas a la plancha que tanto odia tu supuesta novia porque dice que luego el piso huele a mierda pero que a ti esto de que el piso huela fatal te importa una mierda porque en el fondo este piso, estas sardinas y esta relación te parecen unas de las peores formas de perder el tiempo; no, me estoy refiriendo a eso de llegar a casa totalmente lleno de alcohol, tambaleándote -incluso haber llegado vivo o sin heridas a casa ya es un puto milagro- y al borde del vómito no inducido. Es más, muy probablemente habrás tenido problemas para abrir la puerta y para quitarte la chaqueta, así que prepararte unos buenos libritos de lomo puede convertirse en una jodida odisea.

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Antes de empezar, lo primero que debes saber -y por lo tanto, aprender a respetar- es que si puedes, tienes que evitar cocinar borracho. No hay nada peor que un borracho con el estómago vacío llorando, tirado en el suelo rodeado de patatas mal peladas y con un charquito de sangre al lado, creedme. Cocinar se convierte en un proveedor de muerte en potencia si tenemos en cuenta que en la cocina uno está absolutamente rodeado de armas -cuchillos, tijeras, tenedores,…- y por otros elementos de naturaleza asesina -el puto fuego-. Es por eso que si tienes a tu lado a un amigo que esté más sobrio que tú -o bueno, que esté igual de jodido que tú pero que esté dispuesto a jugarse el pellejo por ti- mejor que le pases el delantal a él. De todos modos, la mejor solución para un borracho hambriento son siempre los locales profesionales externos a la propia vivienda, entiéndase esto como badulaques, restaurantes, bares y el clásico McDonald's 24 horas salvavidas. Así que si te queda algo de dinero que aún no te hayas bebido será mejor que optes por una de esas opciones. Es mucho mejor hacer el ridículo en público que jugar con tu integridad física. Esta es una de las máximas que ha regido mi vida y que me ha aportado excelentes resultados.

Por otra parte, si no te queda nada de dinero, entonces no tienes más remedio que intentar tirar con la mierda que te quede en la nevera. En estos casos siempre debes intentar mantener la compostura. Lo mejor sería ponerse un delantal y adoptar una actitud de borracho digno y bien peinado a lo Rat Pack, Humphrey Bogart o Clark Gable pese a que seguramente estés más cerca de parecerte a ese bicho hecho de basura de los Fraggle Rock. La calma es básica pero teniendo en cuenta de que eres un borracho hambriento es algo que se encuentra bastante alejado de tus posibilidades.

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NEVERA Y DESPENSA

Lo más fácil y recomendable es devorar lo que haya más a mano dentro de la nevera o despensa. O sea, intentar evitar los fogones a toda costa. Me refiero a comer deliciosos embutidos, quesos, frankfurts crudos, latas de sardinas, latas de atún, latas de maíz, etc… Puedes hacerte una buena "ensalada" mezclando todo esto en un plato. Evita cortar cosas con los cuchillos, supongo que es algo evidente pero muchos neófitos caen en esta trampa letal. El tema es no calentar nada, el fuego es el enemigo. Eso sí, también tienes que ir con cuidado. Todos sabemos los peligros que entraña una lata de conservas. Si normalmente cuando las abres, en algún rincón de tu cerebro ya existe esa idea de que puedes cortarte el dedo, imagínate lo que puede estar pasando por tu cabeza cuando estás bebido. Este miedo aumenta potencialmente y el nerviosismo y la poca destreza pueden dar muy malos resultados. Lo más recomendable es decantarse por los productos que no estén enlatados o que estén envasados en plástico, eso aumentará tus posibilidades de salir vivo de la cocina.

MICROONDAS

Otro buen amigo del borracho de cocina es el microondas. Parece mentira pero la gente sigue utilizando esta mierda pese a estar absolutamente probado que es un instrumento mortal, un prototipo de máquina de muerte creado durante El Holocausto. En fin, este aparato lo utilizan incluso los monos pero pese a que no es peligroso in situ tienes que saber que, poco a poco, te está matando y que es el principal responsable de que te hayas convertido en la persona amargada que eres ahora mismo. Joder, ¿es que no puedes ni calentarte el café en una jodida cafetera?

