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Diez preguntas que siempre has querido hacer a un trabajador de IKEA

“Una vez vi a un cliente meterse cinco perritos calientes seguidos y luego vomitarlos”.
Foto por Patrick Ohligschläger.  

IKEA tiene casi 200.000 empleados en todo el mundo, vende una librería Billy cada cinco segundos, se embolsa miles de millones en beneficios al año y tiene un catálogo que está presente en tantos hogares como la mismísima Biblia. Incluso hay un musical de IKEA. Claro que sí.

Quería averiguar más cosas sobre esta empresa sueca de muebles, así que me puse en contacto con Hannah, de 30 años, quien ha trabajado en varias sucursales de IKEA en Alemania durante los últimos ocho años. Hannah me dijo que si IKEA ofreciera más flexibilidad de horarios, no le importaría jubilarse allí. Obviamente, eso no va a poder ser si la despiden, así que antes de empezar a revelar si los clientes realmente se lo montan en las camas de las habitaciones de muestra, o cuál es el peor producto que venden, o por qué estas tiendas son la mejor forma de acabar con una relación, aviso de que Hannah es un pseudónimo para proteger su verdadera identidad.

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VICE: ¿Sabes pronunciar los nombres de los productos en sueco o te los inventas?
Hannah: Nos dan cursos de formación sobre los productos, pero sí, básicamente nos los inventamos. Antes vendíamos una cama infantil que tenía un nombre muy ofensivo en alemán —pronunciado a la alemana, Gudvik suena como “buena follada”—. Luego también está la escobilla de váter Viren, que en alemán quiere decir “virus”. Muchas veces nos cachondeamos de eso y nos preguntamos por qué la empresa se empeña en mantener los nombres suecos.

¿Se lo montan los clientes en las camas de muestra?
Sí, pero hay historias de esas en cada departamento. En las camas de muestra suelen ponerse muchos edredones y mantas, por lo que es fácil montarse una especie de cueva con ellas. He oído que algunos incluso lo han hecho en los armarios. Por suerte, nunca he pillado a nadie en plena faena dentro de un armario.

"Hay niños —y no tan niños— que siguen usando los baños de muestra"

¿Qué es lo más asqueroso que hacen los clientes en IKEA?
Bueno, solo te diré que hay una razón por la que IKEA empezó a poner un panel de metacrilato sobre los inodoros de muestra y carteles indicando dónde están los baños de verdad. Hay niños —y no tan niños— que siguen usando los baños de muestra.

Una vez también vi a un cliente zamparse cinco perritos calientes seguidos y a continuación vomitarlos. Luego se resbaló y cayó sobre su propio vómito y después montó un pollo y nos exigió que le pagáramos una indemnización porque decía que IKEA no mantenía los suelos limpios. Afortunadamente, muchos vimos lo que había pasado y, además, estaba grabado por las cámaras de seguridad.

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¿Puedes confirmar el tópico de que basta una visita a IKEA para acabar con una relación?
Sí. Si eres feliz en tu relación, no te recomiendo que vayas a IKEA con tu pareja. La historia suele ser así: el hombre ya está harto antes incluso de llegar a las primeras escaleras, mientras que la mujer quiere explorarlo todo, e IKEA lo empeora todo provocando una sobrecarga sensorial.

Lo peor que he visto fue una vez con una pareja que quería comprar un armario ropero. El tipo ya había hecho un plano y quería ir adelante, pero ella quería más tiempo para decidirse sobre las características del interior. La herramienta de diseño de armarios es lo peor y ese día se colgó, como suele pasar. Al final el tipo acabó tirando los planos por los aires y gritando, “¡Haz lo que te dé la gana!”. Luego se fue, y la mujer le siguió, llorando y gritando, también.

¿Qué producto de IKEA es básicamente una basura?
La mesa Lack es muy popular y solo vale 10 euros. Pero como pongas un vaso encima con demasiada fuerza, quedará una hendidura. Mucha gente viene a pedirnos una devolución, y obviamente se la damos sin rechistar. La mesa está hecha de tablero de fibras y lámina de plástico. Quien quiera una mesa de calidad, tiene que pagar más.

¿Vigiláis mucho a la gente que usa las cajas de autoservicio?
En IKEA saben muy bien que esas cajas son un caramelo para los ladrones. El personal está muy preparado para hacer controles y, cómo no, hay cámaras por todas partes. Si quieres robar algo sin que te pillen, lo mejor es crear algún tipo de distracción, como ponerte a hablar con algún trabajador mientras escaneas los productos y pasar alguno sin escanearlo.

