
Nosotros llevamos tiempo preocupados por el uso de nuestra lengua, de una de las oficiales que tenemos por aquí, y que es la que se habla más comúnmente. Incluso por nuestro propio uso, tenemos la sensación de que le estamos pegando patadas a la gramática, que le abrimos las tripas a nuestro querido diccionario utilizando mal la palabra "bizarro" y que lanzamos al vacío el trabajo de años y años de los lingüistas más sesudos. Unos terroristas del lenguaje, vamos. También, a nuestro alrededor, vemos a otra gente que le pega duro a eso de desmontar las tradiciones, que usa las palabras fuera de contexto y que se ha empeñado en meter mano a las grafías. Un lugar sagrado, el templo de nuestro idioma, aunque en Puerto Rico escribieran "magestad" así, con "g" en un supuesto intento de guiñar un ojo a Cervantes.Por eso, hemos decidido hablar con Fundéu, una fundación que vela por el correcto uso de nuestro lenguaje, responde (con mucha diligencia) a nuestras dudas y que también tienen una visión nada inmovilista al respecto de eso de introducir innovaciones y amoldar las palabras al contexto actual en el que vivimos.VICE: ¿Qué opinión tenéis de que algunas palabras de gente joven como "postureo" formen ahora parte del lenguaje de tertulias políticas?Javier Lascurain Sánchez: Es un fenómeno habitual en el idioma. Expresiones que nacen en un determinado grupo de hablantes (por edad, profesión, procedencia…) se extienden al uso general. Puede que en estos tiempos donde todo fluye a más velocidad, ese proceso se dé con mayor rapidez, como se ve en el ejemplo de "postureo" o en el de "zasca", que también es ya frecuente en debates, tertulias, etc., aunque por ahora solo en España y no en el resto del ámbito hispanohablante.
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