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FRITOS

Pero bueno, realmente, cuando uno llega a casa convertido en un adefesio humano, lo que más le apetece es una buena dosis de grasa frita. Es por eso que uno de los favoritos de los borrachitos suelen ser las cosas empanadas. Pero esto supone uno de los mayores peligros a los que se va a enfrentar un cocinero embriagado: el aceite caliente. Este tipo (el aceite) es muy jodido y puede destrozarte la vida. Las pocas veces a las que me he enfrentado a él en estado de embriaguez he optado por cubrir mis brazos con trapos, "por si acaso". La torpeza que llevas por bandera en esos momentos puede hacer que te salpiquen pepitas de oro caliente en los brazos al echar la mandanga en la sartén. Utiliza siempre una tapa para la sartén pero cúbrete el rostro y el cuerpo cuando la destapes. Freír cosas empanadas es sin duda un método peligroso pero creo que no hay nada más bello en este mundo que la imagen de un hombre bebido rebozando filetes de lomo a las 6 de la mañana. Torpeza y honestidad.

HORNO

Otro enemigo terrible es el horno, la garganta del infierno como me gusta llamarla a mí. Lo más normal es que decidas hacerte una de esas pizzas congeladas de mierda o unas de esas que están en las neveras de los supermercados. Son una mierda pero es como si estuvieran hechas especialmente para los solteros tristes que no saben cocinar ni madurar y para los borrachos. La cosa parece sencilla pero tienes que ir con cuidado con varios factores. 1) Vigila al abrirlo, puedes quemarte la cara y entonces todas esas ideas que tenías preparadas para escribir esa novela que llevas años intentando tirar adelante van a desaparecer junto con todo ese aire infernal que sale del horno. 2) Las cosas que hay dentro de un horno caliente queman. Nada ha marcado tanto a los humanos -cual vacas de ganado- como las bandejas de los hornos. Brazos y brazos llenos de autopistas sin textura resultantes de irresponsables actitudes frente a los electrodomésticos. Es recomendable, de nuevo, cubrirte los brazos con trapos y las manos con guantes, hay prendas especialmente diseñadas para ello. Si hace falta ponte la jodida chaqueta con la que sales a la calle en invierno, yo a veces lo hago y me siento mucho más seguro. 3) Ten presente que toda la comida que saques del horno estará chamuscada y será poco comestible, de algún modo una persona borracha es incapaz de sacar nada decente de ese cajón mortuorio llamado horno.

HERVIR

Un clásico, joder. Con el cerebro frito lo más fácil es hacer un viaje en el tiempo y volver a los años en los que compartías piso con un par de estudiantes de Bellas Artes y os limitabais a comer pasta con salsa de tomate y atún. Hervir tiene cosas buenas y cosas malas. Por un lado no hace falta que estés demasiado pendiente del asunto, tú tienes poco que hacer en esta ecuación por lo que es muy difícil cagarla. Por otro lado es un proceso muy lento, cosa que puede hacer que te duermas mientras intentas cocinar. Y es que el poder de la terrible nana que emana de los fogones es totalmente hipnótico, son como CD's de New Age concentrados en burbujitas de agua caliente. Si esto sucede es probable que termines hirviendo agua durante las 10 horas que va a durar tu "cabezadita" en la cocina. ¿Has oído hablar alguna vez del agua negra? Si hierves agua durante tanto tiempo se quema, se vuelve negra. Os lo juro.

El principal problema de hervir cosas es la extracción. El momento más peligroso es cuando tienes que escurrir el material hervido. Ahí puedes joderte bien jodido. Yo recomiendo saltarse este paso y utilizar una espumadera. No intentes escurrir toda la olla, inevitablemente algo va a salir mal. Es mejor comer pasta un poco aguada que gritar de absoluto y puro dolor en medio del amanecer de un nuevo día.

Finalmente tienes que enfrentarte a un último reto: comer. Dirigir objetos punzantes directamente hacia tu boca es la peor cosa que puedes hacer en estado de embriaguez y esto es algo que vas a tener que hacer varias veces si quieres apaciguar tu hambre. Tienes la opción de comer con los dedos pero piensa que incluso tus dientes pueden traicionarte. No olvides nunca que cuando te encuentres borracho en una cocina realmente estarás en una mazmorra de muerte, rodeado de enemigos, todos ellos ansiosos por asesinarte. Es por esto que toda precaución es poca, nadie te está viendo, puedes cubrir tu cuerpo de papel de plata si lo ves necesario. Tu seguridad ante todo. Y bueno, siempre te queda la opción de dejar de emborracharte tanto cada fin de semana pero esto es una opción que supongo que, a estas alturas, ya nadie contempla.