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También es muy típico que la gente intente esconder un producto dentro de otro, como en una maceta o debajo de una planta. Somos muy estrictos cuando pillamos a un ladrón: detenemos a esa persona y llamamos a la policía.

"Lo más asqueroso es cuando te vienen clientes para devolver colchones sucios y llenos de manchas de orina, sangre y vete a saber qué más y esperan que te los lleves sin guantes ni nada"

¿Qué pasa si coges la etiqueta de un producto barato y la pegas en uno caro? ¿Es una trampa más fácil?
Esa es una estrategia clásica. Al menos tendrás que asegurarte de que la etiqueta nueva no sea más pequeña que la que vas a tapar, porque si no se darán cuenta. Los productos más caros suelen tener la etiqueta integrada en la caja de cartón, por lo que en esos casos no se puede hacer nada.

Un cliente le puso una pegatina de un producto Lack a una caja plana de un producto Bestå. Las cosas de Bestå pueden llegar a costar más de 300 euros, mientras que lo más caro de la serie Lack cuesta como mucho 50 euros. El cliente no era un lumbreras, que digamos, porque encima se fue a una caja con personal. El cajero se dio cuenta en seguida y el tipo se puso rojo como un tomate y se fue corriendo. Por cierto: si en lugar de robar cosas lo que haces es cambiar las etiquetas, se considera fraude, no hurto.

¿Hay gente que abusa de las zonas de juego Småland para dejar a los hijos todo el día?
Por lo general los padres no se retrasan más de una hora para recoger a los hijos. El máximo permitido por niño es de dos horas. Si pasado ese tiempo no aparecen los padres, los llamamos. Si el IKEA está en un centro comercial, te puedo asegurar que los padres no estarán en IKEA. Eso sí, cuando vienen a buscar a los niños les damos un buen tirón de orejas.

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Pero dejarnos un niño todo el día no es posible; los empleados llamarían a la policía por motivos de seguridad. La guardería es para niños a partir de los tres años, y muchas veces los padres nos mienten para dejarnos a niños más pequeños. Nosotros les preguntamos a los propios niños qué edad tienen. Cuando son tan pequeños, no mienten.

"Es terriblemente molesta la gente que compra los perritos calientes antes de ir a comprar. Se ponen a hablar contigo con el aliento apestando a perrito caliente y ves cómo lo ponen todo perdido de cebolla crujiente y salsa"

¿Qué clientes son los peores?
La gente que ya de por sí está siempre enfadada y es irritable. Cuando se calientan, ya no hay quien los pueda calmar. Luego están los informáticos/banqueros, como yo los llamo. Te vienen vestidos de traje y con aires de superioridad y te preguntan por productos usando el número de referencia. ¿Cómo se supone que tengo que saber de lo que me hablas? Tenemos más de 8.000 productos. Luego están los clientes que abusan de las políticas de devolución de IKEA y te piden que les des una alfombra nueva cuando la suya tiene una mancha.

Lo más asqueroso es cuando te vienen clientes para devolver colchones sucios y llenos de manchas de orina, sangre y vete a saber qué más y esperan que te los lleves sin guantes ni nada. Cuando les preguntas qué problema tienen con el colchón, te dicen: “Ah, no sé, no me parece muy cómodo”. La política de devoluciones tan laxa que tiene IKEA a veces es un poco fastidiosa para los que trabajamos ahí, pero no vale la pena discutir con los clientes.

¿Qué te parece la gente que va a IKEA solo para comer?
No me parece mal. La comida no es mala. Lo que me hace gracia son los jubilados que hacen cola fuera por la mañana, con sus andadores y bastones. Van corriendo al restaurante y se sientan en sus sitios de siempre a tomar el desayuno. La primera vez que tuve que abrir la tienda por la mañana no sabía dónde estaban los cerrojos, y al otro lado de la puerta había como unos 20 abuelos indicándome con golpecitos de bastón en el cristal.

Es terriblemente molesta la gente que compra los perritos calientes antes de ir a comprar. Se ponen a hablar contigo con el aliento apestando a perrito caliente y ves cómo lo ponen todo perdido de cebolla crujiente y salsa. Me encantaría que se los comieran después de comprar.

Este artículo se publicó originalmente en VICE DE.