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Cultură

Diferentes trabajadoras sexuales nos hablan del acoso que reciben

Lamentablemente, las trabajadoras sexuales siguen siendo un colectivo sensible de sufrir acoso y violencia por parte de indeseables.

El pasado mes de agosto una prostituta fue agredida el el Raval por un hombre que decía "hacer el trabajo que la policía no hace: limpiar la calle de putas". El colectivo de Putas Indignadas y Àmbit Dona denunció los hechos ante la policía. El hombre en cuestión amenazaba a las mujeres que trabajaban en la calle con jeringuillas usadas, piedras, botellas de vidrio, las increpaba y las insultaba.

Una de las herramientas que muchas utilizan para denunciar y avisar a sus compañeras son las redes sociales. Buscando por las redes me encuentro con Shit Punters, una cuenta que difunde los peores mensajes que reciben las escorts. Mensajes desagradables con "selfie pene" incluídos, peticiones de pajilleros que se creen con el derecho de exigir servicios gratuitos, o desgraciados que envían whatsapps solo para hacer perder el tiempo.

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Hemos preguntado a diferentes trabajadoras sexuales si han sufrido agresiones de este u otro tipo de modo habitual y si, como colectivo, se sienten acosadas.

Jaqueline, escort colombiana en Barcelona

A diario te encuentras con mucho loco que lo único que quiere es pasar el rato y hacerte perder el tiempo. Yo enseguida lo ignoro y ya… Son los que me molestan más, los pajilleros que te contactan solo para pasar el rato. Se nota bastante cuando no quieren nada más que eso. Suelen hacer demasiadas preguntas sin llegar a ningún acuerdo o directamente pretenden obtener una cita gratis, pensándose que su belleza es deslumbrante o algo así. No recuerdo haber recibido ningún mensaje insultándome o en el que me traten mal. Creo que no es muy usual que eso pase.

Trini Cé, puta neurodivergente

El peor mensaje de los que he recibido fue de una persona que llegó a crear cinco cuentas distintas para acosarme por las redes. El acoso duró un año entero. Esto es lo más suave que me llegó a decir:

En este caso no denuncié, porque no serviría de nada. En otra ocasión otra persona distinta (en éste caso un hombre) me llamó vagina de pago. Éste fue el último: me amenazó en contárselo a mi familia, como si no lo supieran. Pero vamos, que tengo muchos, y os puedo inundar a captura de pantallas. Mensajes como el primero lo he recibido a patadas.

También me han amenazado con pisarme el cuello. Puse una denuncia pero en ese caso no fue por ejercer la prostitución. Normalmente si me pasan ese tipo de cosas hago una captura de pantalla y lo subo a las redes porque los ataques vienen de personas que se autonombran "feministas" o "anarquistas" y subirlas es como destapar a estas personas que se suponen que son "compañeros y compañeras". El acoso más fuerte que he recibido nunca ha sido por parte de feministas radicales.

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Dicen que nuestros clientes abusan de nosotras y nos dañan. Cualquier puta autogestionada dirá lo mismo que yo: lo peor de todo es tener que aguantar a abolicionistas que se supone son compañeras de lucha.

Dulce, profesional de la webcam

Los peores mensajes que he recibido… no han sido los desagradables que atacan a mi físico, ni los pesados con "fotopollas", ni tan siquiera son mensajes q me han hecho daño o me han afectado (aunque me ha preocupado el interés por hacerme daño), para mí los peores mensajes son aquellos en lo que he visto que la otra persona se olvida de qué es real y qué es virtual. Esos mensajes son los peores porque son peligrosos: olvidan que solo es un trabajo, que solo es Internet, Dulce es solo un personaje. Así que tras un largo tiempo siendo clientes, me han amenazado y acosado a diario porque "solo les dejo estar conmigo en la cam", porque les envío fotos dedicadas o, incluso, han llegado a contactar conmigo en mi vida real, personal y privada. No sé cómo, pero lo han llegado a hacer. Recibir esos mensajes da miedo, así que no contestar a saludos tediosos, es lo de menos.

No creo que estemos protegidas. Supongo que simplemente asumes que es un trabajo clandestino donde siempre hay la duda de que difundan tu imagen, que puedas recibir amenazas, que no sabes si la empresa para la que trabajas te va a ayudar si pasara algo…

Yo asumo el riesgo porque he tenido la mala suerte de sufrir acoso sexual en un trabajo normal y corriente que todo el mundo acepta, ¿puede pasar en cualquier lado, no? Pero me indigna el sentimiento de ser la última mierda y que parece que estás ahí para que te usen, que cualquier web use tu imagen para perfiles falsos y no haya modo de quejarte más allá de un tuit enfadado. La gente lo lee y solo son anécdotas de Internet. El trabajo no está reconocido, así que las trabajadoras tampoco. De hecho, hay otras trabajadoras muy celosas y competitivas, que crean perfiles falsos para comentar mal sobre otras compañeras solo por subir un puesto en un ranking o interés propio; esto lo he sufrido en un par de ocasiones.

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Tanto los mensajes abolicionistas como lo clientes maleducados me molestan por igual porque son lo mismo. Son gente que no entiende que somos una persona haciendo el trabajo que quiere y que mercantiliza su cuerpo porque quiere. Son gente que no entiende que en nuestro trabajo se puede decir "no" y son, sobre todo, gente que desconoce que la sexualidad no se reduce a lo que haces con tu cuerpo y genitales porque por ejemplo se puede hacer compañía hablando o porque los genitales no son sinónimos de intimidad.

Shirley, mujer transexual transfeminista y escort

Creo que los acosos que recibimos las prostitutas son según la manera como trabajamos. Yo por ejemplo recibo muchos mensajes pidiéndome follar por 20 euros, por ejemplo.

En la calle me he sentido más acosada por ser leída como mujer. Ayer justamente iba caminando y un tipo que venía de frente me puso prácticamente la cara justo delante y me soltó un "qué guapa eres". Yo le solté un manotazo y aunque mi intención no era golpearlo encima se mosqueó con el pretexto de "era un piropo tía".

En referencia al tema que denunció "Putas indignadas" en el Raval de Barcelona, creo que el problema no es el barrio, sino la presión institucional que se ha estado haciendo en el barrio por el proyecto de gentrificación que existe desde hace 10- 15 años. El Raval siempre ha sido el barrio de las putas en Barcelona. El peligro es que aún haya una ordenanza de civismo y que con la ley en la mano la policía pueda multarlas (o a sus clientes) en lugar de protegerlas como ciudadanas que son.

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Susana, encargada del local de Apricots en la calle Córcega

El hecho de trabajar para una agencia y no ser profesional autónoma implica en muchas ocasiones que las prostitutas no estén tan expuestas a sus clientes. Realmente apricots funciona como un hotel: cada cliente puede alquilar una habitación con la señorita que quiera, pagan directamente a las chicas pero aquí están más protegidas, hay una mayor higiene y seguridad que en la calle.

Los clientes que recibimos son muy educados, el 45% son extranjeros y vienen a España por tema de negocios. Lejos de recibir mensajes desagradables las chicas reciben cartas de amor por parte de sus clientes. Sofía es sin duda la trabajadora que más éxito tiene entre el público adepto al negocio. Este es algún ejemplo de las cartas que recibe.